Es el saxofón un instrumento básicamente asociado al jazz, aunque se emplee en diversos géneros musicales. “El instrumento ideal del jazz sería aquel que reuniera la fuerza expresiva de la trompeta y la agilidad del clarinete. El saxofón es el único instrumento que poseía ambas cualidades”, dijo Joachim E. Berendt, quien quiso resumir así las razones por las cuales el saxofón se convirtió en la columna vertebral del jazz.

“El cuarteto Zsaxos es una agrupación de referencia para otorgarle al saxofón el mérito que le corresponde como instrumento imprescindible en el jazz”.

Sin embargo, no ha sido igual la suerte de cada uno de los saxofones existentes: soprano, alto, barítono y tenor. Del primero, ha sido muy escasa su presencia en el jazz antes de la década del 60, y afortunadamente con mayor preferencia en la contemporaneidad, y los restantes, progresivamente, asumiendo su rol protagónico, fundamentalmente el tenor.

” (…) el pedagogo, saxofonista, flautista y clarinetista Javier Zalba fundó el cuarteto Zsaxos en marzo de 2012. Es una agrupación de referencia para otorgarle al saxofón el mérito que le corresponde como instrumento imprescindible en el jazz”.

Para defenderlos a todos y a cada uno de manera individual, el pedagogo, saxofonista, flautista y clarinetista Javier Zalba fundó el cuarteto Zsaxos en marzo de 2012. Es una agrupación de referencia para otorgarle al saxofón el mérito que le corresponde como instrumento imprescindible en el jazz.

Por primera vez en el Jazz Plaza, en este formato, Zalba presentó en el Teatro Martí el pasado viernes un repertorio conformado por temas de su autoría, como Ostinato en Cinco, Luces y sombras, En una alborada, Saxofón Creciente y Guinguindos. Este último, reveló, es el título de un concierto que podremos disfrutar el próximo 8 de abril, acompañado por imágenes del artista de la plástica Eduardo Roca (Choco).

El concierto transcurrió de forma mesurada y elegante, mostrando la capacidad de los ejecutantes y la calidad del trabajo realizado durante más de diez años.

El programa de la velada incluyó además On green dolphin street, un conocido estándar de Bronislaw Kaper y Ned Washington, con arreglos del propio Zalba y Polakito Charangón, regalo de Jorge Sergio Ramírez al maestro.

Con el empleo de la técnica digital en algunos temas, para sumarles el background a las interpretaciones, el concierto transcurrió de forma mesurada y elegante, con la sobriedad propia de algunos títulos, pero con el rejuego musical de otros, mostrando la capacidad de los ejecutantes y la calidad del trabajo realizado durante más de diez años.

“Uno de los miembros del cuarteto, Sergio Jiménez, tocó el drum en el tema final, otorgándole otra textura a lo antes visto”.

Uno de los miembros del cuarteto, Sergio Jiménez, tocó el drum en el tema final, otorgándole otra textura a lo antes visto. Es, realmente, poco común encontrar a saxofonistas que también se desempeñen en la batería, entonces, Zalba supo escoger bien a los integrantes de su cuarteto.

El también compositor acompañó el domingo pasado al pianista cubano Nachito Herrera en el Teatro Lázaro Peña, en una nueva entrega de la gala Cuba Vive. Y en la noche, como parte de la clausura del Festival Internacional de Jazz en su edición 38, estuvo junto al pianista cubano Roberto Fonseca en el nuevo proyecto La Gran Diversión.

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