Yaroldy Abreu en el Jazz Plaza: “Estoy con la mujer que amo, la música”

Elaine Caballero Sabugueiro, Indira Hernández Alonso
17/1/2020

Como es tradición en el Jazz Plaza, talentos de este género en Cuba y el mundo se unen en un solo latido. Ofrecen lo mejor de su música en conciertos donde no faltan momentos de improvisación y el agradecimiento de aquellos que esperan el evento para “sentir” una sonoridad diferente.

Víctor Rodríguez, director del Centro Nacional de Música Popular, entregó a Yaroldy Abreu la Distinción 35 Aniversario del Jazz Plaza.
Fotos: Ariel Cecilio Lemus

Dentro de las actuaciones más destacadas de la cita musical, el día de clausura tendrá lugar, en el Teatro Martí, la presentación del grupo de jazz afrocubano El Comité, integrado por Harold López-Nussa, Rolando Luna, Rodney Barreto, Yaroldy Abreu y otros prestigiosos músicos de la Isla.

Unos minutos de entrevista con Yaroldy Abreu ratificaron la importancia del Jazz Plaza para descubrir a jóvenes músicos, y también para conocer más sobre la carrera profesional de este percusionista cubano.

¿Cómo valoras la calidad musical del Jazz Plaza en esta edición?

Por ser la 35 edición el peso es un poco más grande. Las actuaciones de este año, como siempre, han tenido una gran altura. Se están haciendo muchos homenajes a personas que iniciaron el camino. Lo novedoso es que, en estas últimas ediciones, se da más espacio a nuevos proyectos de jóvenes que tienen el bichito de seguir el jazz.

Eres uno de los integrantes de El Comité. ¿Cómo llegas a formar parte del equipo?

Primero surge el nombre, El Comité. Para nosotros los cubanos es un poco fuerte, pero lo vimos como una reunión de amigos. Le puse así porque es mi caballo de fuerza. Lo dije una vez y lo sigo repitiendo siempre, para nosotros El Comité es una deuda y un homenaje que le hacemos a todos aquellos jazzistas cubanos como Emiliano Zapata, Frank Emilio y otros que nos impulsaron a seguir este camino. Un amante de la música, Philip Munsan, quiso reunirnos a todos. Fue una idea que él quería ver en Francia, una noche de jazz como en La Zorra y el Cuervo o el Jazz Café. Es difícil a veces, porque tenemos proyectos diferentes, pero al final se trata de una gran fiesta.

¿Qué distingue la sonoridad de El Comité?

Seguimos la tradición, la sonoridad es múltiple. A la hora de tocar no hay grandeza, simplemente vamos a acompañarnos unos a otros. En eso estamos, en pasarla bien.

De los diferentes instrumentos de percusión que interpretas, ¿alguno que disfrutes más?

La percusión es muy rica. Es una familia muy grande y los disfruto todos. Uno siempre se especializa, y yo me he especializado en las tumbadoras y en el cuero. También me gusta la percusión de muchos efectos, o sea, adornar el cake, como le decimos nosotros. Me gradué de percusión clásica y la toco. No es lo mismo ser un tocador de tambor que un percusionista. Si de verdad te gusta, tienes que tratar de que no se enmarque en un solo instrumento, o sea, buscar que sea lo más global posible.

Chucho Valdés te ha definido como el mejor percusionista de Cuba. ¿Qué desafíos significa para tu carrera este calificativo?

Una gran responsabilidad, pero igual no me considero el mejor ni el peor. Simplemente soy percusionista. En ese momento Chucho lo sintió así. Las cosas que se dicen quedan, aún más si están grabadas. Pienso que lo dijo en algún momento emotivo, quizás después de un solo o en un momento que hacía falta decirlo. Simplemente le salió. Es un compromiso muy grande, como cuando en el combate el abanderado tiene por misión llevar la bandera y no se puede caer. En mi caso es que no se caiga la percusión.

El compromiso más grande es el de seguir aprendiendo, respetando la tradición y llevar la bandera por los grandes percusionistas que ha dado este país, como Chano Pozo, Changuito, Tata Güines, el niño Alfonso, Pello El Afrokán. Siempre he dicho que la percusión en Cuba es como un pasaporte.

¿Qué te ha aportado compartir escenario con Chucho Valdés y formar parte de sus proyectos?

Llevo 20 años tocando con Chucho. Me ha aportado todo. Es una persona que no para, siempre está creando. Ahora volvió a hacer el disco de jazz batá 2 con otra visión y acaba de obtener el Premio Grammy. Estar a su lado te abre el mundo musical. Trabajar con Chucho es como pasar la universidad en lo que es el latin jazz. Es, además, el creador de un repertorio musical muy amplio, pienso que algún día deba hacerse un real book solamente con su música.

Cuando estás frente a los tambores, la adrenalina que despliegas es enorme. ¿Qué siente Yaroldy Abreu con la percusión?

Siento que estoy haciendo música, que estoy con la mujer que amo. Después que toco no me gusta verme. El cerebro del ser humano es como una computadora, cuando se llena de información se bloquea. Mientras más información saques de tu cabeza, más espacio libre tendrás.

Disfruto mucho, no busco aplausos, solo trato de transmitir lo que está dentro de mí. Casi siempre lo que hago es sacar lo que tengo dentro, no estoy en aquello de que hay que hacer un buen solo o sentir el aplauso. Simplemente disfrutar. No me planifico. Como dije antes: estoy con la mujer que amo, la música.

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