Y si el pretexto es Mozart… ¡mejor!

Yoamaris Neptuno Domínguez
30/10/2018

En la noche del jueves 25 de octubre fui testigo de la magistral apertura de la cuarta edición del Festival Mozart Habana 2018 en el Teatro Martí. Al decir de los organizadores, los jóvenes llenan de vida y fuerza el Festival y así pudimos constatarlo los presentes.


Inauguración del Festival Mozart Habana 2018. Fotos: Kike

 

Todo un derroche de talento emanó de los integrantes de la agrupación PerCuba Ensemble y músicos invitados, que se unieron con una singular manera de aparecer en la escena en torno a un atril y emitiendo sonidos con mucha fuerza y energía. Sonidos que reproducen las calles cubanas y que armónicamente se complementaron para el deleite de todos en un ejercicio experimental, pero con un acabado digno de reconocer.

Pudimos apreciar la presentación de las piezas “In C”, “Workers Union” y “Rítmica No. 5”, de los autores Terry Riley, Louis Andriessen y Amadeo Roldán, respectivamente; obras que demuestran una destreza y un estudio profundo de la percusión más allá de los tambores, con sutileza en su tratamiento a través de la marimba, el violín, los bongoes, las claves y las maracas.

La polirritmia fue la herramienta para romper la cuarta pared y hacer que todo el público en el elegante teatro palmoteara la ensalada musical. El maestro dirigía y los alumnos asistentes ejecutaban de manera sagaz y precisa.

En un segundo momento se presentó la obra Historia de un soldado, del compositor ruso Igor Stravinski. En escena el actor Freddy Maragoto fue contando la historia con sus matices muy bien delimitados en situaciones y personajes, representada por los bailarines Thais Suárez y Norge Cedeño, y recreada musicalmente por miembros de la Orquesta del Lyceum Mozartiano de La Habana, bajo la dirección musical de la maestra cubano-holandesa Libia Hernández y escénica de Raúl Martín, director del grupo Teatro de la Luna.


La magistral apertura de la cuarta edición del evento tuvo lugar el pasado 25 de octubre en el Teatro Martí

 

A juzgar por esa noche, la cita, dedicada fundamentalmente a la música de concierto, será un espacio para mostrar la calidad de las nuevas agrupaciones y la actuación de importantes músicos cubanos e internacionales.

Otras presentaciones deben suceder en el propio Teatro Martí, en el Oratorio San Felipe Neri, en la Basílica Menor de San Francisco de Asís y en la Sala Ignacio Cervantes.

Fue un privilegio asistir a este encuentro de buena música, de buen arte, de buena cultura en su sentido más amplio. Y si el pretexto es Mozart… ¡mejor!