XXV Premio de Poesía La Gaceta de Cuba
24/5/2020
En su XXV convocatoria, el Premio de Poesía La Gaceta de Cuba tuvo que adaptarse a las circunstancias impuestas por la pandemia: se abrió el correo electrónico como única vía posible para la recepción de cuadernos y se prorrogó el cierre, con lo que se logró que un grupo representativo de poemarios llegaran desde casi todos los puntos de la Isla.
Desde su fundación en 1995, el Premio ha contado con el generoso auspicio de la Corporación de Arte y Poesía Prometeo, y el ganador ha participado en el extraordinario Festival de Poesía que esta asociación celebra anualmente en Medellín, Colombia. Las condiciones han obligado, por esta vez, a que el Festival se realice solo de manera virtual, por lo que se ha decidido, en diálogo con sus organizadores, que el laureado asista a la edición del próximo 2021.
También como parte de estas necesarias adecuaciones, el jurado se integró con miembros del equipo de la revista: los escritores y editores Norberto Codina, Arturo Arango y Jamila Medina Ríos, quienes, como lo exigía la ocasión, tuvieron sucesivas rondas de preselección por e-mail, por WhatsApp o mediante sms. Finalmente, reunidos de manera presencial en la tarde del viernes 22 de mayo, tomaron, por unanimidad, los acuerdos que se enumeran a continuación:
- Conceder el Premio de Poesía La Gaceta de Cuba a“Oda para la brevedad del año dieciocho”, de Luis Lorente (Cárdenas, 1948), “por la intensidad rítmica y emotiva con que rememora y nos conduce desde otros tiempos de esplendor y extravío hasta el baile siempre extraño, aunque indeclinablemente encantador, de los días presentes. Por esa versificación que nos arrastra consigo con soltura del alejandrino a la línea libérrima, a la par que intercala giros de metro y tono sorprendentes, que obligan a ahondar en las capas de lecturas de los textos así como a contemplar las fisuras del ser (nacional, íntimo, abstracto)”.
- Otorgar Primera Mención a “La oración del coco y el bambú”, de Raydel Araoz (La Habana, 1974), “por la trama en que se desdobla junto a los ecos familiares asiáticos que lo circundan y por su perspicacia al convocar tanto versificaciones tradicionales como rituales adivinatorios para hablar de su yo y sus circunstancias”.
- Entregar Mención a “Work in Progress”, de Javier L. Mora (Bayamo, 1983), “por el andamiaje de un dispositivo que experimenta con la visualidad del poema, con sus ritmos e intertextos (filosóficos, artísticos, literarios…) así como con la escucha y la representación del habla de la Isla”.
- Conceder la Beca de Creación Prometeo a “Una ópera china”, de Martha Luisa Hernández Cadenas (Puriales de Caujerí, Guantánamo, 1991), “por una investigación que se introduce en, habita y repone `Una ópera china´ (la de Cuba, la de La Habana), con esa mirada inquisitiva y despierta que se balancea entre el detalle individual y los procesos socioculturales que devuelve a escena”.
- Otorgar menciones a sendos cuadernos que aspiraban a la Beca, ambos “de organicidad y estilo sostenidos, aunque sumamente divergentes”: “Peewee”, de Ismaray Pozo Quiñones (Puerta de Golpe, Pinar del Río, 1987) y “Psicología inversa”, de Evelin Queipo Balbuena (Camagüey, 1985).
El jurado, de acuerdo con el Acta, encontró en los cuadernos participantes “repasos cruentos o existenciales de la cotidianidad, asaltos a parajes y personajes de la invención, memorias aún sin enfriar de la Covid. Síntesis, coloquialismo, soliloquios, experimentaciones procaces o encriptadas, textos que abrazan la abundancia y el lujo del lenguaje”, lo que demuestra tanto el prestigio ganado por el concurso como la sostenida salud (palabra crucial en estos tiempos) de la poesía cubana.