Volver la mirada al quehacer de la carrera de Arte Danzario de la Universidad de las Artes, desde la investigación/creación
Si la investigación en artes es un tema todavía sujeto a discusión,
lo es aún más si ese arte es la danza.
Susana Tambutti
Los procesos de investigación y de creación danzaria continúan motivando el interés por el estudio y la indagación práctica y teórica de los maestros-investigadores y estudiantes de la Facultad de Arte Danzario. Aun cuando la danza amplía sus espacios de construcción del conocimiento intencionado desde diversas áreas del saber, lo formativo, creativo, interpretativo y hasta su propia gestión, la investigación se constituye en eje fundamental para estudiar no solo la historia del devenir danzario y su teoría, sino también para comprender y dialogar con la práctica artística que hoy se genera en nuestro contexto dancístico.
El desarrollo de las investigaciones en los más de 30 años de existencia de la Facultad de Arte Danzario se despliega en tres direcciones: las que atienden al ejercicio de culminación de estudios en la formación del pregrado; las que resultan de la formación posgraduada en tanto maestrías y doctorado; y las que tributan fruto de las pesquisas de los maestros en los departamentos docentes de los perfiles de la carrera.
“Pensar la relación biunívoca investigación/creación, es eje fundamental para el desarrollo creativo danzario”.
Es así que atendemos el permanente “debate sobre la investigación en las artes” (sistematizado en la experiencia de Henk Borgdorff), el que sitúa a la investigación como premisa básica al emprender caminos procesuales y escriturales. Por lo cual es necesario contemplar el proceso creador como aportador de conocimientos, que incluye a la práctica artística y su reflexión desde el sujeto que la crea.
El proceso creador en el arte, por ser una práctica que se lleva a cabo desde el conocimiento técnico práctico, posibilita al ser humano reflexionar sobre sus propios procesos tanto internos, como externos, y así mismo propiciar en el sujeto una especie de reflejo del ser, de lo que es, de sus emociones y sus sentires, a través del objeto creado y de la reflexión constante sobre este. (Daza Cuartas: 2009, p. 92)
En danza, la investigación/creación requiere entenderla como vital en la producción coreográfica en sí misma, o sea, parte fundamental del proceso de investigación, y la pieza coreográfica como parte del resultado de la investigación. Pensar la relación biunívoca investigación/creación, es eje fundamental para el desarrollo creativo danzario. Supone de sus creadores una aptitud hacia el cambio y la transformación, que le permita al artista de la danza innovar los contextos a partir de sus inquietudes y propuestas coreográficas y a la vez, transformarse desde las propias experiencias del proceso creativo.
Los intentos de hacer dialogar la investigación/creación en los estudios universitarios de la danza en diversos espacios geográficos, enfatizan en el rol del artista-maestro-investigador en el contexto académico y los necesarios diálogos en relación con su práctica artística y los modos de indagar desde ella, no solo para producir conocimientos, sino también para validar sus procesos creativos e investigativos.
Así lo interroga Susana Tambutti en “Crear investigando es producir nuevas experiencias”:
¿Qué significa presentar una práctica artística (una danza) como investigación en un contexto académico? ¿En qué aspectos dichas prácticas difieren de otros tipos de investigación académica? ¿Qué dificultades enfrenta el/la estudiante como autor/a de dos textos: uno constituido por una práctica escénica y otro basado en un discurso escrito cuyo objeto es dicha práctica? (s/f: 76)
En los estudios universitarios de la danza cubana se aprecia cierta ampliación en indagaciones sobre el tema de la creación danzaria, aun cuando pocos trabajos de diploma incumben la investigación y la creación como par relacionante.
Por iniciativa personal algunos estudiantes imbrican ambos componentes, los que integran en sus procesos creativos, ya sea en sus roles como coreógrafos y/o bailarines. Generalmente la obra coreográfica ha sido creada y posteriormente se comentan sus experiencias y se fundamenta teóricamente desde disímiles saberes disciplinares.
Estas indagaciones parten de un proyecto o diseño de investigación, validado por los conocimientos adoptados de la asignatura Metodología de la Investigación y que estructuran la declaración de un problema investigativo, los objetivos y métodos que enuncian la argumentación y los procedimientos para valorar los resultados artísticos.
Cómo conducir entonces la práctica creativa como espacio de aprendizaje y de desarrollo de habilidades investigativas, que permitan aglutinar experiencias que puedan presentarse como investigaciones para la culminación de los estudios danzarios. En el actual Plan de Estudio E, la carrera le concede importancia a la creación danzaria de los estudiantes, a través de la disciplina “Prácticas Escénicas y Repertorio” y las diversas asignaturas que la componen y complementan la formación curricular —Dramaturgia, Actuación, Apreciación musical, Diseño escénico, Danza y tecnología, Repertorio, Creación coreográfica, esta última facilita herramientas que favorecen la exploración corporal en tiempo, espacio y energía—.
Es la improvisación, necesaria etapa del proceso creativo, que posibilita la experimentación de imágenes, sensaciones y conceptos para abordar el cuerpo, la partitura del movimiento, la comunicación y la propia concepción de la danza, desde sus más amplias aristas. Evidentemente esto no basta, el estudiante necesita concientizar sus procesos creativos más allá de la exploración y la improvisación, ya que la producción danzaria en la actualidad demanda del creador otras indagaciones donde el movimiento no es el único soporte del acontecer danzario. De ahí la importancia de la investigación en la creación.
La práctica danzaria tiene que replantear entre sus objetivos, contenidos y formas de enseñanza, los modos en que favorece e interacciona la investigación/creación, que no siempre es estimulada como se requiere. También, la integración consciente de otros saberes curriculares y no curriculares, que inciden en los procesos de creación generados por los estudiantes, para dar respuesta a la integración de los conocimientos de los diferentes saberes artísticos y de las nuevas tecnologías, como ineludible diálogo transdisciplinar que permita el crecimiento de la clase como un verdadero espacio de apertura y experimentación para la creación.
Para entender y desplegar la creación danzaria desde una real indagación, es necesario que los maestros y los estudiantes, además de su accionar en movimientos, diseños, tiempos y dinámicas, hagan dialogar sus ideas o motivaciones temáticas con los contextos sociales y culturales que las contienen; así como estudiar (investigar) los modos en que la tradición danzaria ha concebido sus formas de expresión y con un mayor arsenal sensitivo y reflexivo de su temática y provocaciones creativas, revertir estas con una auténtica actualización de su arte, lo más cercano a la realidad y a las demandas de la creación danzaria en sus entornos. El qué, para qué, por qué y el cómo siguen siendo pautas del pensamiento y del accionar de todo creador, de lo contario, continuará siendo un reproductor de formas y gustos que adormecen la danza y que no le permiten el imperioso vuelo.
“La práctica danzaria tiene que replantear entre sus objetivos, contenidos y formas de enseñanza, los modos en que favorece e interacciona la investigación/creación, que no siempre es estimulada como se requiere”.
Para la autora, como profesora de la asignatura Creación coreográfica, la vinculación investigación/creación ha sido elemento esencial en su desempeño, estimulando en sus clases estos vínculos. Algunas de las vivencias y conocimientos relacionados con los modos de construir y documentar la creación danzaria en la formación profesional superior han sido expuestos en diferentes foros. Narrar en síntesis una reciente experiencia permite, desde algunos de los aspectos que conforman el método biográfico-narrativo, exponer la práctica trabajada en los procesos creativos de la clase de Creación coreográfica, con un grupo de estudiantes de danza contemporánea del curso diurno, de la carrera de Arte Danzario.
En esta experiencia lo primero fue seleccionar el tema a partir del contenido a desarrollar en el curso de la asignatura Creación coreográfica. En conjunto con las estudiantes se dialogó sobre algunas situaciones personales y profesionales que incidían en la vida de las mujeres en nuestro país, por lo que la clase fue el espacio donde se colocaron las ideas y acciones necesarias para indagar de forma teórica y práctica en la temática. Para ello se utilizaron diversas estrategias para construir la narrativa del proceso creativo; por ello se interrogó al cuerpo desde lo más íntimo y emotivo, también se observaron experiencias externas que en necesario diálogo posibilitaron pensar y construir las corporalidades que transitaron en el proceso creativo y que permitieron identificar y develar las subjetividades del grupo de clase.
Igualmente, se analizó la temática de las mujeres en el contexto cubano, para lo cual fue necesaria la búsqueda y la lectura de textos que informaran sobre las diversas miradas acerca de algunas situaciones de las mujeres. Los conflictos develados no fueron ajenos al conocimiento que tenían las estudiantes; sin embargo, las lecturas realizadas enriquecieron la percepción del tema.
Posteriormente se indagó en cómo otras manifestaciones artísticas y la propia danza habían abordado el tema de las mujeres. Las estudiantes llevaron poemas, canciones, imágenes de obras plásticas, también se dialogó sobre coreografías de creadores cubanos que han expuesto en la escena a la mujer desde diversas visiones.
Con todo, se indicó que cada estudiante narrara una experiencia personal y cercana a su entorno relacionado con las problemáticas estudiadas. De ahí afloraron mujeres maltratadas en el entorno familiar, acosadas en público, violadas, alcohólicas, en soledad familiar, cuidadoras de familiares, madres solteras, prostitutas, entre otras. Cada historia fue entonces portadora de significados desde la mirada particular y el contexto histórico-social que la contiene.
Estas experiencias se narraron en textos escritos individuales y posteriormente se exploraron e improvisaron corporalmente. Fueron varias la sesiones en clases para indagar en los diversos modos que, desde lo más experiencial y kinésico, permitieran expresar creativamente la narrativa corporal. La conformación de frases coreográficas y la manipulación de su desarrollo favorecieron la composición del trabajo coreográfico. También se contempló que se socializaran en el espacio grupal, los avances investigativos de los temas a tratar permitiendo al resto de los estudiantes emitir criterio desde sus experiencias sobre lo que se exponía en cada muestra.
Este proceso desembocó en la composición coreográfica de un solo de hasta tres minutos, con la inclusión de la música y el vestuario que cada estudiante seleccionó. Con ello se concluyó una primera etapa del trabajo investigativo que permitió la narración corporal de los cuerpos en relación con la temática que abordamos.
En un segundo momento de esta primera etapa investigativa y en relación con el contenido del programa de estudio —la composición de una coreografía—, las estudiantes debían coreografiar para otras en el grupo y con una forma danzaria más grande. Se planificó el trabajo en dúos, así dos estudiantes iban a dirigir alguna escena de la coreografía, ellas asumían el rol de creadoras de la escena que les correspondían crear. Por tanto, el diálogo con la otra persona era un elemento importante para organizar la propuesta creativa.
La obra coreográfica resultado del proceso creativo se tituló Mujeres y constó de cinco escenas, cada una de ellas creadas por dos estudiantes para el grupo. Las escenas contenían en su ideación temática diversas situaciones de las mujeres: el encuentro, la soledad, el cuidado, el acoso, la violación, la denuncia. Ejercicio creativo que requirió de continuar con la investigación que se venía desarrollando, ahondar en las experiencias compartidas y exponer con una estructura coreográfica abierta, las principales ideas movilizadoras, las inquietudes y referentes sobre el tema abordado.
En la segunda parte del curso y, por tanto, en la siguiente etapa de trabajo, se continuó indagando en la temática de la mujer, pero ahora con la perspectiva de atenderla según el contenido del programa de estudios y que indicaba la realización de una videodanza como resultado final de la asignatura.
El proceso creativo fue más complejo, no solo se continuó indagando y documentando las experiencias sobre el abordaje de la temática, sino que también había estudiar los retos tecnológicos a asumir para la realización de la videodanza como soporte estructural del resultado final.
Igualmente se indicó trabajar en dúos para la creación de la videodanza. Es así que cada pareja creativa tuvo que seleccionar el tema sobre la mujer, este podía ser de los trabajados en clases o uno nuevo. Por lo que había la posibilidad de utilizar el material corporal desarrollado en el solo o en las escenas trabajadas en la coreografía y reconformar sus experiencias ante el necesario diálogo que implicaba la realización de la videodanza, donde era fundamental relacionar el lenguaje danzario con el lenguaje audiovisual.
Varias fueron las actividades para el aprendizaje del trabajo del cuerpo y la cámara en las clases de Creación coreográfica, se orientó un seminario para indagar sobre el surgimiento de la temática y algunas de las experiencias en el plano nacional e internacional, también se realizaron ejercicios prácticos para orientar la mirada del ojo en la grabación de la partitura coreográfica dentro del salón y en espacios exteriores, de manera que pudieran grabar sobre la fragmentación del cuerpo, la movilidad del que graba según los planos que desea resaltar en la corporalidad del otro, de objetos, etc.
“Es necesario contemplar el proceso creador como aportador de conocimientos, que incluye a la práctica artística y su reflexión desde el sujeto que la crea”.
En el grupo había expectativas para este trabajo, las estudiantes no siempre contaron con el soporte tecnológico referido a la cámara, o una laptop para la realización del proceso creativo. Por lo que se decidió que se grabara con el celular y también se les ofrecieron tutoriales de edición para trabajar en sus propuestas. Algunos de los videodanza fueron grabados y editados por las propias estudiantes, con el apoyo y orientaciones del profesor de Danza y tecnologías, entre otros colaboradores.
Fue necesario entonces establecer diálogos interdisciplinares con asignaturas del año de estudio que debían tributar a la creación del videodanza: Danza y tecnología, Diseño escénico y Dramaturgia. Aspecto imprescindible para que las estudiantes incorporaran diversos saberes en la realización práctica del videodanza y en la reflexión escrita del proceso y resultado del mismo. Resultado del trabajo fue la creación de cinco videodanza de hasta tres minutos con títulos como: Mobbing (el acoso laboral), Memoria lóbrega (la violación homosexual), Transición (mujeres alcohólicas), Mi casa, mi tumba (la violencia de la pareja), Persecución (la denuncia de la violencia).
Para el Examen Creativo Integral de la asignatura, cada dúo debió presentar el videodanza, la fundamentación escrita del mismo atendiendo a la presentación del póster, la justificación del tema, así como la investigación del mismo, la argumentación de los elementos de la coreocinema, escenográficos y dramatúrgicos que estaban desarrollados en su creación del videodanza. Todo ello se expuso ante el tribunal evaluador en un tiempo de 10 minutos y apoyado en un PowerPoint. Por lo que el examen integró de forma coherente la práctica creativa y su reflexión teórica.
Las diversas experiencias relacionadas constituyeron ejes de aprendizajes que contribuyeron a ampliar los diferentes conocimientos relacionados con lo corporal, los modos de asumir el proceso creativo, el uso y la aplicación de diversos lenguajes artísticos en función de la creación danzaria y la evaluación de la asignatura. Pero, sobre todo, fue un espacio que permitió la autorreflexión de las estudiantes y de la maestra para seguir construyendo la danza desde el proceso de conocimiento personal, grupal, los contextos y dinámicas socioculturales.
No obstante, las investigaciones sobre la creación danzaria vinculada a los procesos creativos en clases o la asociada a los modos de producción artística de la danza en los diversos espacios de formación en la universidad, aún tiene un largo camino por recorrer, donde los artistas-maestros y los estudiantes necesitan visibilizar sus experiencias creativas y así incrementar estas, en función de atender los desafíos que impone el desarrollo de la danza cubana en la actualidad. El mayor reto estará en apropiarse en lo interno y reflejarlo en un mejor desempeño, como maestro o estudiante.
Reconocer entonces que la danza debe abordarse desde la danza como objeto privilegiado de estudio, es rigor y compromiso. Tocaría entonces tramar estrategias que nos posibiliten un marco teórico-práctico lo suficientemente dilatado en sus alcances y asociaciones para entender la danza como sutil zona de conocimiento y producción simbólica y así continuar fomentando la investigación/ creación como práctica investigativa en nuestra Facultad.
Referencias bibliográficas:
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Fondos bibliográficos de la Universidad de las Artes, ISA.
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Mena R., M del C. (2022). “Investigación y creación danzaria: impronta de la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes”. En Revista Cultural Cauce, 1 del 2022, ISA. ISSN: 1560-3598. RNPS: 0336
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Tambutti, S. (s/f). “Crear investigando es producir nuevas experiencias”. En Escena y página, IDyM. Vol. 01, N.° 01, Año 01 [75-93]. Argentina: Departamento de Artes del Movimiento Universidad Nacional de las Artes.