“La música fue una vía de escape”, escribió la estadounidense Sarah Dessen en su libro Just Listen. Benedetti, por su parte, dijo que la música es un premio, un recurso, una victoria. Ambas definiciones bien podrían ajustarse a la concepción de Lester Lez —un joven intérprete que viene ganando espacio desde el 2013 en el panorama sonoro cubano—, aunque este artista tiene su propio concepto: “Una fuente de vida, de inspiración, de alegría, de esperanza”.

Y como para este artista, la música también es una forma de conectar con los demás, recientemente salió a la luz Vuela, ópera prima licenciada bajo el sello Bis Music, un fonograma que parte de esa inquietud que tienen los creadores de tener una obra propia recogidas en un disco. Precisamente, Lester cree que es primordial que cada intérprete defienda en su repertorio temas que lo identifiquen a partir de su sonoridad y manera de decir.

La música es una fuente de vida, de inspiración, de alegría, de esperanza.

“Vuela” es la canción homónima que su esposa y representante Yanela Sarmientos escribió en la pandemia. “La letra partió del sentido de romper con lo que te ata, alejarse de eso que te hace sentir mal, una necesidad de volar en ese momento de encierro”, explica Lester si preguntas por el nombre del disco. Luego, hicieron los arreglos junto al dúo Estación de luz y después, gracias al proyecto “Eres luz” — auspiciado por la dirección provincial de Cultura para apoyar la obra de mujeres creadoras— le hicieron un videoclip.

El álbum está concebido como un disco pop, aunque el abanico se extiende más allá y coquetea con la música popular, desde la balada hasta la rumba folclórica, con elementos de la timba, el jazz, los ritmos caribeños y la canción. La narrativa se centra en las relaciones interpersonales, el amor en sus diferentes facetas y formas, e incluso, en las pérdidas a nivel personal. “La vida va un poco por ahí”, agrega, al tiempo que resalta el cuidado que predomina en el disco con los ritmos, para poder tener una obra que se pueda escuchar en cinco o seis años y aún suene familiar.

Vuela es un disco vitrina, así lo catalogó la musicóloga Nerys González Bello en la presentación, y es que Lester, como cualquier artista nobel, presenta en este primer volumen de qué va su propuesta artística; una carta de presentación para que pueda gritarle al mundo: soy yo, aquí estoy, escúchenme.

“Es un álbum también ecléctico donde expongo la variedad de géneros y estilos en los que como intérprete suelo moverme. En “Pasajero” —la única canción de mi autoría— pretendo revelar una pincelada de varias facetas de mi persona. El CD muestra la parte un poco más cancionera, baladista, pop. Creo que lo que lo puede diferenciar de otro disco es que es un poco variado en cuanto a géneros musicales y a los enfoques que ofrecen los diferentes compositores”.

“El álbum está concebido como un disco pop, aunque el abanico se extiende más allá y coquetea con la música popular”.

“No me reclames” y “Una hija de Yemayá” de la autoría de José Antonio Campo Figueroa; “Con esos ojos”, de Pedro Santiago Martínez; “Perdona”, “Cerril” y “Conocerte” de Juan Manuel Fernández; “Sobreviviré” de Sandra Liudmila Núñez Olivares y “Ganando o perdiendo”, también de Pedro Santiago Martínez y José Emilio Artiles, completan la lista de canciones del disco.

El trabajo con Emilio Vega, el productor del fonograma, fue fantástico a criterio de Lester. “Familiar, ameno, íntimo. Emilio es uno de los más importantes productores que tiene nuestro país y es un orgullo que sea parte de este disco. Además, es un hombre con una altísima sensibilidad, extremadamente sencillo, muy enfocado en lo que el artista necesita o cómo se siente. Te va llevando por los caminos que, desde su experiencia, sabe que hay que ir”. 

Lester aspira a que cada persona que escuche Vuela haga suya cada una de las diez canciones que lo integran, o que simplemente, escoja con la que más se identifique y la abrace. “Que encuentre en ese tema su modo de expresión o lo que quisiera decir en algún momento determinado. Pretendo llegar a más personas, que conozcan mi trabajo y continuar abriéndome paso con un material en las manos repleto de buenas canciones, bien producidas a nivel musical y bien escritas”.

Lester Lez se define como un intérprete que puede desdoblarse, escribir; un cantante que escribe poesía, canciones…

Si tuviera que definir su trabajo como cantante, el artista duda en la respuesta. Es difícil, agrega, uno va actuando y ya. No obstante, se define como un intérprete que puede desdoblarse, escribir; un cantante que escribe poesía, canciones y que pretende que los próximos fonogramas tengan más canciones con su firma autoral.

Pero Lester también se cataloga como un artista versátil, de los que no temen experimentar y explora la posibilidad de viajar en diferentes géneros y estilos. “¿En qué momento se encuentra mi carrera? Precisamente en el punto de no retorno, de no detenerse y continuar, no a una mayor velocidad, pero sí a un ritmo con pasos más certeros. Tener este fonograma con un sello discográfico cubano de prestigio, con este productor, con esos músicos de respaldo, me permite caminar con más seguridad”. 

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