El reconocido ensayista y poeta Virgilio López Lemus (Sancti Spíritus, 1946) nos entrega en Complexidad de la poesía —título publicado por Ediciones La Luz, sello holguinero de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y presentado en el Salón de Mayo del Pabellón Cuba como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro de La Habana— un libro de fascinación por el verso. Virgilio se sabe deslumbrado por sus arcanos, pues cada capítulo del texto destila seducción prístina por la escritura lírica, por los secretos de la poiesis a la que ha dedicado buena parte de su vida, para reafirmarnos que “todo misterio es de raíz poética”.
El investigador, el doctor en Ciencias Filológicas, el miembro de mérito de la Academia de Ciencias de Cuba, el crítico literario, compilador y prologuista, que desde las rigurosas metodologías de la ciencia y el ejercicio de la docencia nos tiene acostumbrados a valiosos textos para comprender la literatura —no solo la cubana, sino la hispanoamericana y la universal como: El siglo entero. El discurso poético de la nación cubana en el siglo XX y Métrica, verso libre y poesía experimental de la lengua española—, busca aquí el goce. Se llega a la mirada íntima y reflexiva al reunir varios artículos escritos —en diferentes momentos— en complexidad, o sea, en laberinto, embrollo, diversidad, pluralidad, acopio, complejidad —y complicidad— de la poesía.
Él mismo asegura que estos textos “buscan placer de lectura, no ensayismo de tesis académica o reunión de máximas”, pues, añade:
(…) hemos ido perdiendo un poco el goce de la lectura de textos ensayísticos como si leyésemos novela, poesía, pasión de lector que degusta más que aprehende. No se espera en estas páginas el entramado de la crítica estudiosa y docente, científica, o el análisis por completo racional de los ejercicios académicos; reunidos en torno a la percepción poética, si ofrecen vibración, fruición, ya es suficiente.
Para ello en este libro se entrecruzan literatura y ciencia, cosmología y crítica literaria, reflexiones sobre la poesía, textos sobre autores y una fuerte carga de sabiduría implícita, pues “ciencias y técnicas y religiones y credos de todo tipo, incluso los políticos, encierran dosis elevadísimas a veces —véanse las utopías— de poiesis”. Una bella especulación científica puede contener tanta poesía como Los elementales de Paracelso, asegura Virgilio López Lemus.
En estas páginas nos adentramos —desde la reflexión que se sostiene en un vivaz estilo, en la voz de un ensayista que domina la palabra con la elegancia de un miniaturista medieval— en la poesía como objeto. Llegamos a las cuestiones relacionadas a la versificación y la métrica hispánica —de la cual Virgilio es uno de sus principales estudiosos—. Nos acercamos al hecho poético y a los autores siguientes: José Martí —“el Apóstol, la estrella humana de la patria nuestra”—, la filósofa malagueña María Zambrano —autora de El hombre y lo divino y La agonía de Europa—, el irlandés Oscar Wilde —cuando escribe que la poesía “está dentro y fuera del poeta, porque él es una suerte de pararrayos, un médium singular, una fuente”—, el español Antonio Machado y su Juan de Mairena desde la intimidad del ser reflexivo, el cubano Francisco de Oraá, el neorromántico José Ángel Buesa —del que, incluso, rescata un raro poema de corte social que podemos leer íntegramente— o Alberto Acosta-Pérez —a quien califica como “poeta esencial, cuya labor perdura”, pero también como poeta fatal, al decir de Juan Ramón Jiménez, pues para él la poesía “no era solo una expresión artística, sino una necesidad ineludible, al grado de que él no podía ser otra cosa que poeta. La obra que legó, da el mejor testimonio de tal afirmación”—. También escribe sobre Alberto, a quien le dedicara esa triste y hermosa elegía que es el poemario Hipno.
Recordándonos que, como escribió Robert Graves, “el lenguaje de la verdadera poesía” está asociado a los viejos mitos, López Lemus nos devuelve en enjundiosos textos la leyenda de Prometeo, un signo inagotable de la eterna poesía de la praxis y la creatividad. Nos presenta la historia de Narciso y la idea del juego en la lírica. Nos acerca a Perseo para enseñarnos que también se puede vencer a los monstruos mediante la imagen, pues esta “surca el piélago de la poesía y surge el poema, sea piedra o flor”. Nos lleva a la leyenda del santo católico San Sebastián, cuya historia se convirtió en poesía, mirada desde las artes visuales. Con este mismo pensamiento nos llama la atención sobre el cubano Eugenio Florit o su siempre admirado autor de Elegías de Duino —de quien publicara recientemente Umbral para una era imaginaria. Acercamientos a Rainer Maria Rilke—.
Varias “noticias líricas” —canciones populares cubanas, una mirada a los antecedentes de la poesía social en Cuba, el poema del Himno Nacional cubano, un contrapunteo entre el barroco y el neoclásico a partir de la ceiba y la palma real— concluyen este libro de libre reflexión, de vinculación entre el ensayo y la poesía: el ensayo como placer discursivo, como ejercicio dialógico y por demás, poético. En otras palabras, el ensayo como poesía, porque Virgilio López Lemus es, sobre todo, un poeta. Ahí están Hacia la luz y hacia la vida, Aguas tributarias, El peldaño, Cuerpo del día y su antología Un leve golpe de aldabas, entre otros títulos.
Virgilio conversa, pero también versa. ¿Qué es si no “La música de las esferas revisitada”, “Tonto o poeta” o “Puntas de lo diverso”? Estos textos —y otros tantos—, más allá de lo meramente ensayístico o reflexivo, poseen un valor poemático y ahí es donde Complexidad de la poesía seduce y enamora, y recuerda, por ejemplo, los ensayos del poeta mexicano Octavio Paz, quien partía de la necesidad de una “pasión crítica” en este tipo de textos sobre literatura. Este libro es, sin dudas, una de esas necesarias novedades que, de encontrarlo en un stand de esta Feria Internacional del Libro 2020, no debe dudar en adquirir y disfrutar a plenitud.