Cada entrega de la revista Conjunto, originada desde la Casa de las Américas, merece el acercamiento de los amantes del teatro y más allá. Esta publicación resulta esencial para analizar, promocionar y acercarnos al teatro latinoamericano y caribeño desde la pluralidad de voces.

Dos dossieres, reseñas, valoraciones críticas, entrevista, testimonio, más las secciones habituales Leer el teatro, Últimas publicaciones recibidas y Entreactos conforman el cuerpo de la edición más reciente que se extiende hasta las 118 páginas.

Presentación de la revista Conjunto, en la sala Manuel Galich de Casa de las Américas, la nueva publicación contiene un amplio acercamiento al contexto teatral y sociocultural de Chile.

Una nota introductoria funciona como especie de autopresentación que nos anuncia todo lo que viene, incluido un primer dossier sobre la escena teatral chilena de estos momentos, en ocasión de cumplirse en el 2023 cincuenta años del golpe contra la Unidad Popular y el gobierno de Salvador Allende. Siete autores guían, a través de sus palabras, nuestros pasos y miradas por escenarios y contextos del arte teatral en esa nación.

Desde el primer trabajo, titulado “Públicos de teatro en la pospandemia: ¿Qué se ha perdido y qué ha cambiado?”, de Javier Ibacache, uno percibe la profundidad de los análisis, a partir del uso de numerosas estadísticas, para ilustrar la disminución de público entre octubre de 2019 y el 2022, primero por el llamado “estallido social”y luego a raíz de la pandemia de COVID-19.

¿Cuáles son las huellas de los altibajos de esas tres temporadas? ¿Qué impacto tienen en los públicos y en los artistas? ¿Por qué las presentaciones en las salas son preferibles a los videos y otras formas en redes sociales, pero a la vez, qué nuevos perfiles de públicos han aparecido luego del confinamiento?… son algunas de las preguntas respondidas.

Nos resulta interesante, por ejemplo, como se asegura que durante esa etapa Instagram fue la red social preferida para consumir el arte teatral, lo cual provocó la aparición de un nuevo perfil de público en las salas, con otras prácticas en la relación con los espacios y en la valoración de la programación.

La traductora, dramaturgista y autora María Soledad Lagos, quien ayudó a coordinar este primer dossier, nos adentra en lo que ella llama “Cambios de perspectiva y nuevos parámetros en la escena teatral re-democratizada”, y nos brinda elementos relacionados con el teatro que se hace para los niños, menciona grupos, concepciones y una especie de revolución del teatro para bien, de las personas en sus primeros años de vida.

El teatro para niños, con nuevos conceptos y maneras de llegar a ese valioso público que asiste al teatro en edades tempranas, es el tema de uno de sus artículos.

Hay también un acercamiento al teatro callejero, mediante un tono más intimista y narrativo, que utiliza Mariana Muñoz Griffith, en su trabajo “Preguntas pequeñitas al mundo de lo gigante. Pensando lo que mueve a La Pichintún”.

Otro de los textos que pudiera despertar el interés de los lectores es “Torciendo imaginarios: disidencias sexuales expandidas en el teatro contemporáneo de Santiago de Chile”, de Ernes Orellana. Utiliza términos, como discursos sexodisidentes y referencias a debates en torno al sexo, el género, las identidades no heterosexuales, la educación no sexista y el denominado régimen político heterosexual. Hace referencias a obras y sucesos específicos, y nos invita a reflexionar críticamente sobre las representaciones de sexo y género en las producciones teatrales actuales, teniendo en cuenta los consensos y disensos que el teatro reproduce culturalmente.

En“Trabajo precario”, Cristián Opazo y Emilio Mocarqueranalizan las difíciles condiciones en que se desarrollan los actores y todo el personal del teatro en Chile, con exigencias referidas al salario, seguros médicos y otras particularidades.

Me detengo de manera particular en “Teatro a 50 años del golpe en Chile. Reflexiones de una actriz sobreviviente de violaciones”, de María Paz Grandjean, que como testimonio en primera persona nos brinda pasajes de la dictadura que se instauró después del golpe cívico militar contra el Gobierno de Allende.

Golpes, muertes, insultos formaban parte de la realidad chilena. “Fui testigo y víctima de la violencia, el terror y la injusticia” —nos dice quien también narra cómo se enamoró del teatro, y en los años ‘90 estudió actuación teatral en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.

Asegura que “durante los años de la dictadura, el teatro había experimentado un atroz desmembramiento y muchísimos fueron víctimas de tortura, apremios ilegítimos y persecución. Otros asesinados y desaparecidos forzosamente.

La revista Conjunto, reúne artículos reveladores, que motivan, que hacen reflexionar, que indagan en la vida del teatro.

“Nada se nos enseñó de los teatros populares, del teatro campesino y del teatro político de la Unidad Popular. Nada. Tampoco supe gran cosa acerca de los teatristas y sus formas de resistir y denunciar durante esos duros años de represión de la dictadura” —manifiesta.

Narra también lo difícil que ha sido, y es casi todo, aunque ella no es de las más afectad@s, pues “participo de proyectos que se han adjudicado algún fondo y otros no. Jamás un contrato de trabajo, jamás un seguro médico y/o de accidentes, jamás la posibilidad de ahorrar un monto contundente o aspirar a tener una pensión de vejez. Y soy muy privilegiada, nunca me ha faltado trabajo, puedo elegir entre tal o cual proyecto. También he desarrollado trabajos en televisión y cine que me han permitido ganar más dinero”. 

Para terminar el dossier nos llega la obra José Desierto, dedicada a la familia de José Vergara, uno de los detenidos desaparecidos en supuesta democracia 2015. Esa propuesta obtuvo el Premio a la mejor obra literaria en el género Dramaturgia, otorgado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en 2020. Se estrenó en octubre de 2019 en medio del Estallido Social.

Al terminar de leerla es inevitable pensar durante unos minutos en la historia de Chile, en su teatro, en sus dolores, el valor y capacidad para seguir adelante. Consideramos muy favorable la manera en que en este dossier se entremezclan los argumentos, análisis, las informaciones y también lo emotivo y sentimental.

Nos resulta interesante como en esta primera parte se entremezclan los argumentos, los análisis y también lo emotivo, todo lo cual hace más disfrutable la lectura, siempre acompañada de un acertado diseño y buen uso de la fotografía.

Varios textos le siguen como homenaje al Maestro Eugenio Barba y a Odin Teatret, en un dossier que refleja argumentos, información, anécdotas y también admiración, con el encanto de que los autores han compartido con Eugenio y con el colectivo de Odín, los conocen como creadores y también como seres humanos; reconocen sus influencias en la formación de actores y de manera general, en la concepción del arte escénico, siempre concediendo mucha importancia a la antropología teatral.

Hay títulos muy reveladores, como “Odin Teatret, un camino que abre caminos en su andar”, “Huellas del Odin Teatret en los escenarios mexicanos” y “Enredos. Diario sobre las influencias del Odin Teatret en mi teatro”, en el que Sofía Monsalve asegura que la influencia del Odín en ella y el grupo Teatro de la Memoria es total, como en parte de la creación en su país, Colombia. Ella define las diez influencias más importantes que ha tenido el Odin Teatret y Eugenio Barba en su camino teatral, pero explica también cómo se suele relacionar con “jóvenes que creen que el teatro es un edificio en donde aparece gente con lujosos vestuarios que canta canciones de las películas de Disney; jóvenes que se formaron en instituciones escolásticas y que no tienen, naturalmente, idea alguna de ese grupo danés que resistió sesenta años en una empecinada gesta creativa, sobrepasando fronteras técnicas y estéticas, creando…”

“El espíritu del Odín debiera estar más allá del teatro, hay belleza, sacrificio, trabajo en conjunto, inclusión, inteligencia colectiva, diversidad…”

Roxana Ávila y David Korich nos acercan también a las influencias del Odin en el Teatro Abya Yala, de Costa Rica.

Sugerimos de forma singular la entrevista “Roberta Carreri: Una actriz que deja huellas en el tiempo”, que nos ofrece Carlos Rojas. Otra vez una historia personal para cerrar el dossier, algo que nos hace pensar en la coherencia para confeccionar toda la revista. En esta entrevista, desde la primera línea uno va descubriendo el alma de la actriz y también del Odín, mediante las palabras de alguien con casi cincuenta años de experiencia en el grupo. Narra procesos creativos, emociones, la forma de trabajo de Eugenio, cómo fueron los inicios de ella en la Escuela Internacional de Antropología Teatral, lo duro de los entrenamientos…

El espíritu del Odín debiera estar más allá del teatro, hay belleza, sacrificio, trabajo en conjunto, inclusión, inteligencia colectiva, diversidad…

En el viaje por Conjunto, luego llegamos hasta la sección que nos acerca a eventos o puestas en escenas que ocurren en varias partes de nuestra región, en este caso Panamá, Venezuela y Cuba.

Vivian Martínez Tabares reseña el decimosegundo Festival Internacional de Artes Escénicas de Panamá, realizado en el mes de mayo, con una visión crítica, por ejemplo, sobre los horarios de la programación, y también con análisis de algunas de las obras en escena.

Pablo García Gámez y Nel Diago nos adentran en algunas de las propuestas del Segundo Festival de Teatro Progresista de Venezuela, efectuado entre el 8 y el 18 de junio, que tuvo un incremento de la cantidad de espectáculos en cartelera, en comparación con la primera edición, tanto en la muestra nacional como en la internacional: el número de salas, de 24 en 2022, aumentó a 59 en 2023.

También se refleja en la revista, el taller realizado en la Sala Che Guevara de Casa de las Américas, por Carlos Pérez Rigirozzi y Aurora Beatriz Silva, integrantes del Teatro Comunitario 451 Colectivo Sanidad y Convocados por Lúdica, de la ciudad argentina de La Plata, para impartir el Seminario Taller “Lúdica, juegos, creatividad en la dimensión de las culturas y teatro comunitario”, de regreso de su participación en el tercer Congreso de Culturas Vivas Comunitarias de Mesoamérica y el Caribe, en Matanzas, que fue la motivación principal para su viaje a Cuba.

Viena González y Claudio Rivera comparten algunas experiencias del Teatro Guloya al volver a la escena en Santiago de Cuba.

Los pasos por la revista nos llevan luego a cinco visiones críticas sobre montajes de obras en varios países de nuestra región, como Uruguay y Cuba. Cierra esta parte con “Habitación Macbeth: actuar el delirio para reconocernos”, un texto de Norge Espinosa Mendoza, que ofrece sus opiniones sobre una representación actual dela idea que hemos tenido sobre Macbeth, la obra de Shakespeare.

Conjunto es plataforma y puente para analizar, promocionar y estrechar lazos entre artistas, investigadores y todos los amantes del teatro”.

Casi al final, en la sección Leer al Teatro, Vivian Martínez nos acerca al libro Teatristas entre Chile y Costa Rica en la década de los setenta. (Des)arraigos, arte y política, de las autorasAnabelle Contreras y María Caridad Lagos, con referencias al contenido, la estructura yproceso de investigación.

En las últimas páginas la sección Entreactos, hace alusión a estrenos y ofrece diversas informaciones relacionadas con el teatro y sus figuras.

En cuanto a las formas, esta edición de Conjunto, como ya es tradición en la revista, logra distinguirse por un cuidadoso diseño, que le concede mucha importancia a la fotografía y a la imagen, de manera general.

Es muy favorable que cuenta con las visiones de 28 colaboradores desde varios países, todos con prestigio como críticos, dramaturgos y creadores en el sentido más amplio. Conjunto es plataforma y puente para analizar, promocionar y estrechar lazos entre artistas, investigadores y todos los amantes del teatro. Una revista especializada, que puede ser disfrutada por todo tipo de público.

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