Presidida por la viceprimera ministra Inés María Chapman Waugh, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, se conmemoró el Día Mundial de Lucha para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial en el Museo Casa de África de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

La institución, centro de referencia cultural del Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial “Color Cubano”, acogió a representantes del activismo social ciudadano antirracista de la capital cubana para discutir la Plataforma para la unidad de los proyectos y agrupamientos que integran ese activismo en busca de cohesión con el programa.

Es necesaria la unidad de toda la sociedad civil con el Estado para extirpar para siempre el nocivo pensamiento racista.

Anayansi Ramírez Camejo, viceministra y ministra a.i. de Relaciones Exteriores acompañó en la presidencia a la viceprimera ministra junto a los directivos de la Comisión José Antonio Aponte de la Uneac y del Grupo Coordinador Ejecutivo del Programa Nacional así como Marisol Alfonso de Armas, jefa de la Oficina Cuba del Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA).

Rolando Julio Rensoli Medina, presidente de la Comisión José Antonio Aponte de la Uneac, resaltó las múltiples celebraciones y conmemoraciones del 21 de marzo.

Diez intervenciones de los participantes en el cónclave continuaron a la presentación de la Plataforma por Rebeca Hernández Mesonet, jefa del Grupo de trabajo del subprograma correspondiente a la esfera de trabajo con el activismo.

Inés María Chapman expresó la necesidad de desracializarnos culturalmente si en realidad no estamos racializados biológicamente. Foto: Del autor

Marisol Alfonso significó el acompañamiento del UNFPA al programa, así como su proyección internacional a lo que también se refirió la canciller interina.

En sus conclusiones, Inés María Chapman se refirió a los resultados de los cinco años de trabajo del Programa, a la necesaria unidad de toda la sociedad civil con el Estado para lograr extirpar para siempre el nocivo pensamiento racista, la necesidad de desracializarnos culturalmente si en realidad no estamos racializados biológicamente, a enfrentar con iniciativas creadoras los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero que mucho afecta la calidad de vida del pueblo cubano y, sobre todo, a andar cada vez más unidos acompañando la obra de la Revolución socialista.

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