Una historia de 25 años de investigación y debate
Cuando el 8 de noviembre de 1995, por Resolución del Ministro de Cultura Armando Hart se crea el Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, se dio continuidad lógica al trabajo cultural iniciado en 1982 por el Centro Juan Marinello, institución creada como centro promotor de la cultura del entonces existente bloque de países socialistas.
En una de las reuniones de Ministros de Cultura de dichas naciones —que tenían lugar en los ya lejanos años 80— se decidió la inauguración de un centro que, a nivel del bloque, se dedicara a promocionar las principales manifestaciones culturales de los países miembros, y que tuviera su sede en La Habana. Qué nombre debería llevar esta institución sino el de Juan Marinello Vidaurreta, uno de los representantes más prominentes de la intelectualidad cubana del siglo XX, quien fue partícipe de importantes sucesos de la vida cultural, social y política cubana. Recordada es su presencia en la Protesta de los Trece, el Grupo Minorista, la delegación cubana al II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura (España, 1937), sus funciones como Rector de la Universidad de La Habana y Presidente del Movimiento Cubano por la Paz, entre muchas otras.
Por lo tanto, la historia del Marinello, como familiarmente decimos quienes laboramos en el actual Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello (así como muchos de nuestros colaboradores y público general), tiene ya una larga data y un perfil bien amplio. Voy a referirme aquí a mi experiencia personal a lo largo de 34 años.
Yo me incorporé al Centro Juan Marinello en 1986, cuando por decisión del Ministro Armando Hart las funciones de investigación que se desarrollaban en el otrora Departamento de Estudios Culturales perteneciente a la Dirección de Aficionados y Casas de Cultura del Ministerio de Cultura (más adelante devenido Centro Nacional de Casas de Cultura, hoy Consejo Nacional), pasaron íntegramente al Centro Juan Marinello, ubicado entonces en Oficios no. 420 esquina a Acosta, Habana Vieja. Aquel centro primigenio contaba en esa época con un reducido equipo de trabajo. Entre ellos debo mencionar a sus primeros directores: Waldo Leyva y Alfredo Viñas.
La acción fundamental del centro se dirigía a la realización de actividades de promoción alrededor de la cultura de los países socialistas, en estrecha coordinación con las embajadas de las naciones respectivas. De estas actividades recuerdo, por ejemplo, la jornada desarrollada —en colaboración con el Centro de Artes Plásticas y Diseño de La Habana—, con motivo del 750 aniversario de la fundación de la ciudad de Berlín; la exposición sobre la Vanguardia Rusa, la jornada de homenaje al gran escritor ruso Aleksandr Pushkin; la celebración con motivo del 70 aniversario de la Revolución de Octubre; la actividad por el 25 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y la RDA; la jornada por la Cultura Rumana y la gran exposición itinerante del Cartel Polaco, entre muchas otras. Un hito importante en esta etapa fue sin dudas la Exposición de Juguetes Tradicionales Cubanos, exhibida exitosamente en Cuba y en varios países del bloque. Tuvimos, además, en custodia los fondos de Juan Marinello, que posteriormente pasaron a la Biblioteca Nacional José Martí.
‟Fue bajo la dirección de Pacheco que nuestra institución comenzó a ganar un mayor peso dentro del mundo académico. Se potenció la docencia a partir de la realización de cursos libres y de posgrado, así como de cursos sobre cultura cubana para extranjeros y dio inicio la línea editorial, la cual representa, sin lugar a dudas, uno de los hitos de la labor del centro”.
En 1986, cuando se le incorporaron las funciones de investigación al inicial Centro Juan Marinello, el director del mismo era Abel Prieto, y los investigadores —que en muchos casos provenían del grupo inicial de trabajo radicado en F y 9—, nos insertamos en la nueva institución con los temas de estudio que ya traíamos, e incorporamos otros nuevos en concordancia con los objetivos y misión del nuevo destino. Nuestra inserción en el nuevo contexto no fue fácil, como sucede con todo cambio. En principio no fuimos lo bien recibidos que esperábamos, pero con el paso del tiempo se fueron limando las desconfianzas iniciales y terminamos por establecer fuertes lazos de colaboración, compañerismo y amistad que todavía perduran, aun cuando algunos de los trabajadores de esa época ya se jubilaron, se fueron a otras instituciones o no viven en Cuba.
Poco a poco aquel Marinello fue cambiando. El grueso del colectivo laboral eran ahora los investigadores, y la atención principal se fue centrando en la indagación científica. Temas como los del Atlas de la Cultura Popular Tradicional Cubana (posteriormente devenido Obra Científica Atlas Etnográfico de Cuba, sin lugar a dudas el resultado más relevante de nuestro plan temático, ensalzado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz); las investigaciones socioculturales o estudios de comunidades en diferentes provincias del país (recuerdo en específico las que desarrollamos en Cienfuegos, Guantánamo y la comunidad Las Terrazas, de la actual provincia de Artemisa, así como los estudios sobre asilos de ancianos); o los de historia cultural (asociaciones, familia, etc.); los estudios iniciales sobre Tiempo Libre, que posteriormente dieron lugar a otra de las líneas más sólidas en nuestro quehacer (Participación y Consumo Cultural) fueron ganando cada vez más terreno, aunque sin abandonar las labores de promoción heredadas de la etapa inicial.
En lo personal, esa época representó para mí un cambio radical de actividad. A solicitud de Abel Prieto pasé a ocupar la responsabilidad de jefa del grupo de Promoción y yo, que había llegado al Marinello como investigadora, me enamoré de esa labor hasta el día de hoy. En esa etapa tuvimos también como director a Romualdo Santos, lamentablemente fallecido poco tiempo después de su nombramiento. A la muerte de Romualdo estuvo dirigiendo de manera temporal Rafael Carralero, hoy residente en México. Más tarde se incorporó como directora Gilda Betancourt y sobrevino entonces nuestro traslado de la sede de la Habana Vieja hacia la actual: Ave. Independencia (antigua Rancho Boyeros) no. 63 e/ Bruzón y Lugareño, Plaza de la Revolución.
Con la extinción del bloque de países socialistas al inicio de la década de los noventa, el trabajo de la institución terminó por cambiar de manera definitiva. Fue así que el 8 de noviembre de 1995 se crea el Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello. En esta etapa Pablo Pacheco asumió su dirección, quien es, innegablemente, el artífice de lo que somos hoy.
Fue bajo la dirección de Pacheco que nuestra institución comenzó a ganar un mayor peso dentro del mundo académico. Se potenció la docencia a partir de la realización de cursos libres y de posgrado, así como de cursos sobre cultura cubana para extranjeros y dio inicio la línea editorial, la cual representa, sin lugar a dudas, uno de los hitos de la labor del centro. Haber podido introducir en la práctica social, mediante su publicación, muchos de los principales resultados obtenidos no solamente por nuestros investigadores, sino también de los que integran el sistema de investigaciones culturales del país, ha contribuido a la difusión del conocimiento de la cultura nacional y a una mayor visibilización de nuestra entidad. Desde 1995 y hasta la fecha, han visto la luz bajo el sello editorial del Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello o del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello (con posterioridad), un total de 162 títulos, entre libros, folletos y multimedias. Esta nueva fase trajo como novedad la creación de la revista digital Perfiles de la Cultura Cubana, que ya cuenta con 26 números en la red.
En esta fructífera etapa fueron creadas las Cátedras de Estudios Juan Marinello, especializadas en la vida y obra del insigne intelectual cubano, su época y sus contemporáneos; la Carolina Poncet de Cárdenas, que se encarga del estudio sobre los temas de Oralidad y la Antonio Gramsci, dedicada a potenciar los estudios y actividades relacionadas con la figura del destacado pensador marxista italiano, así como a temas relacionados con el marxismo y la revolución. Ellas han desarrollado intensos programas de actividades que han contribuido a acrecentar el prestigio institucional. En lo particular, la Cátedra de Estudios Antonio Gramsci se ha nutrido de un grupo de jóvenes y entusiastas investigadores, que han contribuido exitosamente al desempeño de la misma.
En concordancia con el crecimiento de la actividad de la institución, el 14 de septiembre de 2007 se creó el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, cuyo objeto social es prestar servicios de asesoría científico-técnica en el campo cultural, de investigación científica socio-cultural, de información cultural especializada y de estudios culturales, así como brindar servicios de seminarios, cursos de superación y tutorías de trabajos científicos para el personal vinculado a la investigación cultural y editar y comercializar obras científicas pertenecientes al sistema investigativo de la cultura. Al frente de esta “nueva” organización fue nombrado Rolando González Patricio, quien tiempo después fue sustituido por Fernando Martínez como Director General.
La impronta de Fernando Martínez al frente de la institución resultó notable para el posicionamiento del instituto dentro de las Ciencias Sociales no solamente en Cuba, sino también en el contexto internacional. A ello ha contribuido igualmente la dedicación de Elena Socarrás como directora, hombro a hombro con Fernando, hasta el fallecimiento de este último, y desde entonces se ha encargado de dirigirnos hasta hoy.
Actualmente, los campos temáticos del Instituto se han constituido en: Estudios sobre Oralidad y cultura popular; Antropología sociocultural; Estudios sobre historia cultural, vida cotidiana y cultura; Estudios sobre creación artística; Participación y consumo cultural; Estudios sobre cine y el mundo audiovisual; Estudios sobre identidad cultural; Estudios sobre cultura en la Revolución cubana y Estudios sobre política cultural, medios audiovisuales y nuevas tecnologías.
El Instituto cuenta, además, con un Consejo Científico compuesto por 14 miembros de reconocido prestigio, y nuestra biblioteca, de servicio público, ha incrementado notablemente sus fondos, lo que resulta de gran utilidad, no solamente para los propios investigadores de la entidad y otros profesionales de las ciencias sociales, sino también para jóvenes estudiantes universitarios que acuden regularmente a consultar materiales de todo tipo (incluidos los fondos digitales con que contamos).
Durante un prolongado periodo, el centro igualmente fungió como Dirección de Ciencias del Ministerio de Cultura, a cargo de la atención al sistema de investigaciones culturales del país, integrado, en un primer nivel, por instituciones como el ICIC Juan Marinello; el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana; la Casa de la Nacionalidad de Bayamo; el Centro de Estudios Antonio Maceo y el Centro de Estudios Martianos. A estos centros de investigación se suman las tres áreas o departamentos de investigación, registradas por el CITMA como Unidades de Desarrollo, a saber: el Departamento de Investigaciones Histórico-Culturales y Bibliotecológicas de la Biblioteca Nacional José Martí; el Área de Investigación-Desarrollo de la Casa de las Américas y el Grupo de Investigación y Desarrollo de la Dirección Provincial de Cultura de Matanzas.
En un segundo nivel, atendíamos también a los Centros y Áreas de Estudios Culturales existentes en las provincias, o sea: el Departamento de Investigaciones del ISA y los Departamentos de Investigaciones de Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque, La Habana, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo y la Isla de la Juventud. Igualmente, la Casa de Investigación y Promoción Cultural Samuel Feijóo de Villa Clara, el Centro Cultural Nicolás Guillen de Camagüey y el Centro de Investigaciones Enrique Sosa de Ciego de Ávila.
Entre las tareas de la Vicedirección de Ciencias del Marinello se encontraba la atención a los procesos de categorización del potencial científico del sector, que cuenta con 17 investigadores titulares; 55 investigadores auxiliares; 148 investigadores agregados y 133 aspirantes a investigador.
Por otra parte, laboramos en la política de estímulo a los mejores resultados de investigación de la Cultura, mediante un sistema de premios que incluyó:
Premio Nacional de Investigación Cultural (Por la Obra de Toda la Vida). Entre 1999 y el 2018 se entregó a destacadas personalidades como María Teresa Linares Savio, Rogelio Martínez Furé, Cintio Vitier y Fina García-Marruz, Joel James Figarola, Roberto Fernández Retamar, Fernando Martínez Heredia, Carlos Venegas Fornias, Rafael Acosta de Arriba y Jesús Guanche Pérez, por solo mencionar algunos.
Premio de Ensayo Sociocultural (1999-2005): 5 Premios y 11 Menciones.
Premio Becas de Investigación Sociocultural (1999-2006): 19 Becas.
Premio Anual de Investigación Cultural (1986-2019): A los mejores resultados de investigación concluidos cada año: 323
‟Haber podido introducir en la práctica social, mediante su publicación, muchos de los principales resultados obtenidos no solamente por nuestros investigadores, sino también de los que integran el sistema de investigaciones culturales del país, ha contribuido a la difusión del conocimiento de la cultura nacional y a una mayor visibilización de nuestra entidad”.
Premio Memoria Viva (1986-2020): Premia a los portadores de la cultura popular tradicional cubana en las categorías de Personalidades; Preservación; Rescate y Revitalización; Proyección Artística y Reconocimientos: 511
En cuanto a la docencia, esta ha sido una de las formas más exitosas en lo relativo a la introducción de resultados en la práctica social. Baste destacar que entre el 2015 y el 2019 desarrollamos 43 cursos (en las modalidades de cursos libres y de posgrado) con un total de 570 graduados.
Hasta el 2017 todavía podíamos recibir a grupos de estudiantes de universidades norteamericanas, de ahí los memorables cursos sobre cultura cubana impartidos a jóvenes de las universidades de Pensilvania, Estatal de Louisiana, California en San Diego, Georgia y Alabama, por citar solamente algunas.
La actividad del Instituto ha crecido y se ha diversificado exponencialmente. Baste solo señalar que en la etapa de 2015 a 2019 realizamos:
Conferencias, ciclos de conferencias y paneles | 49 |
Presentaciones y ventas de libros | 40 |
Eventos y talleres | 66 |
Cursos Libres y de Posgrado | 43 |
Otras actividades | 39 |
Quiero destacar especialmente la organización de exitosos eventos (nacionales e internacionales) como el Simposio Nacional de Investigación Cultural, los Talleres de Ciencia y nuestros Talleres de Resultados anuales. Igualmente, los Talleres que sobre Consumo Cultural y Adolescencia se han desarrollado en otras provincias del país; los Encuentros Internacionales del Audiovisual para la Infancia Latinoamericana y Caribeña de la Red UNIAL, los Talleres “El valor del Testimonio en la enseñanza de la Historia”, el Taller Internacional de Juegos y Juguetes, el Taller “El mundo del azúcar a cinco años de la reestructuración”, los Talleres “Cultura y Desigualdad. Aspectos teóricos y metodológicos para el estudio de las desigualdades sociales”; los Talleres Internacionales de Antropología, los Talleres “Vida y obra de Juan Marinello”; el Seminario internacional “Las izquierdas en América Latina en la primera mitad del siglo XX”; el Seminario internacional “José Antonio Aponte: perspectivas interdisciplinarias”; los Talleres de Comunicación y Cultura y los de Identidad, Cultura y Juventud, entre muchos otros.
Mención aparte merecen las 14 ediciones de La Revuelta, espacio creado y liderado por los entusiastas jóvenes del Instituto, que aglutinó a un público numeroso y fiel. A pesar de que dicho espacio dejó de efectuarse hace algún tiempo, aún despierta el interés del público que regularmente participó en él.
La actividad internacional del Instituto también ha ido creciendo. Entre el 2015 y el 2019 se tramitaron 59 viajes de investigadores y especialistas de la institución a países como España, Costa Rica, Brasil, Francia, Colombia, Estados Unidos, México, Perú, Ecuador, El Salvador, Canadá, Rusia, Inglaterra, Bélgica y Haití, donde participaron en diferentes espacios académicos. Igualmente fueron recibidos y atendidos en el Instituto 360 extranjeros, participantes tanto en cursos como en espacios de investigación. Ellos provienen básicamente de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Brasil, Argentina, Canadá, Alemania, Holanda, Chile y Japón. Han impartido conferencias destacados profesores e investigadores de universidades e instituciones cubanas, así como de las universidades de Tübingen (Alemania); UNAM (México); Western Carolina, Nuevo México, City University of New York, Yale y Universidad de Michigan (todas de EE.UU.); Universidad París 8 (Francia); Universidad del País Vasco (España); Universidad de Southampton (Reino Unido), entre otras.
En este momento, tenemos firmados memorándums de entendimiento con las universidades de Columbus, Towson, New Mexico, Tulane, Estatal de Louisiana, Georgia, Alabama y Estatal de Ohio (EE.UU.).
Somos miembros de CLACSO y mantenemos relaciones de intercambio y colaboración con otras instituciones internacionales como Unicef y UNFPA. Con estas organizaciones desarrollamos los proyectos “Participación cultural del adolescente en Cuba” e “Investigación y capacitación acerca de la identidad cultural de la población joven cubana”. El primero ha arrojado resultados muy positivos, con la celebración de tres talleres regionales efectuados en La Habana, Villa Clara y Granma. En relación con el segundo, fueron editados dos libros (uno publicado) y se desarrollaron dos talleres de capacitación.
Por otra parte, se lleva a cabo el proyecto “La Antropología Sociocultural en Cuba. Reconstruyendo el pasado y cimentando el futuro”, con el coauspicio del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo (IRD) de Francia, mediante el cual se han podido efectuar dos talleres internacionales, y se encuentra en proceso de publicación un libro.
‟Numerosos han sido los colaboradores extranjeros de la institución a lo largo de los últimos 25 años. Académicos de diferentes disciplinas han estado a nuestro lado aportando sus saberes y solidaridad sincera”.
Numerosos han sido los colaboradores extranjeros de la institución a lo largo de los últimos 25 años. Académicos de diferentes disciplinas han estado a nuestro lado aportando sus saberes y solidaridad sincera.
El instituto ha recibido múltiples premios y distinciones en estos 25 años. Entre ellos puedo mencionar varios Premios Anuales de Investigación Nacional; tres Premios Nacionales de Investigación Cultural; Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba; Premio Quinquenal de Investigación Cultural 1985-1990 al resultado Atlas Etnográfico de Cuba; varios premios Catauro, de la Fundación Fernando Ortiz, así como varios Premios de la Crítica Científico-Técnica; Premio Nacional Cuentería 2006, de la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica; Mención Especial VII Premio Somos Patrimonio (2008) del Convenio Andrés Bello en reconocimiento a la experiencia Memoria Viva, en la categoría Institución Gubernamental y la Distinción Gitana Tropical, entre otras. Ellos no son más que el reflejo del intenso trabajo desplegado por todo el colectivo.
El año 2020 y lo que estamos transitando ya del 2021, signados ambos por la terrible huella de la pandemia de COVID-19, obligaron a la reorganización de nuestra agenda institucional, con una notable disminución en lo referente a la actividad pública. No obstante, nuestros investigadores trabajan activamente en sus respectivos proyectos y se han organizado algunos eventos y talleres en composición reducida y utilizando los espacios virtuales.
Muchas han sido las personas que han laborado en el Marinello desde su fundación hasta el momento. Si bien el grueso de ellas han sido investigadores, existe un nutrido grupo de otros valiosos compañeros que han sustentado la labor institucional a partir de diferentes actividades. Desde el personal administrativo, pasando por el del área económica o los especialistas de Promoción, Comunicación, Informática, Ediciones y Biblioteca, todos han aportado sus esfuerzos y conocimientos con más o menos aciertos. Mencionarlos a todos resultaría riesgoso, pues pudieran quedarse algunos fuera de dicha lista nominal.
Por último, si me preguntaran qué ha significado el Marinello para mí, diría que ha sido la gran escuela de mi formación profesional y personal, en este lugar encontré conocimientos ilimitados, respeto y afectos sinceros; aprendí disciplina, constancia y amor por mi trabajo. De modo que si volviera a nacer y me dieran la posibilidad de escoger, volvería a ser Vicky, la especialista de Relaciones Públicas del Marinello.