Una apuesta a los estudios de género en Cuba
Este viernes fue presentado Confluencia, un libro de la Doctora Norma Vasallo que constituye un acercamiento teórico y medular a los estudios de género en Cuba.
Bajo el sello del Centro Félix Varela, el material hace un recorrido desde las conceptualizaciones teóricas de género hasta el tratamiento de la violencia de género en el contexto nacional.
Al decir de Julio César González Pagés, quien tuvo a su cargo la presentación del libro, “el texto no deja duda de su compromiso con la lucha de las mujeres por la equidad y sus derechos”.
“Desde su estructura nos denota el magisterio de la profesora Vasallo. El libro está estructurado como una clase y logra adentrarse en los orígenes del género y su categoría, además cómo la propia psicología deviene un vehículo para esta reproducción”, refirió González Pagés.
A la profesora le interesó destacar la subjetividad como soporte del género, por eso Confluencia. “Donde se unen dos ríos: la construcción sociocultural diferencial entre hombres y mujeres y la subjetividad por donde transita ese género; tanto a nivel social como en el nivel individual”, explicó Vasallo.
En este sentido, la Doctora enfatizó en la idea de que la percepción es social, pues depende de las experiencias individuales de cada quien. ”Nuestras miradas de la realidad son diferentes. Por supuesto, es diferente si la mira una mujer o si la mira un hombre, porque sus necesidades son distintas.
“En los artículos sobre violencia quería identificar cómo nuestra subjetividad se convierte en soporte de la desigualdad, y especialmente, de la violencia de género, sobre todo, la subjetividad social: los mitos de la violencia, del amor romántico”, sostuvo.
“Creo que hay resistencia a que exista una ley específica; la ley sola no resuelve el problema, pero es una condición necesaria”.
¿Cuál es la importancia de transversalizar la categoría de género?
Transversalizar la mirada de género a todo significa que lo tienes en cuenta en los procesos que vas a desarrollar. Políticas, proyectos, programas de intervención, trabajos comunitarios, cualquier proceso debe tener una mirada de género, porque aunque parezca insignificante, puede haber implicaciones diferenciales para hombres y mujeres en las decisiones que se tomen.
Además, resulta importante promover la participación de las mujeres en todos los procesos sociales, porque somos la mitad de la población del mundo en todas partes: la mitad de la inteligencia, del saber. No tomarlo en consideración es desechar todo ese caudal de posibilidades y potencialidades.
Muchas veces no se conoce qué significa transversalizar el género. Se reduce a la idea de tomar en consideración a las mujeres, no se trata de eso. No es necesario en todos los casos tener una mayor presencia de mujeres, porque ya están. Por ejemplo, somos mayoría en la matrícula a la Educación Superior, no es necesario hacer porque más mujeres accedan a la Educación Superior; sí hace falta que más mujeres accedan a algunas carreras que tradicionalmente son masculinas.
En ese sentido, es importante tomar en consideración la mirada de género a todos los procesos.
¿Qué papel juega la academia en la consolidación de los estudios de género?
Es importante; si esos contenidos no se aprenden cuando te estás formando, no los vas a incorporar a tu ejercicio profesional. Si queremos que cada vez más los profesionales tomen en cuenta estos aspectos, tienen que ser parte de su formación. Por ejemplo, los médicos no reciben nada de esto y ahora mismo se está hablando de violencia obstétrica, que es real.
Todo ello está en pañales todavía. Son cuatro o cinco carreras que los tienen incorporados y son asignaturas optativas, no son obligatorias. Tienen que ser propias, para que todos las reciban, de lo contrario, las reciben unos y otros no. Es importante que se incluyan y que sean para todos los estudiantes.
No podemos mejorar todo esto que estamos queriendo que se haga, los servicios de los psicólogos, el trabajo de los sociólogos, los médicos, los juristas, si no están preparados. Muchas veces las cosas que hacen, las hacen por desconocimiento, ni siquiera porque sean machistas.
¿A qué desafíos se enfrentan los estudios de género en Cuba?
Un desafío es que las personas que toman decisiones comprendan más qué significa esto. Resulta muy importante que muchas mujeres estén en los espacios de toma de decisión; por ejemplo, en Cuba somos mayoría en el Parlamento, pero no es suficiente. Es necesario que esas mujeres tengan conciencia de género y una mirada crítica a lo que se debate y discute, que implique un mejoramiento de la situación y la condición de las mujeres.
Sin dudas, el tema de la violencia de género es un problema actual, por la connotación social del tema y la legislación que debe estar presente en apoyo a la prevención y a la atención de la violencia de género. Creo que hay una resistencia a que exista una ley específica; la ley sola no resuelve el problema, pero es una condición necesaria. Hay que trabajar en otros aspectos, pero si la gente no sabe que eso no se puede hacer, lo sigue haciendo.
También, un tema importante es el de los cuidados, que está saliendo a la luz a partir del debate del Código de las Familias. Es vital garantizar los derechos de los familiares y las obligaciones con los adultos mayores. ¿Cómo se cuida a ese adulto mayor? ¿Qué condiciones y recursos hay para cuidarlos? Son temas que no se hablan mucho. No es solo el asunto de los derechos, sino la infraestructura necesaria para apoyar esos cuidados, porque si no los cuidadores se enferman.
Cuba tiene una población que envejece, por tanto, esta problemática no va a reducirse, se va a incrementar. Los estudios en ese sentido constituyen también un desafío; en la medida que puedan dar luces podemos ayudar, porque cuando hablamos de cuidadores, hablamos de mujeres, tanto en el cuidado formal como informal.