Un puesto en la milicia de la Paz
3/4/2017
Ante las maniobras injerencistas que el imperialismo y sus acólitos regionales han pretendido implementar en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), para deslegitimar el proceso bolivariano, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y la Asociación Hermanos Saíz (AHS), en representación de la vanguardia intelectual y artística, manifestamos nuestra solidaridad con el pueblo venezolano.
La derecha internacional pretende abrir las compuertas para la intervención foránea y restaurar por la fuerza y contra la voluntad popular en esa nación, un régimen opresivo, violento, sumiso y entreguista.
Luis Almagro, Secretario General de la OEA, y sus cómplices, aspiran a fracturar el orden constitucional y derrocar el Gobierno bolivariano, lo que sumiría a la sociedad venezolana en el caos y atentaría contra los logros sociales arduamente conquistados.
Luis Almagro (a la derecha) en el Cuartel de la Montaña, cuando gestionaba votos para su elección en la OEA. Foto: Internet
A los enemigos de la Revolución latinoamericana les duele que el pueblo venezolano haga suyos derechos irrenunciables como la independencia, libertad, soberanía, integridad territorial y su autodeterminación. No les interesan el acceso universal a la educación y el conocimiento, ni el fomento de espacios para el desarrollo espiritual de los seres humanos como los que ha propiciado la Misión Cultura en barrios y comunidades.
Hacemos nuestro el pronunciamiento de la Red en Defensa de la Humanidad, cuando alerta y convoca: «Es hora de hacer respetar la dignidad de los pueblos y de mantener erguidas las cabezas. Es hora de no volver a permitir que enloden los avances de los pueblos bajo toneladas de calumnias mediáticas y campañas de desprestigio. Es hora de la unidad, de la lucha, y de la victoria definitiva sobre los siniestros designios del imperialismo».
En este momento crucial, los escritores y artistas cubanos pronunciamos las palabras que José Martí dijo ante la intelectualidad caraqueña el 21 de marzo de 1881: «Así, armado de amor (…) a pedir vengo a los hijos de Bolívar un puesto en la milicia de la paz».
La Habana, 1 de abril de 2017