Un año más para el Centro Lam
27/2/2018
Este febrero de 2018 se cumple el 35 aniversario de la creación del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam. Con motivo de la celebración se realizarán varias actividades durante todo el año que tendrán como fin promover el trabajo de la institución.
Instaurado por la Dirección de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura, el Centro surgió el 28 de febrero de 1984 ante la idea de Fidel Castro, quien quiso homenajear la labor extraordinaria del artista cubano e internacional Wifredo Lam, luego de su fallecimiento en 1982.
Fundado con el propósito de visibilizar e investigar la obra del más universal de los pintores cubanos y el arte contemporáneo de Asia, África, Medio Oriente, Latinoamérica y el Caribe. Este Centro es además el encargado de organizar la Bienal de La Habana, evento de singular trascendencia en Cuba y el mundo.
Como parte de su labor de investigación sobre el arte del Tercer Mundo —hoy Sur Global— y otras regiones afines, se muestran asimismo los resultados de su equipo curatorial mediante la realización de un programa de exposiciones, ciclos de conferencias y talleres, visitas dirigidas y encuentros con artistas e investigadores, entre otras acciones.
La institución, ubicada en la Plaza de la Catedral, en el Centro Histórico de la Ciudad, posee amplios espacios de exposición, salón de conferencias, sala de lectura y un centro de documentación con más de 11 mil textos sobre arte contemporáneo internacional, las Bienales realizadas en La Habana y el mundo, así como catálogos, artículos y literatura de artistas e intelectuales cubanos, lo cual lo convierte en una importante referencia a nivel nacional. Además, atesora una notable colección de pintura, fotografía, dibujo y grabado, entre otras manifestaciones, con cerca de tres mil obras de autores cubanos y de una amplia gama de países.
El Centro Lam fue un importante impulsor junto a la Bienal de La Habana, del reconocimiento al arte del Tercer Mundo dentro de la esfera artística internacional. Ese, junto a otros desafíos, ha contribuido al reconocimiento de la institución no solo como un espacio de prestigio para el pensamiento cubano, sino como un punto de encuentro y validación para las culturas y tradiciones periféricas.