Tumbao de Kelvis sacude paredes del Museo Nacional de Bellas Artes
23/7/2018
Vuelve Kelvis Ochoa a sonar por todo lo alto tras concierto en el patio del Museo Nacional de Bellas Artes, Edificio de Arte Cubano. La cita tuvo lugar el pasado viernes a las 8:30 p.m. Allí entraron ensimismados por los acordes de su guitarra el público que lo sigue a todos los espacios, y otros que, de manera itinerante, no se perdieron aquel espectáculo de una hora y poco más.
Foto: Internet
El cantautor nos regaló varias canciones, entre ellas “Ojos negros”, “Marieta”, “Siete días” —compuesta por Descemer Bueno—, “Arenas de soledad” y “La conga se me sube a la cabeza”, así como temas que pertenecen a los fonogramas Habana Blues (2005), Amor y Música (2008) y Curanderas (2014). Durante el concierto Kelvis dejó ver el profundo lirismo tras las temáticas románticas y sociales, y la diversidad de géneros que caracterizan su obra: timba, son, conga y sonoridades del pop y el funky.
Para acompañar sus notas, se presentó como invitado Julito Rigal, trompetista. Rigal no solo acompañó magistralmente al cantante, sino que se robó el show con solos profundos y melodiosos. También el bajo tuvo un rol protagonista, allí donde Kelvis le dio paso al color imponente de su instrumento.
La poca cantidad de sillas no amilanó al espectador, quien encontró en el suelo y butacas colocadas por los alrededores un espacio alternativo para acomodarse. Eso, quienes pudieron resistirse a bailar al ritmo de los tumbaos frenéticos del artista que parecieron sacudir las paredes y los cuadros del Museo. Hubo quien incluso invadió la escena, como una suerte de acto premeditado.
Quizás el talón de Aquiles del espectáculo resultó el sonido. La referencia no fue de las mejores si se tiene en cuenta la altura y la falta de limpieza sonora. Para bien de los oyentes, estos deslices quedaron sin impacto gracias al buen desenvolvimiento musical de Ochoa. Como de costumbre, el cantautor animó a los espectadores a doblar su voz mediante coros. Quizás los momentos más óptimos fueron aquellos en los que sus músicos le dieron paso a los presentes para que el diálogo fuera más íntimo con él.
El también ganador de un premio Goya 2006 a la mejor música original, agradeció la posibilidad de dar un concierto allí, en homenaje a los 500 años de La Habana. Próximamente, sacará un disco con Bis Music titulado Calle Amores.