Tomar distancia… Niels Reyes expone en la Galería Servando
24/2/2020
Siempre he imaginado a Niels Reyes Cadalso como un soñador, un hombre de muchos colores, un pintor afanado y exquisito en el retrato sin temor a nutrirse de cualquier referente para experimentar, un creador de fuertes empastes y ardientes emociones con respecto a su figuración en el arte.
Esa impresión no ha variado con el tiempo. Su más reciente muestra personal, Distancia, que se exhibe en la Galería Servando hasta mediados de abril, es una invitación a alejarse de las impresiones primarias de las piezas para “hallar los códigos que poco a poco conducen a un resultado determinado”, detallan las palabras del catálogo.
En Distancia se observa una evolución de su trabajo: si bien el retrato en un primer plano ha sido lo más identificativo del artista, ahora el cuerpo a partir de un plano medio complementa esta nueva propuesta, donde aparece señalada, con énfasis pictórico, la zona de la nariz junto con los pómulos de cada uno de sus personajes.
“Es una metáfora de todo, del momento actual. Estamos metidos dentro de un caos y a veces el acto de tomar distancia da otra perspectiva para comprender ciertas cosas. El rostro, más que todo, es mi sujeto de representación, mi pretexto para desarrollar modos de pintar, de experimentar”, asegura el creador en entrevista con La Jiribilla.
El poder de síntesis en sus obras, de transparencia, de sugerir sin barroquismos, sin tantas explicaciones, son elementos que han caracterizado a Reyes Cadalso. Esa fuerza telúrica rica en tonalidades, en expresiones, en renovarse una y otra vez con nuevas figuras, cuerpos e intenciones, hacen al espectador y a la crítica volver a sus aventuras artísticas.
Una pintura en especial, “Renata”, destaca por ser la única que aparece con los ojos abiertos en la exposición. ¿Cómo pudiera interpretarse la pieza?
En un principio iba a ser la primera obra de la exposición, pero por conceptos de curaduría tomó otro lugar. “Renata” tiene influencias del mundo manga, de la ciencia ficción, del futurismo, cosas que me interesan. Es quizás una obra muy expresiva, quería que fuera así. Es un retrato de alguien real, una Renata del futuro hecha pictóricamente.
En general, ¿por qué destacar los pómulos y la nariz en las figuras de Distancias?
Es un proceso que viene de obras pasadas. Hay una especie de estructura que le llamo la mantarraya, una luz que le pongo a las piezas como leitmotiv. Ahora lo estoy haciendo en esculturas. Tiene que ver con un estudio que hice sobre topología. Le puse a este proceso sobrescrito, el de hacer el mismo gesto una y otra vez. Encontré ahí la belleza, la síntesis del cuerpo humano.
A partir de entonces todos los rostros tienen esa capacidad, nacen de un gesto básico, elemental, con mucho del arte asiático, de dibujos infantiles; una estructura básica que va construyendo un cuerpo y de donde salen, al mismo tiempo, estructuras tridimensionales. Es un descubrimiento que he ido desarrollando.
¿Cuáles caminos creativos tendrá luego de esta exposición?
Tendré una exposición pronto que se relaciona con una beca que obtuve en el 2018 en China, después una bipersonal en galería Habana y otra muestra personal en Córcega, Italia.