La obra de Salas es un poliédrico, profundo y visceral retrato de Cuba. Su mirada abarcadora, incisiva, inteligente y dueña de una exquisita sensibilidad instruida, ha examinado su entorno con curiosidad, exquisitez y hondura. Testigo de su tiempo, pertenece a un selecto grupo de fotógrafos que ha contribuido a que la fotografía cubana sea considerada arte.