En ese contexto, singularizar a Cuba con acusaciones ambiguas y generalizadoras, justo en medio de las jornadas mundiales contra el bloqueo, es prestarse al juego simbólico del imperialismo yanqui contra Cuba, que intenta constantemente buscar argumentos que justifiquen su política genocida. Invito a los intelectuales, y personas de bien de América Latina que se pronuncien contra esta declaración que cuando menos he de tachar de cobarde.