Baja y sube el madero, choca contra el tronco. Los granos de café van soltando la melaza. Vuelve en renuevo el proceso, las manos se juntan, la cintura se arquea. Tres golpes primero, luego dos. En San Antonio del Piloto, Mayarí, serranía del Oriente de Cuba, se reitera la escena. Enrique Bonne, mente siempre alerta, captó los sonidos en el aire, interpretó su atmósfera, trazó el andamiaje musical y los hizo trascender al pentagrama.