Los curtidores
Sus gritos. Peores que las fiebres que equilibraron la sobrepoblación del barrio de los fauvistas, apenas unos meses antes. Sus gritos. Da Vinci y Tiziano me perdonen. Mujeres: la creación más abominable de la tierra. Detrás de mí. Con sus manchas. Con el tatuaje de los girasoles, extendido por su rostro como una pandemia. Con su color amarillo.