¿Por qué volver al pensamiento de Fidel hoy y siempre?
Porque resume y proyecta, al mundo y al futuro, lo que somos. Nuestras angustias y sueños más profundos. Nuestros dolores, ansias de transformación y posibilidad histórica. Tan ardiente en la pregunta como en la respuesta. La esperanza, muy dura, de que aún es posible crear algo diferente a la dominación absoluta, planetaria sin resquicios, del capital corporativo desatado. Su manera de abordar el tiempo (presente, pasado y futuro) obliga siempre a pensar sobre lo otro; no lo que existe, sino lo que podría sobrevenir. Es un aviso, una guía, una convocatoria al diálogo crítico sobre nuestro mundo, sobre su propio pensamiento y el que teníamos antes de comenzar el intercambio con sus ideas. Nos desafía siempre: se adelanta.