“(…) El teatro cubano en la actualidad centra gran parte de su discurso en la subalternidad y la crisis global de las desigualdades, con obras de alto calibre, en diálogo abierto con el público (…)”.
El teatro cubano actual pone el cuerpo y la voz no solo como un artificio o un entretenimiento, sino como un mapa real sobre el cual reescribirnos todos.