Publicamos la primera entrega de tres cuentos breves que hablan del amor diverso, de todo el amor, porque cuando se habla de este sentimiento no hay límites. Amar es eso, resucitar, como diría Dulce María Loynaz, y eso basta. Los cuentos, las historias, permiten narrar y que nos reconozcamos, que valoremos al otro. En lo que narramos está la representación de la vida misma; está el camino al respeto de la identidad de cada cual. Queda la invitación a seguir, de tres en tres, cuentos de autores cubanos que abordan la diversidad sexual.