La Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana develó un conjunto escultórico de dos piezas del maestro, en la explanada del Castillo de la Real Fuerza.
“La poética de Sosabravo puede aparentar una fiesta, una escena lúdica, una pieza de teatro, una página de un libro de Alejo Carpentier o de Gabriel García Márquez; un poema de Nicolás Guillén o una película de los grandes del cine cubano o latinoamericano; porque es su manera de comunicarse, porque es la síntesis del ser humano y del entorno de su tiempo”.
"Alfredo Sosabravo arriba trabajando a sus noventa abriles. ¡Felicidades, maestro! Nuestros mejores deseos de que su exquisita y fecunda longevidad nos siga deparando la extensión de una obra que pertenece, desde hace mucho, a lo más sobresaliente del arte cubano. Y que nos permita, al mismo tiempo, seguir disfrutando de su buen carácter y afabilidad. ¡Salud y larga vida!"