Steve Turre comparte sus saberes con estudiantes cubanos
Como parte del programa académico del XVIII Coloquio Internacional de Jazz Leonardo Acosta in Memoriam, que se desarrolla en la Fábrica de Arte Cubano, se produjo un encuentro entre el trombonista y compositor norteamericano Steve Turre y alumnos del Conservatorio Amadeo Roldán de La Habana.
Turre, uno de los invitados especiales que acompaña al pianista cubano-americano Nachito Herrera en su programa de intercambio cultural en la Mayor de las Antillas, compartió sus saberes con estudiantes del sistema de enseñanza artística presentes en la Nave 1 de la Fábrica.
Como parte de su clase magistral, hizo un breve recorrido por la historia del jazz y sus orígenes en la ciudad norteamericana de New Orleans. Recordó su nacimiento como una vía de expresión entre los afroamericanos que no podían estudiar en las escuelas de música. Por eso, según dijo, el jazz que ellos tocaban era más crudo; después el blues se volvió un poco más sofisticado.
Por interés de los estudiantes ofreció una panorámica de la historia del trombón, vinculado al jazz, y mencionó algunos de sus principales cultores. Se refirió a los estilos únicos de interpretar que tienen los músicos jamaicanos y brasileños.
Acerca del swing aclaró que está vinculado a la forma en que los africanos tocan la batería. Esa es la visión que alcanzó luego de haber incursionado, con éxito, en la música afrocubana y mexicana, el jazz latino, el bebop y las sonoridades cariocas, entre otras.
Se refirió a elementos como la armonía dentro del jazz y a la importancia que tiene el blues en el lenguaje de ese género. A manera de consejo señaló que se debe tener mucha paciencia para tocar el trombón. Solo si la música está en orden y el sonido es perfecto, todo fluye libremente, sentenció.
“Tienes que aprender a hacerlo fácil y a contar una historia con cinco notas. Lo más importante es escuchar si la nota está en su tono y poner la posición donde el sonido está correcto: no con el cerebro, sino con el oído y con el corazón”. Por esas y otras razones, Turre ha sido elegido, durante varios años, como el mejor trombonista del mundo por revistas como Jazz Times, Downbeat o Jazziz.
“Solo si la música está en orden y el sonido es perfecto, todo fluye libremente”.
Las conchas en la vida de Turre
En su vida artística se produjo un giro radical cuando conoció al compositor y multinstrumentista Rahsaan Roland Kirk. Gracias a él se introdujo en el estudio de las conchas marinas y hoy la crítica especializada lo reconoce como uno de los pocos músicos que ha logrado revitalizar ese instrumento. Ante la interrogante de cómo logra un impresionante rango de tonalidades con las conchas para interpretar el jazz, extrajo de su maleta un sinnúmero de esos instrumentos, evidencia de sus raíces mexicanas.
Asegura que construye sus propios caracoles. Los escoge según el tono que producen. Los lija y los va moldeando hasta conseguir el sonido deseado. En su opinión es muy natural que los trombonistas puedan tocarlos. Confesó que tiene muchos en casa, pero se queda con los que más suenan y encajan en la canción.
Como colofón del encuentro, invitó al estudiante Darío Hernández Peña, quien cursa el segundo año en Amadeo Roldán. Para sorpresa de los presentes, cuando Darío terminó su ejecución le regaló un trombón nuevo que el estudiante agradeció sacándole sus mejores notas.
Al finalizar la clase magistral el adolescente brindó declaraciones exclusivas a La Jiribilla:
Me gusta mucho tocar el trombón y me sentí muy feliz al lado del maestro Steve Turre. Nunca había tenido la oportunidad de tocar con ningún músico reconocido, pero si se volviera a presentar la asumiría con gusto. Estaba muy nervioso, aunque me sentí muy bien. La conexión con el maestro fue bonita por todos los juegos musicales que hicimos juntos.
A la pregunta de lo que significó para él recibir un trombón nuevo respondió:
Hasta ahora he tratado de defenderme con mi instrumento y sacarle la mejor música posible, pero agradezco mucho el regalo de Turre, porque sabemos lo complicado que resulta comprarse un instrumento nuevo. Hay otros compañeros que lo necesitan más que yo, pero me sentí muy contento.
Según la musicóloga y productora Cary Diez, Darío es una joven promesa que debemos tener en cuenta. A su corta edad ya incursiona como compositor, arreglista y tiene su propia banda.