Según Thomas Hardy, hay una condición peor que la ceguera, y es ver algo que no es. Ciertamente, las alucinaciones, como experiencia, son de interés para varias ciencias como la neurología, la psicología y la psiquiatría, pero suelen dejar perplejos al resto de los mortales. Por lo común, estas aparecen en trastornos propios de la esquizofrenia, aunque también son mencionadas en experiencias místico-religiosas, perturbaciones del sueño y consumo de drogas.

En fin, no voy a decir yo que haya gentes tocándose en El Toque, ese medio periodístico independiente —huelga decirlo, independiente de nuestra Independencia—, o que de pronto padezcan trastornos nerviosos —o que simplemente hayan visto caminar a Jesucristo sobre las aguas en la bahía de La Habana—: a lo mejor la explicación de la alucinación es tan simple como no haber dormido bien por culpa de un reguetón en casa del vecino.  

“Hay una condición peor que la ceguera, y es ver algo que no es”.

En cualquier caso, parece puro ofuscamiento cierto artículo publicado por ese medio la semana pasada, donde se afirma que la XIV Bienal de La Habana es prácticamente clandestina. De cierto, algo muy raro les debe estar pasando con las percepciones, porque uno entra a Google, pincha noticias, coloca en la barra de búsqueda la expresión “14 Bienal de La Habana” —así entrecomillado para evitar confusión—, y en apenas 0,24 segundos aparecen 1 430 resultados. Sales de Google y entras en YouTube; realizas la misma búsqueda y te cansas de hallar videos con noticias, entrevistas, muestras, expos, eventos teóricos, etcétera, etcétera, de ese evento.

No sé si la realidad ya no es lo que era o que la falta de sueño se ha generalizado, pero esa clandestinidad de la Bienal se está divulgando bastante. El artículo de marras ha sido escrito por la joven periodista Meilin Puertas Borrero quien, para probar el supuesto escaso impacto de la Bienal, dice haber hecho un “experimento”. Afirma que sondeó la opinión de 109 cubanos en redes sociales, y que el 60 % de ellos expresa no haber disfrutado de la Bienal o no se siente complacido con sus obras. 20 individuos no conocen que dicho evento se está realizando.

Ingenuo que es uno. Yo creía que, para calcular el tamaño y nivel de confianza de una muestra poblacional, así como sus diferentes formas de segmentación, era necesario sacar muchas y complejas cuentas. Eso por lo menos recuerdo haber leído en los manuales metodológicos de la ciencia estadística durante mis estudios universitarios; pero ya veo que no es así. Para generar una noticia con soporte científico, ahora solo tienes que llegarte por tu zona de confort en redes sociales. Te arrellanas en la butaca frente a la computadora, entras en Facebook, y tras decir: Buenos días, amigos, preguntas: ¿Qué opinión les merece tal cosa?

También creía que fuente periodística era cualquier entidad, persona, hecho o documento que provea de información al periodista, para que este tenga elementos suficientes al elaborar una noticia; pero descubro que esto igualmente ha cambiado. Ahora fuente periodística puede ser aquel neófito que nada sabe o está desinformado sobre el hecho en cuestión.

“Ahora fuente periodística puede ser aquel neófito que nada sabe o está desinformado sobre el hecho en cuestión”. Imagen: Internet

Total, que no me puse a cuestionar el método de análisis —lo di por válido—, y realicé mi propia encuesta en un grupo de casi 500 cubanos en Telegram. ¿Y saben qué?: resulta que allí nadie conoce quién es Meilin Puertas Barrero. Mi siguiente pregunta: ¿Qué pueden decirme de sus obras?, fue dejada en blanco. Estoy realmente confundido, o quizá alucinado, y no sé a qué conclusión llegar. ¿Debería yo decir que esa joven no existe o es clandestina?

Hoy mismo leía yo que, con el auspicio del Fondo Cubano de Bienes Culturales, se acaba de inaugurar una muestra de la valiosa producción artística que emplea el arte de moldear en la Isla. Un total de 27 artistas se aglutinan en esa exposición colectiva que evidencia la riqueza y heterogeneidad de la manifestación, además de convertirse en una oportunidad única para amantes de la escultura, técnica que no siempre es preferida por los circuitos expositivos.

Impresiona la lista de participantes en la muestra: Osneldo García, Lidia Aguilera, Pedro Pablo Oliva, Eduardo Roca (Choco), Roberto Fabelo, Juan Quintanilla, Fernando Velázquez Vigil, Rafael Consuegra, Aramís Jústiz, Rafael Pérez Alonso, The Merger, Kadir López, Tomás Núñez (Johny), José Emilio Fuentes Fonseca (JEFF), Duvier del Dago, Lisandra Ramírez Bernal, Alberto Domínguez, Miguel L. Osorio, Pedro Luis Cuéllar, José Villa Soberón, Duniel Alemán Díaz, Frank González Martínez, Gabriel Cisneros, Mario Vega, Yeinier Núñez López, Marcos Luis Reyes.

“Un total de 27 artistas se aglutinan en esa exposición colectiva que evidencia la riqueza y heterogeneidad de la manifestación”. Imagen: Tomada de ArteporExcelencias

Si la matemática no falla —y ya que un tema de tanta complejidad conceptual se nos presenta como una simple relación aritmética—, esos 27 artistas son 7 más que los 20 usuarios de las redes sociales que dicen no saber del evento. Con que cada uno de ellos conociera a uno solo de esos artistas, o se hubiera asomado a su perfil en redes sociales, estuvieran enterados. ¡Caramba, que no se trata de aficionados que hacen sus pininos con yeso en una casa de cultura municipal!

En fin, no diré que Meilin nos está desinformando con su artículo; en cualquier caso, puede que tan solo nos esté informando de la desinformación que tienen sus amigos en redes sociales. Sí es así, vale la nota.

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