Sketcher: “El rap cambió mi vida para bien”

Jesús Jank Curbelo
2/10/2017

Reynier Álvarez Izquierdo; dice que su aka (sobrenombre) ya no es Sketcher, sino Sketch Partidario.
Fotos: Leisy Rubio

 

Supe del Sketcher por un tema de Rxnde Akozta. Rxnde le envía afectos al Beceko, al Yunque, al Gallo y al Sketcher. Se me quedó su nombre. Vi su foto en una revista Movimiento, o algo. Se me quedó su cara. Sin embargo, no lo he visto rapeando. Lo he visto un par de veces en las heladerías de Santiago y siempre digo: ese es el Sketcher.

Y él no sabe quién soy.

Pero ahora estamos en el teatro de La Madriguera. Él está a dos asientos del pasillo en que estoy, está acodado sobre sus rodillas y alguien está dando una conferencia sobre Djs en Cuba. Le escribo en el teléfono: mi hermano, ¿me dejas entrevistarte? Y se levanta (tiene un short por debajo de las rodillas y los dreadlocks le cuelgan por toda la espalda hasta la cintura; un pomo con agua; tenis grises tipo botas). Salimos al patio y nos sentamos en la tarima del escenario. Le explico el motivo de la entrevista.

Dice que se llama Reynier Álvarez Izquierdo; dice que su aka (sobrenombre) ya no es Sketcher, sino Sketch Partidario:

—¿Qué pasa? —dice—, Partidario fue un grupo que yo fundé junto con otro amigo mío, y entonces ahora mismo él no está en Cuba, pero es como si estuviese porque nos comunicamos siempre y lo mantengo al tanto de lo que está pasando. Entonces por eso todavía represento el nombre ese, Partidario. Porque es como si todavía estuviese trabajando junto con este socio.

—¿Así empezaste?

—No. Como tal yo empecé en el 98, junto a Darwin (Borrach El Independiente). Y en el 99 fue la primera vez que canté junto a Darwin, que los dos formamos la agrupación Golpe Seko. Y ya. En esa época comenzamos allá en Santiago de Cuba, en el Ateneo Cultural, que fue el primer lugar donde se comenzó a rapear allá.

Estamos en los días del Simposio de Hip Hop Cubano y se supone que haya una representación de (los mejores) grupos de todo el país.

Hay pocos santiagueros.

Realmente, hay poca gente en general.

—Lo que está pasando con el rap en Santiago es… no sé. No hay muchos espacios. Ahora mismo lo que está sucediendo es un espacio que yo tengo junto con la Casa de la Cultura 28 de enero, en el Distrito, en mi barrio. Todos los meses, o cada dos meses, hacemos conciertos en un parque que tenemos ahí mismo. Entonces yo trato de invitar siempre grupos de diferentes provincias. Casi siempre invito a gente de Guantánamo, de La Habana, de todo el país. Y esto es lo que está sucediendo, ¿entiendes? No tenemos ningún otro espacio donde tú puedas encontrar hip hop.

“Ahora la AHS comenzó a hacer algo, hace como un mes, dos meses. Algo de rap. Tenemos una peña ahí, pero no tiene mucha fuerza”.

—Y más allá de las instituciones, ¿cómo está el rap en Santiago?

—Ahora mismo, si te hablo de algunos grupos, que están haciendo rap, te puedo mencionar los mismos de siempre, que son los que se han mantenido ahí: Golpe Seko, quien te habla, el Sketch Partidario, T.N.T., Pellón. Ya. Son los únicos que están ahí, trabajando duro, todo el tiempo, desde que empezamos.


“Decidimos comenzar a cantar, y empezamos a escribir canciones”

 

—¿No hay nueva escuela allá?

—Bueno, yo estoy aquí con un muchacho que se llama Raps Ernesto. Él es nueva escuela ahora mismo en Santiago. Estamos haciendo un disco juntos, y lo estoy apoyando, ayudándolo, ¿entiendes?, pa’ que salga adelante.

“Hay otros raperos también, nuevos. Pueden ser cinco o seis. Pero los viejos son los que más se han mantenido, y son los que siempre veo ahí, en todos los festivales y en todos los lugares. Los grupos que salieron ahora como tal son buenos, los respeto. Pero bueno, todavía están tratando de salir adelante, y defendiendo lo que hacen”.

—Vamos al principio. ¿Cómo llegaste tú al rap, o cómo llegó el rap a ti?

—A ver, en mi barrio había un grupo que se llamaba Cosa Nostra. Ellos hacen reggaetón, pero cuando los conocí hacían rap, reggae. También había un poco de vicio de bailar breakdance, piso, y ese tipo de cosas.

“Mi primo siempre, en la casa, se paraba frente al espejo a bailar, y yo lo veía. No entendía por qué bailaba. Simplemente me gustaba ver lo que él estaba haciendo. Y un día, con estos muchachos del grupo Cosa Nostra, fui al Ateneo Cultural. Fui, comencé a mirar, y aquello me llamó la atención. Y a partir de ese momento comencé a entender todo acerca del rap, ¿no?, buscando información.

“Ahí conocí a Andrés, en mi barrio. Él bailaba breakdance y comenzamos a bailar juntos. Él estudiaba junto a Darwin en la misma escuela, y nos conocimos. Nos unimos y formamos una agrupación de baile. Éramos cuatro. Después decidimos comenzar a cantar, y empezamos a escribir canciones, ah, y así, con backgrounds americanos que íbamos consiguiendo o que comprábamos.

“Hasta que un día fuimos al Ateneo Cultural, ya después de tener un trabajo elaborado. Ahí se hacían audiciones. Y fuimos a la audición, pasamos la audición, y comenzamos a rapear ya como Golpe Seko”.

La palabra rap, literalmente, significa golpe seco.

—Después de eso conocimos a Emmanuel, un rapero africano que estudiaba en Santiago, el cual formó parte de Golpe Seko. En ese momento que Emmanuel entró, éramos yo, Darwin, Emmanuel y Oscaro Delgado. Éramos nosotros cuatro.

“Emmanuel lo que le aportó a la agrupación fue un poco más de conocimiento, un poco más de calidad, de madurez, ya que venía de otro país, y traía más información acerca del rap. Y bueno, obtuvimos tres premios como mejor agrupación novel de la provincia en ese año. Premios que daban en el Ateneo, en la Casa de la Cultura.

“Con Golpe Seko pude hacer muchas cosas. Fue la agrupación con la cual me abrí paso, con la cual me di a conocer, y estuve trabajando con ellos durante seis años. Ya después de eso, nada, tomé otro camino”.

Sketch Partidario tiene cuatro discos: La huelga lirical, Un ejército de humanidad, Rap trascendental, y un álbum de reggae junto a otro santiaguero: Rocky Levy.

Ahora está grabando Pa’ mi gente, con Raps Ernesto.

—Yo tenía mis ideas, y trabajos que quería hacer solo. Empecé a experimentar un poco y al final me quedé formando parte de la agrupación Partidario, junto al otro amigo del que te hablé. Pero bueno, al final, donde quiera que nos vemos es lo mismo. De hecho, en todos mis discos siempre vas a encontrar featurings del Sketch Partidario junto a Golpe Seko. Una, dos, tres canciones, siempre. Así que al final nunca nos separamos.

“Y en todos estos discos también han participado artistas importantes. Tengo canciones con Intifada, un rapero de Puerto Rico, con Dugi, un rapero de Haití, con un integrante de Nomadic Massive, que es una agrupación de Canadá que ha participado mucho aquí. Y raperos de África, de Suiza, de diferentes naciones…”

—¿La has echado tú por allá afuera?

—Todavía no he tenido la oportunidad. Mi voz sí ha viajado, se ha movido por todos los lugares, pero mi cuerpo nada (ríe).

Entonces le pregunto por sus primeros textos y vuelve a reír.


“Llegó un momento en el que me di cuenta de que estaba
mermando un poco el movimiento de rap en Cuba”

 

—Había uno que hablaba de Santiago. Decía: Santiago sí que sí/ guajiro MC/ Santiago sí que sí/ remember me… Y había otro junto a Oscaro Delgado: Esto no es lo que tú te imaginas/ estas son esas rimas que nunca terminan/ esto no es Piso 6, brother, tu boca cierra/ esto se llama Seis pisos bajo de la tierra. Y fue muy bonito, fue muy bonito…

—¿Pasaban trabajo? Me refiero a la hora de conseguir los beats, de grabar…

—Sí, se pasaba un poco de trabajo. Imagínate, había pocos productores en esos tiempos y los que existían cobraban muy caro. Y no todo el mundo tenía la posibilidad de grabar una o dos canciones. En ese tiempo había dos o tres estudios nada más en Santiago.

“Gracias a Dios, Darwin, Emmanuel, Oscarito y yo tuvimos la posibilidad de grabar cinco o seis canciones juntos. Hicimos un disco juntos, y después de eso continuamos grabando, pero era difícil. Había que reunir dinero y dejar de hacer muchas cosas que a uno también le gustaban, para poder reunir y grabar en este mes una canción, de aquí a tres meses otra. Bueno, tú sabías que hoy ibas a grabar una canción, pero nunca podías saber cuándo ibas a terminar de tener tu CD en la mano: un disco promocional, un demo”.

—¿Qué hacían con ese disco?

—Promocionarlo.

“Muchas veces lo que hacíamos era que comprábamos un tamborcito de discos, quemábamos esas canciones, y nos íbamos a las peñas o a los conciertos, Romerías de Mayo, festivales, y allí los regalábamos. Después de memoria en memoria, cuando llegó la época en que todo el mundo tenía memoria, y así era como funcionaba todo.

“No tenía ni portada el disco. No contábamos ni con alguien que nos pudiera ayudar con el diseño gráfico.

“En cuanto a los espacios, nada más teníamos el Ateneo Cultural. Y ya te digo, para cantar allí tenías que pasar por una audición. Si no aprobabas, no podías cantar. Y tuvimos suerte, porque muchos grupos nunca llegaron a cantar allí. Muchos grupos que eran más viejos que nosotros nunca pudieron obtener un premio. Y contentos, porque llegamos a estar entre las ocho mejores agrupaciones de rap que había en Santiago. Creo que llegamos a ser como la segunda, y en algún momento la primera. Y ahí estuvimos, trabajando todo el tiempo, ¿no?

“Después llegó un momento en el que me di cuenta de que estaba mermando un poco el movimiento de rap en Cuba, de que ya estaban quedando pocos raperos. Muchos cogieron otro camino, otros se fueron del país, no sé. Pero siempre traté de mantenerme fuerte, de seguir trabajando. Y traté de acercarme a la gente que organizaba peñas, conciertos; de llamar a los raperos que más estaban trabajando en ese momento para invitarlos a trabajar en mis discos. Y de esa forma mantenerme en la causa. Y tratar también de mantenerlos, ¿me entiendes?, involucrados ahí. Animados y trabajando.

“Igual en Santiago me he encontrado a muchos raperos viejísimos, que ya no están haciendo música, y yo les he preguntado: oye, ¿por qué no te embullas de nuevo y haces algo? Me han dicho: no, compadre, qué va. Ya yo no estoy pa’ eso…

“Es verdad que pasábamos trabajo, pero había que esforzarse, brother”.

Sketcher es un tipo muy centrado. No bebe alcohol, no fuma. Habla sereno. Sin embargo, me dice que al principio era “una persona loca”, que los socios del barrio le decían: oye, tú eres un sketcher, compadre, tú eres un sketcher…

—Lo que querían decir era como que cuando te subes al escenario das un show completo: muchas veces eres cómico, o loco así, (ríe).

“Ya yo no soy lo mismo. Los tiempos han cambiado. Pero así fue como surgió el Sketcher. Y Partidario por el piquete, y porque soy partidario de todas las cosas buenas.

“Yo no defiendo nada que tenga que ver con las cosas babilónicas (que ya sabemos que lo babilónico es lo negativo). Defiendo todo lo espiritual. Todo lo que nos una, ¿no?, en pos de hacer cosas positivas. Eso es lo que defiendo, ¿me entiendes? Mi color, mi raza, mi cultura, mi familia, mi rap, mi gente. Eso”.

Sketcher es un tipo muy centrado.

—Lo primero es tener mucha salud, que mi mamá se mantenga con vida y que no me falte la comida ni el dinero, porque este mundo se mueve así, y hay que estar saludable para poder hacer cosas saludables.

“Y lo segundo es vivir para el rap, porque el rap fue una escuela que me cambió la vida para bien”.

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