Pleasure (2021) repara sobre la industria del cine para adultos desde una visión profunda y cruda. Su historia ahonda en los mecanismos de funcionamiento de este sector cinematográfico, sus conflictos y procederes, pero, sobre todo, exhibe la compleja manera de cómo llegar al éxito en una de las empresas del entretenimiento más complejas y absurdas.

El primer plano se presenta con Linnéa (Sofia Kappel), su protagonista, una joven que deja atrás su poblado en Suecia para ir a buscar sus sueños en Los Ángeles, Estados Unidos. Estas fantasías ella las ve cumplidas siendo la nueva promesa porno, deslumbrando por sus capacidades, su ambición y su alto deseo sexual. Sin embargo, Linnéa no contaba con las complicaciones que traía consigo la búsqueda de su sueño como estrella en esta industria.

La película de la directora Ninja Thyberg, realiza una indagación profunda de la vida de estas actrices y actores que laboran en el sector.

Con Bella Cherry, el nombre artístico de la principal, se deconstruye un caso atípico. El personaje no repara en la muchacha mimada que no sabe a lo que se enfrentará en el mundo desconocido en que se sumergirá con tal de alcanzar sus metas; más, sí presume del reto transformador al comprender los sacrificios, obstáculos y martirios que tiene que superar para llegar al estrellato, donde nadie le tenderá la mano para subirla a la cima.

El primer plano se presenta con Linnéa, su protagonista, una joven que deja atrás su poblado en Suecia para ir a buscar sus sueños en Los Ángeles, Estados Unidos.

Linnéa persigue su sueño americano según sus ideas y, como puede, enfrenta una lucha externa e interna que la lleva a la rendición antes de la conclusiva superación del héroe, desde la narratoria clásica de historias.

El filme supone toda una odisea para que ella alcance su objetivo, quedada al suspense dado el mismo ambiente cambiante que tiene la industria. Pleasure recurre a la indagación de sus personajes como traducción de su contexto aparente. Su proceso inmersivo traduce los comportamientos de la industria que resultan asfixiantes.

El tratamiento de Pleasure es convencional, quizás algunos movimientos de cámara junto al uso de primeros planos y planos enteros modifiquen la costumbre, con el sentido de reflejar las emociones directamente e involucrar al espectador en las situaciones específicas de la cinta.

La cinta despliega su argumento con una trama visual altamente atrevida, en la que un género, brutalmente repudiado a la vez que discretamente buscado y disfrutado, encuentra una colisión entre la cotidianidad de los personajes habituales de este trabajo en específico y la lucha de cada día al verse rodeados por escenarios y entornos sociales crueles fuera de la idílica cámara o pasarela. Todo mientras se escala por el camino de la fama.

Esta escalada pedregosa que encuentra su funcionamiento interno entre frustraciones y agravios, alta competitividad y envidia insana, la brutalidad del mercado y los seres mercantilizados, las ansias de popularidad precipitada y el letargo acucioso de la fantasía, es el sustento de este filme, el cual se mantiene en constante comunicación con un espacio de la realidad poco tratado.

La cinta despliega su argumento con una trama visual altamente atrevida.

Sucede que, la película de la directora Ninja Thyberg, realiza una indagación profunda de la vida de estas actrices y actores que laboran en el sector. Retrata sus esfuerzos junto al maniqueísmo turbio de su trabajo casi como testimonio de su vida diaria, sus sacrificios, tristezas y pocos placeres.

El tratamiento de Pleasure es convencional, quizás algunos movimientos de cámara junto al uso de primeros planos y planos enteros modifiquen la costumbre, con el sentido de reflejar las emociones directamente e involucrar al espectador en las situaciones específicas de la cinta.

Lo dicho está dado por significantes importantes: basar el discurso cinematográfico en la visualidad de una pornografía, a la vez que se recrea una fábula de derrotas y fracasos antes del encuentro del personaje principal con su verdadera identidad tras la batalla final, aquí expresada desde un acto fetiche imposible de realizar.

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