Silvio en la Nueva Trova (aniversario 50)
Durante este año 2022 se celebra en Cuba el aniversario 50 del Movimiento de la Nueva Trova. Según recuerda en su blog Segunda Cita el cantautor Silvio Rodríguez, esa agrupación fue fundada por quienes habían participado en el II Encuentro de Jóvenes Trovadores, que se celebró en la ciudad de Manzanillo, en diciembre de 1972.
En septiembre de 1972 Silvio, Pablo Milanés y Noel Nicola emprenden un viaje hacia el Sur. En Valparaíso, Chile, se presentan en un festival que significará mucho dentro de América Latina, organizado por el Instituto Cubano-Chileno de Cultura.
También en 1972, Silvio participa en el Festival de la Canción Política en la República Democrática Alemana (RDA).
“La Nueva Trova es, formal y técnicamente, un producto de los años que vivimos. No creo que pueda decirse que es la expresión acabada de la Revolución; pero sí la expresión del hombre de esta época, que es revolucionaria”, explicó en 1973, como se recoge en el libro Silvio: que levante la mano la guitarra (1984).
“La Nueva Trova es, formal y técnicamente, un producto de los años que vivimos”.
Silvio considera que eso de Nueva Trova quizá salió de la nueva Cuba que se hablaba desde 1959; e igualmente del nuevo cine, del cinema novo, de la nueva canción y de otros términos parecidos que empezaron a usarse por entonces.
Mucha historia hay que contar en estos momentos en que se celebra el aniversario 50 de la Nueva Trova. Echando un poco atrás el tiempo, también se están cumpliendo 55 años de la celebración del 1er. Festival de la Canción Protesta en la Casa de las Américas, el 24 de julio de 1967. Por esa fecha Silvio conoció a Sindo Garay.
Asimismo, participó en el 1er. Festival Internacional de la Canción Popular Varadero 67 y logró la primera presentación ante el público en la TV.
Silvio fue desmovilizado el 12 de junio de 1967; el 13 tuvo su primera presentación en la Televisión Cubana. Quiso el destino que esa primera presentación fuera un “martes 13” de junio de 1967. El programa se llamaba Música y Estrellas, conducido por Manolo Rifat, con el guion de Orlando Quiroga.
“Yo fui instigado por Mario Romeu —escribe Silvio— y por algunos familiares y amigos; me atreví a sentarme ante una cámara de televisión, guitarra en mano, y a interpretar dos de mis canciones. Aquella noche de la Sección ‘Caras Nuevas’ del programa Música y Estrellas, ello decidió mi cambio de oficio. Canté las canciones: Quédate y Sueño del ahorcado y la tierra.
“Así, casi sin darme cuenta, —sigue expresándose Silvio— me fui dando a mi nuevo oficio de cantor. Así me vi a la espera, cada vez más ansiosa, de proposiciones de programas de radio y televisión; y hacía pequeños recitales donde me lo pedían, y llegué a cantar casi donde no”.
Esa era la etapa gloriosa, llena de ilusiones, cuando Silvio y la tropa de amigos escritores y poetas se reunían todas las noches en la heladería Coppelia para comer chocolate bizcochado.
Casualmente, entre el grupo que nos reuníamos en Coppelia y Teresita Fernández, desde el club Cóctel, frente al Pabellón Cuba, organizó con la revista El Caimán Barbudo, el primer recital de mis canciones en el Museo de Bellas Artes, llamado “Teresita y nosotros”, fue mi primera presentación en público. Eso fue exactamente el 1 de julio de 1967. Participaron también Félix Guerra, Félix Contreras, Iván G. Campanioni, el fotógrafo Peroga y otros.
La Nueva Trova lleva capítulo aparte en la vida de Silvio, aunque el trovador de las mil canciones se desborda por encima de esa frontera.
La Nueva Trova —indica el cantor—, como organización, sirvió para hacer festivales y darle realce a la actividad trovadoresca, aunque también a otras manifestaciones artísticas. Ese movimiento deja un legado (y perdone la perogrullada) trovadoresco, de compromiso con la poesía y la canción, con la belleza y con la inteligencia. La Nueva Trova nace en un país de fuerte tradición trovadoresca y desde que aparece tiene un manantial donde beber. Ese manantial se convierte en torrente cuando se junta con sus análogos de Sur y Norte América y de Europa.
Precisamente en aquellos tiempos de 1967, en el programa de la trova que dirigía Luis Grau, Silvio se conecta por primera vez con trovadores extraordinarios como Nené Enrizo, Cotán y Teodoro Benemélis.
“La Nueva Trova nace en un país de fuerte tradición trovadoresca y desde que aparece tiene un manantial donde beber. Ese manantial se convierte en torrente cuando se junta con sus análogos de Sur y Norte América y de Europa”.
El Festival Internacional de la Trova Pepe Sánchez es considerado el más antiguo de Cuba; se celebra desde 1964. En un contexto romántico se desenvuelve el festival trovadoresco, todos los años, en celebración del Día de la Trova y los Trovadores (19 de marzo), fecha de nacimiento de José Sánchez (Pepe Sánchez), maestro de la trova y creador del primer bolero grabado: Tristeza (1883).
Silvio es invitado a los festivales de la trova de1967 y 1968, junto con Teresita Fernández y César Portillo.
Todo eso me sirvió —dice— para identificarme como trovador, porque en mis inicios yo me veía más bien como un músico pop. Más tarde, cuando empezamos a coger fuerza como movimiento y a organizar festivales, invitábamos a trovadores de todas las etapas. Yo estoy convencido de que el auge que llegó a tener la Nueva Trova contribuyó a que se le prestara más atención a la trova de otros tiempos.
“Mi país es mi razón de ser, es mi alimento, mi dicha, mi esperanza, es todo”.
Ahora, en estos días de recuento, después de tantos años de música creada por Silvio, observamos que se ha cumplido toda una obra musical, social y política. Silvio, ya en una atmósfera más sosegada, medita y dice:
Tuve la suerte de ser querido, más que odiado, por mis contemporáneos. Tuve la suerte de ser atendido, más que ignorado, por mis contemporáneos, a pesar de la cantidad de papeletas de olvido que le suele tocar a mi estirpe. Tuve también la suerte de que no me ignoraran las contradicciones que todas mis suertes anteriores me obsequiaron. Doy gracias a todo y a todos por la humilde ilusión de estrella fugaz. Quizá debiera agregar que sin la suerte no hay deseo que valga entonces decir que donde hay suerte no hay anonimato.
En estos días en que Silvio se acerca a su cumpleaños, el 29 de noviembre, leamos estas palabras dichas a Isabel Parra y Eduardo Olivares, en París, para la revista Hoy de Chile, en octubre del 1981.
Si yo no pudiera ver mis palmas, mi sol, mi costa, mis playas, el verde ese de Cuba, si yo no pudiera ver las calles de mi pueblo, si yo no pudiera ver la Habana Vieja, caminar por la Rampa, ir al restaurante del Medio, si yo no pudiera vivir allí estaría muerto. Yo respeto y considero mucho la actitud de los cantores latinoamericanos que estuvieron exiliados porque si yo no pudiera estar en mi país yo no serviría para nada. Te lo aseguro, mi país es mi razón de ser, es mi alimento, mi dicha, mi esperanza, es todo.