Sigue llenando todo el tiempo de canciones para respirar
Si alguien sabía esencialmente, y el público allí presente recibió esa sensación, que el concierto de Pablo Milanés en el coliseo de la Ciudad Deportiva sería el último en su isla amada, era el mismo Pablito. Tuvo la fuerza espiritual y física para hacerlo; pudo no haberlo hecho, pero los patriotas no faltan a su ética y vino y cantó. El repertorio escogido, número a número, fue un repaso de sus amores, preocupaciones, dolores y alegrías. No dejó de decir en sus canciones, como siempre lo hizo, su visión personal de las cosas. Fue elegante, cálido, pródigo y auténtico. No hizo falta nada más.
El trovador cantó, volvió a enamorar a todos otra vez, incluso a los que se resistían allí a ese efluvio de arte y sensibilidad que marcó toda su carrera. Pablo vino a su país a despedirse. El concierto estuvo precedido de los vaivenes de este tiempo, dentro y fuera, pero se hizo y todavía se está agradeciendo. Si se grabó, deberían ponerlo íntegro. Fue mágico, cuentan mis amigos y amigas que fueron. Generaciones distintas, con derroteros distintos, fueron inundadas ese día del adiós con lo mejor del artista.
Yo me tuve que conformar con haberlo visto junto a Silvio, en los terrenos verdes de la Universidad de las Artes (ISA); tengo ese privilegio, como privilegio inmenso fue el concierto en la Ciudad Deportiva. Como privilegio mayúsculo es el saberlo nacido en estos predios, como Matamoros, Sindo, Corona, César Portillo, José Antonio Méndez, Noel, Vicente, Lázaro, Sarah, Santiaguito Feliú y otros tantos trovadores como él y ninguno igual.
“El concierto estuvo precedido de los vaivenes de este tiempo, dentro y fuera, pero se hizo y todavía se está agradeciendo”.
Toda Cuba y los cubanos de Cuba por el mundo se unen en la tristeza gigante de saber que ya no estará físicamente, que no habrá una otra vez en vivo, que sus discos y videos se volverán un tesoro invaluable e infinito. Gracias, querido Pablo, sigue llenando todo el tiempo de canciones para respirar. Ayúdanos a seguir y a soñar.