Ser sosegados por buenos toques alternativos
23/1/2019
Una vez más Toques del Río hizo degustar a los amantes capitalinos de la música su receta pinareña, cuando el grupo realizó una rica provocación, una invitación a descubrir los caminos de su vertiente alternativa con su presentación en el Pabellón Cuba.
Explosiva y carismática se reveló la agrupación cultivadora de la música fusión, con una mezcla de géneros surgidos décadas atrás, tanto cubanos como foráneos, pero revestidos de sonoridades contemporáneas.
Así, incorporaron a su background el hip hop y los movimientos urbanos junto al funky, todos con una sabrosa base cubana de mambo, filin y rumba; eso lo dejaron bien claro en su actuación, con la que regalaron un espectáculo tremendo. Mientras, el público asistente disfrutaba ser tocado por la buena música, pinareña, para la capital, para Cuba y también para el mundo.
Los cantantes Jesús Puente Montano (Piq) y El Bamba exhibieron la excelencia del corpus musical muy propio y original de la banda cuando pusieron a bailar y disfrutar a todos los presentes.
“Nuestro objetivo consiste en incursionar en todos los géneros posibles sin perder el sello. Lo que hacemos es música cubana de estos tiempos. Tratamos de entregar siempre lo mejor de nosotros y aportar un granito de arena para que la juventud conozca las sonoridades actuales, siempre conectadas con las raíces de la música cubana”, declaró a La Jiribilla Zeney Alonso, bajista y director de la banda.
Toques del Río tiene ya 12 años. En sus inicios hacían flamenco fusión para luego emprender un cambio de 180 grados. Zeney se refirió al camino recorrido por ellos para llegar a sobresalir en el mundo cultural e ir insertándose en La Habana con la meta de una proyección nacional. La Asociación Hermanos Saíz (AHS) fue la primera en acoger y apostar por el talento de estos jóvenes, exponentes del arte fresco y de vanguardia.
En ese sentido, Zeney agradeció el papel jugado por la AHS, la primera institución que les abrió las puertas para proyectarse a nivel de país, precisamente brindándoles una peña en el Pabellón Cuba, donde recientemente se presentaron como invitados del 34 Festival Jazz Plaza.
“Al principio resultó difícil darnos a conocer en la capital. A nuestra primera peña en el Centro Cultural Bertold Brecht no se llegó nadie, mas poco a poco fuimos ganando espacio en esta carrera que ha sido un constante aprendizaje”, relató
Esta agrupación, formada por músicos empíricos y de academia, persiste en su sueño de emprender, en cualquier geografía, la socialización de su obra. Buscan llegar a otros públicos, pero sin abandonar sus orígenes, de donde vienen y a donde siempre regresarán.
En el planteamiento armónico de sus composiciones, las estructuras básicas de la música cubana constituyen un factor determinante. En el concierto que sacudió a todo el Pabellón Cuba destacaron con un show bien secundado por el bajo, el piano, la guitarra, las congas y la percusión, lo que le imprime una identificación sonora con pasajes y frases de ritmos como la conga, reggae, el danzón, funky y otros ritmos cubanos, latinos y anglosajones.
Como banda garante del género fusión, con una propuesta musical en la que exponen temas de la autoría de sus miembros, no solo poseen una excelente calidad musical, sino también buena imagen y proyección escénica.
Así, se unen al grupo de artistas que cada vez sobresalen más por entregar un espectáculo sumamente acabado, completo dentro de la llamada música alternativa. Ese nuevo y diferente boom sonoro —“ese movimiento considerado por mucho tiempo como del patio”— aparece entonces hoy en forma de una maquinaria que está imponiéndose poco a poco a otros géneros muy bien posicionados en la preferencia de los cubanos, en especial de la juventud.
“Resulta muy interesante el fenómeno que se está gestando a partir de Cimafunk, nuestro coterráneo de Pinar del Río, pues con él, y otros, la sonoridad que defendemos empieza a ponerse de moda entre personas de disímiles gustos musicales”, manifestó Zeney Alonso.
“De repente el movimiento empieza a estar bajo la lupa. Por ello resulta importante fomentar entre todos la cubanía, y esparcir nuestra música cubana dondequiera, tan rica y noble a la hora de fusionarla con otros géneros foráneos, siempre manteniendo la identidad”, agregó.
Una mirada a la aceptación acaparada por el concierto de Toques del Río en el Pabellón, y de otros grupos que siguen el mismo patrón musical, deja una lección: al público de aquí le interesa la música bien realizada y defensora de nuestras raíces antes que otros tipos de productos musicales distintos. Quedó demostrado que la sonoridad nacional siempre puede tener éxito entre jóvenes y no tan jóvenes, que sí se puede hacer, y también consumir, buena música.
De esa forma, Toques del Río se posiciona en la predilección de muchos, y comparte con otros, también en la cima, un factor común que parece alzarse como la fórmula del éxito del momento: marcar la diferencia. Por ello, los toques de este grupo representan algo más que un producto pinareño para el disfrute, también devienen receta para el sosiego nacional.
Producido por Luis Alberto Barbería en 2016 y presentado en 2017, Pa’ que te sosiegues fue su primer fonograma, bajo el sello de la EGREM, la AHS y la Empresa Provincial Comercializadora de la Música y los Espectáculos Miguelito Cuní, de Pinar del Río. Luego, en el 2018, comenzaron un periplo de Oriente a Occidente para promocionar este su primer trabajo discográfico: “Una experiencia lindísima para extender los tentáculos de Toques del Río, pues el disco ha caminado bien y la gente lo sigue”, comentó Zeney a La Jiribilla.
Después del éxito obtenido y las numerosas presentaciones a lo largo y ancho del país, ahora Toques del Río se enfoca en cocinar su segundo disco “sin premura, para lograr un discurso coherente con nuestra propuesta y tratar de superar o igualar el primer fonograma”. Esperan que salga este año bajo una producción de lujo, de las manos de Alain Pérez.
A la par mantienen una peña habitual, a partir de las 11:00 de la noche todos los miércoles, en el bar Shangri La, así como otras presentaciones esporádicas, pues todos los esfuerzos ahora se dedican a la nueva producción. Entre sus más recientes proyectos está un videoclip para el tema Mambo No. 0, de la EGREM y bajo la realización de Joseph Ross, además de llevar al audiovisual, por el 500 aniversario de La Habana, un tema sobre el cómo los pinareños ven la capital.
Sin dudas, estos jóvenes lucen mucho talento, y el público lo agradece bailando y cantando, fascinado por los aires de sosiego que tiene la música de Toques del Río. En el espíritu del grupo y de los temas que cantan se siente el pasado y el presente de historias con corazón pinareño. Así devienen —junto a muchos otros exponentes de este fresco movimiento ahora en efervescencia— el nuevo sonido alternativo cubano de moda, ese que ampara las raíces de la buena música cubana.