Selección de poemas
28/7/2020
Con el mayor respeto
En homenaje a los indios
vilmente aniquilados edifico
una barbacoa / levanto un cuarto
en homenaje al esperma
seco en pantalones sucesivos
—dril, caqui, corduroi, blue jean—
que no engendrara hijos
por no tener
habitación
ni nada
Y el estribillo es este:
dril, caqui, corduroi, blue jean
óyelo bien
que no engendrara, no
que no engendrara.
Para ser conversado alguna vez con Ignacio Piñeiro
Cuando el año es húmedo procuro
arrimarme a un resplandor Las pozas
veo colmarse de maleza / el duro
horcón del cuerpo y otras cosas
persistentes como los palmerales
suelen desvanecerse en formas irreales
bajo la rumba abierta Resistencia
a la intemperie que conocen los mayores
acosados del cuerpo y sus acosadores
como Ignacio, la Ciencia.
Mas cuando el año no trae fosforescencia
alguna ni entrada ni salida, sino un cerco
constante, como una bestezuela vuelvo
al tambor renacentista / me acerco
a la orilla de Matanzas y en esos resplandores
me disuelvo.
Yarini con las cejas perfiladas
Compro el periódico
a precio adulterado
para saber la fecha, estoy
en San Isidro, barrio
arcano
Camino San Isidro
arriba-abajo y alguien
me da en el hombro a las tres
en punto y murmura
qué hay
Dudo de que sea él
quien anda en grima por el mismo
medio de la calle donde el disparo
de un revólver de nácar lo acabó
Dudo aunque las mujercitas del balcón
asomen rientes para verlo, nerviosas
se soplan al oído con las manos en la cara
mientras pasa, blanconazo el pecho
depilado y en un solo trazo
japonés, las cejas
Todavía dudo como si no creyera
de modo soldadesco como creo
en el enorme poderío corporal
de cierta clase de personas impulsivas
y en la resurrección de dos o tres
aspiraciones muertas.
Para ser cantado ante la boca de un güiro
Los negritos y blanquitos
del vecino barrio marginal
se deslizan por los pocos mármoles
que quedan del antiguo club marítimo
intervenido a nombre de un notorio
sentimiento popular y más tarde
abandonado, digamos
a su suerte
Se suponía que en esta fecha patria
no existiera el barrio marginal
que ha crecido y crece con soltura
en los márgenes de grandes avenidas
por las cuales entre otros
vehículos privados
pasan los mismos cadillacs
y chevrolets de hace
setenta años.
De la visita
El zunzún es juguete y es amor dice
Lecuona acuclillado sobre la madera
de un cajón en mitad de la calle, yo
lo he visto mientras pasaba del brazo
con quien no debo pasar y luego
cuando me hice fanático de un santo
exigente, igual de olvidadizo
que aceptó mi aguardiente y mi comida,
vi pasar a Lecuona con el cajón
bajo el brazo por la calle Medio
susurrando aquello del zunzún
mientras el pueblo adormilado
por el santo se entregaba en cuerpo
y alma a la contemplación
budista.
Para ser acompañado solo por la clave
Auxílienme, versales al inicio
de este trozo de papel
cruzado por azules paralelas, vegas
de Robaina, carbonícenme, adjetivo
y adverbio, enemigos míos, gerundio
mal parqueado a sabiendas
que estás mal, bosquecito de pinos
entre 9na. y 5ta., laberinto:
mírenla qué linda
viene
Teléfono que suena todo el jueves
y llama al ángelus, dedo que tapa el sol
no permitan que mis hojas
de lechuga dentro del microwave
se transformen en plástico, no dejen
que me asuste la altivez
de las personas bellas como si la belleza
fuera fruto de un esfuerzo personal, página
rayada por mi lápiz chino: mírenla
qué linda va.
Un doctor alemán
Bladimir, in memoriam
Después de la comida
en la mansión que era casa
de jóvenes artistas —salmón
y whisky por primera vez— el doctor
alemán y su magno tabaco
preguntan cómo es construir
comunismo bajo las palmeras
Tal como dice la letra de aquel
bolero mambo: tú me
miraste y entonces
te miré.
Recursos de suplicación
Tarde en la noche marqué el cero
y nadie contestó, varias
veces agité el gancho
necesito papel para escribir
dije a la muchacha de la somnolienta
carpeta del hotel —repita por favor
dijo para ganar tiempo con el loco
que llamaba desde el quinto piso
mientras los extranjeros con florales
pantalones de algodón
bailaban en el lobby mambo
qué rico el mambo
qué rico
es
es
es.
La indignación
Qué sucedió en el desorientado mitin
de Plaza Catalunya en medio
de dos o tres cientos de amantes
repletos de electricidad
qué sucedió cuando monumentales
mozos de escuadra germinaron
del humo y los cristales
estrellados de todas las tiendecitas
de pakistaníes hasta las instaladas
en el planeta Marte
qué sucede en el metro mientras tanto
que un rumano canta y baila La paloma
cuando salí de La Habana
válgame Dios.
Rumba de lo material
con Odette Alonso
Por espagueti y jabón amarillo de lavar
mi amor temerario va de la alta Habana
a Siboney como un defraudador
como un contrabandista Los domingos
carga una estiba de naranjas mandarinas
para mí: ama el son habanero, hace
que escriba sobre piedra el escriba
Urde un té de romerillo y parte el único
pan nuestro con quien llega transmitiendo
su radionovela individual raramente
semejante a la nuestra Oye y desoye
mientras fuma con esmero y pone orden
al heroico cuarto de alquiler
cuando quedamos solos
como dos perseguidos
Era mi amor un obrero ejemplar
ahora es que caigo Hizo placentera
esta precariedad, hizo habitable
la maleza viva partiendo a mano
limpia las pavorosas marañas del 90:
solo con espagueti y jabón
amarillo de lavar plantó mi casa
en el lugar del sao
Aunque hace cuanto hace
en mi homenaje dejo
al amor sin frente, música
ni electricidad, en pura ruina
Aunque hace cuanto hace
en sacrificio mío espanto
al pájaro en mano y voy
detrás de cien: cien
que volaron y volaron
efectivamente
Aquel breve amor bracero
supo todo el tiempo que
sucedería, no sorprendió
a la gente: se repitió
la historia como agua
continua
Y dice el coro: no tengo
no tengo no tengo
perdón de Dios.
Bajando lealtad
Habrá por fin bembé
la policía dio permiso
habrá violín y güiro
y vendrá gente del centro
de la isla con sus tremendos
quesos para contrabandear
fuertemente en la hora
magenta
Vive la policía en su castillo
de Zanja con la vista fija
en el casino chino Bajo
los focos led que encienden
en las noches la estación
de policía parece
Disneyworld.
Rumba al final de la explosión naranja
Escuchando “Qué te pasa, hermano”,
guaguancó de Florencio Calle
Estoy de parte de aquel perro que mira
hacia ambos lados antes de cruzar la doble vía:
míralo cuidarse como gallo fino
y por qué razón a mí
si salgo me están velando
Mientras dura el verano las personas
destilan irritabilidad, sus ganglios generan
porquerías que terminan por aniquilarlas
y antes que amanezca el día
vuelven a su habitación
De momento aparece quien aspira a tener
algún control sobre tus emociones delicadas
pero son bastos, tallados a machete
dolores y alegrías, eso lo sabe un niño
salen del bibijagüero
uno alante, el otro atrás
Hay quien surge a puro grito del estadio
intercambiando ofensas después de un espartano
juego de pelota en contra o a favor del equipo local
y luego se disuelve en la cervecería conmigo
con los ojos, casi nunca con el resto, pues se cuida
como aquellos que se cuidan como gallo fino
y yo que soy un cubano
por qué no lo voy a hacer.