Selección de poemas

Eugenio Hernández Espinosa
23/12/2016

Salmo del Cimarrón

 

¡Oh, Olofi!

¡Olofi!

No es el toro que brama su desventura:

es el hombre que clama su libertad.

No permitas jamás,

jamás permitas

que me asole de nuevo

el infortunio.

No me dejes vagar

en cañadas y arroyuelos.

¿Es que no soy

conforme a tus estatutos?

¿Soy o no soy

conforme a tu palabra?

¡Oh, Olofi!

No encubras en mí tu verdad

para no errar contra ti.

¿Eres o no eres

débil ante mi amo?

¡Oh, Olofi todopoderoso!

Acuérdate de mi afiliación:

haz de este recinto que hoy me acoge

mi escudo y fortaleza.

Guárdame de la violencia

de mis opresores.

He escapado del amo y de sus deleites

porque engrandece su soberbia sobre mí.

He escapado del amo y de sus deleites

porque oprobio y menosprecio

vierte sobre mí.

 

Rebeldía

 

Tiemblo.

De miedo, no.

¡De inmensa ira!

Olofi

¿dónde te ocultas?

¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?

¿Cuándo mostrarás tu poder?

 

¿Hasta mi postrer aliento

me acompañará

semejante desventura?

 

No corean ya,

me asedian.

 

¡Ah, Olofi!

 

¿De qué sirven éstas lágrimas

imprevisibles que pugnan por salir

y éste

casi ya

lamento incapaz de deshacer

la angustia que me oprime?

 

Condenado a morir estoy,

mas no en suplicio

sino en contienda brava

contra los que me marginan.

Sin melancólica queja,

con grito ardiente,

soberano,

cual cedro erguido me encontrarán

vestido con tus propias galas

— ¡oh, Rebeldía…!—

Rebeldía.

 

Palenque

 

Marchamos en grupo compacto

por un camino

escarpado y difícil,

fuertemente cogidos

de los brazos.

 

Estamos rodeados por todas partes

de rancheadores

y tenemos que marchar

casi siempre

bajo su fuego.

 

(Nos unimos

en el Palenque, no para preferir el camino

de la asimilación

sino por una decisión libremente

adoptada:

para guerrear contra los perros

que cercan nuestras mudanzas)

 

No conozco alegría mayor

que la de sentirte

abrazada a mi brazo

¡Libertad!

 

 

FICHA
Eugenio Hernández Espinosa: Dramaturgo, actor, profesor y director teatral cubano. La Habana, 1936. Es el Director General del Teatro Caribeño. Su trabajo explora en la cultura popular y en las  tradiciones afrocubanas. Su literatura dramática festeja lo popular, evadiendo prejuicios y estereotipos, y recreando la narratividad, los símbolos y deidades de la mitología de origen yoruba. Su María Antonia, considerada entre las más importantes piezas teatrales cubanas de la segunda mitad del siglo XX, es exponente de ese teatro de intensa preocupación social y recurrente tono filosófico. Su teatro ha generado obras de la cinematografía nacional. Mi socio Manolo dio lugar al filme La vida inútil de mi socio Manolo (dirigido por Julio García Espinosa [ICAIC], 1989), mientras que en María Antonia se basó el filme homónimo dirigido por Sergio Giral en 1990. Fue coguionista de los filmes Patakín (1982), Roble de olor (2003), y del libreto cinematográfico de El Mayor. Es miembro del Grupo de Expertos del Consejo Nacional de las Artes Escénicas y del Consejo Nacional de la UNEAC y Representante del Consejo Nacional de las Artes Escénicas en CARIBNET. Con su obra La Simona, fue acreedor del Premio de Teatro del Concurso Casa de las Américas en 1977. En 1995 le fue conferida la Medalla Alejo Carpentier del Consejo de Estado de la República de Cuba. En el 2005 fue acreedor del Premio Nacional de Teatro.