Selección de poemas

José Luis Serrano
14/1/2016

HUMANO, DEMASIADO HUMANO

No es un argumento contra la madurez de un
espíritu, encontrar en él algunos gusanos.

Nietzsche

El necio cruza sus manos
y come su misma carne.

Eclesiastés: 4.5

1

¿Contra qué demonios lidio?
¿Contra qué dios? ¿Cuánta furia
alzar contra la lujuria
de los infieles? Envidio
su temeridad. Ofidio
que desciendes del manzano,
¿por qué pones en la mano
impertérrita de Eva
la desconcertante prueba?
Hay en el fruto un gusano.

2

Invadieron mis jardines.
¿De qué sirvieron las cercas
que les opuse? Mis tercas
palabras en los confines
del Edén. Los querubines
omniscientes, pero mudos.
¿De qué sirvieron mis rudos
pensamientos clandestinos?
Dividieron los caminos.
Multiplicaron los nudos.

3

Existir es repugnante.
Es preferible estar muerto.
Sin quererlo me convierto
en aplicado estudiante
del horror. Un diletante
minucioso que disfruta
mientras sordamente amputa
las vísceras de sí mismo.
Náuseas me da el optimismo
de los que cambian de ruta.

4

Escapar, en el argot
de los muertos, significa
permanecer. Petrifica
tus piernas. No escapes, Lot.
Escapar es un complot
entre los vivos. Arredra
saberse vivo. Dios medra
en el alma del profano.
Ah, que tú escapes, hermano.
Prefiero ser una piedra.

5

Es cierto que no he sufrido
lo suficiente. Que nunca
podré mostrarles mi trunca
psicatriz. Que yo no he sido
el burlado, el escogido
para la broma macabra.
Que finjo ser el que labra
su propio destino. Esmegmas
del espíritu. Apotegmas
que permite la palabra.

6

El hombre disfruta el acto
de acariciar la textura
de su dolor, tesitura
del sufrimiento. Lo abstracto
es tangible para el tacto
hipertrofiado de los
torturadores. Hay dos
opciones: La hiperestesia
(bastante usual) o la amnesia
(que es atributo de Dios).

7

Soy el cadáver de un niño
dentro del útero. Arriba
está el Diluvio. La altiva
Resolución. El cariño
de Dios. Las aguas. Me ciño
al implacable mandato
del Altísimo y acato
su furor. Dios nos abarca.
Dios nos expulsa del Arca.
Adiós, cadáver innato.

8

Cierra los ojos. Despierta.
Lo abyecto sea contigo.
El diablo no es tu enemigo.
Ábrele al diablo tu puerta.
La eternidad es incierta.
Sufrir es abstracción pura,
un concepto que no dura
lo que un rostro en el espejo.
Muéstrate menos perplejo.
Cierra los ojos. Abjura.

9

Estás muerto. No me engañas
con la florida opulencia
de tu verbo, en apariencia
docto en verdades extrañas.
¿Con quién demonios te ensañas?
Tu porvenir es incierto.
Naufragarás en un puerto
de aguas pútridas. Tus brujas
no encontrarán las agujas
que te he clavado. Estás muerto.

10

Peldaños. Puertas. El muerto
cruza la implacable línea.
La certidumbre apolínea.
El fáustico desconcierto.
¿Dónde está Dios? ¿En lo abierto?
¿En lo cerrado? ¿En la amada
Crucifixión? ¿En la espada
del vencedor o el vencido?
¿Dónde está Dios? ¿Dios ha sido
la concreción de la Nada?

Tomado del libro Examen de fe. Premio Iberoamericano Cucalambé 2001. Publicado por la Editorial Sanlope (Las Tunas, 2002) http://cucalambe.blogspot.com/2009/05/examen-de-fe-premio-iberoamericano.html