Selección de poemas
12/5/2016
LUZ ANDANTE
aparición
luz andante
en la plaza
que me ha
tocado a mi.
aparición
quemante
yerba erguida
ya
sobre mi piel
mecida
en mis defiladeros.
aparición
arrebatando las
campanas
del bronce al eco:
no me dejes
caer:
pon sobre el abismo
tu humedad
—lengua del cielo—
aparición.
Bajo la lluvia del 8 de noviembre, 2003, en La Habana Vieja.
ANIMALES SIN DUEÑO
tú me has desatado la mayor
velocidad
para jugar a buscarnos
en el ejercicio de la piel.
nadie podrá responder
por nosotros
si entramos
a ese túnel donde el abrigo
de la oscuridad
nos convierte en animales
sin dueño.
solo tú y yo
podremos alcanzar el otro
extremo
y salir desnudos a la luz
tirar acaso
la piedra fundacional del riesgo
11 de noviembre, 2003.
CON POCAS FIBRAS
me salva el ejercicio del amor.
amanecer con un cuerpo
cubriéndome
haciendo yo
malabares entre su piel
mientras el tiempo
da otra vuelta de tuerca.
solo me salva el amar
reempezar
mi única vida
colgando de alguien
en donde puedo armar
con pocas fibras
el artificio
que me colma los oídos
y las otras partes cantables de
mi cuerpo.
solo me salvan
los caminos
que me devuelven
al territorio
donde apenas puedo
diferenciar
después del mío
otro animal
que no seas tú.
8 de noviembre, 2004.
BREVE INTRODUCCIÓN AL SUEÑO DEL FAUNO
necesito
estar
bajo tu piel
encima
de tu piel
ser
una sola
piel
de fiesta.
6 de agosto, 2004.
La verdadera pobreza
Es la soledad
Que
En la hora
Maravillosa y tremenda
Nadie eche en cuenta
Que faltas
Ese no estar
En la imaginería
De los otros
Esa es la pobreza
Y que sea solo enroscarte
Sobre ti mismo
El ademán sabio
De la salvación
La franciscanía
La desnudez de la materia
Quien te ayude
A sacar
Esos pájaros
De vuelo más alto
Que se guardan en ti
Pero que no haya
En esta hora
Nadie
Que apueste
Su camisa
Más rota
Por tu mayor ventura
Esa es la pobreza
El animal
Que puede
Anudarse en tu cuello
Cuando estás
Esperando
Que la piel
Del semejante
Suelte
Tus deseos
De vivir
Por encima
Del mayor peligro.
12 de septiembre, 2004.
EL RESOPLIDO
Ahora mismo si me vinieran a
quemar la casa
O en alguna pesadilla
Tocaran a la puerta para pedirme
Un viaje
Por paisajes totalmente fuera
De mi cariño
Y si los emplazadores hicieran el increíble
Papel del indulgente
Permitiendo
Que llevara conmigo
las pertenencias indispensables
Sin dudas miraría en redondo
Tratando de indagar con cuál de ellas
Me salvo
Echaría un resoplido de caballo gastado
y poniendo la vista en un punto
Parecido a la cercanía
a esos
desfiladeros remotos
Les podría decir solo
Con el seguro cauce de mi mirada
Llévenme apenas
Con los olores del cuerpo.
5 de enero, 2006. H.V.
Tomado del libro Los olores del cuerpo. Esta selección se publicó originalmente en el número 263 de Mayo de 2006 de La Jiribilla.