”¿Quién cuestionaría la justa elección que hicieran los cubanos cuando determinaron como Apóstol de la independencia de Cuba a José Julián Martí Pérez? Su vida, entregada desde la misma adolescencia al sacrificio por su Patria y a los ideales por convertirla en tierra independiente y soberana, fue un camino lleno de amarguras…como de Via Crucis”.