Roland Petit es, sin lugar a dudas, uno de los más afamados coreógrafos franceses, cuya obra abarca disímiles estilos, desde clásicos como Coppelia, temas literarios como Carmen y Cyrano de Bergerac, operísticos como La dama de pique y especialmente aquellas en el que se acerca al teatro y las comedias musicales.

Nacido un siglo atrás en la localidad de Villemombille, el 13 de enero de 1924, se formó como bailarín en la célebre Ópera de París y desarrolló una amplia carrera como intérprete en diversas compañías de danza francesas. Considerado el más importante coreógrafo francés de la posguerra, su obra creadora ha sido llevada al repertorio de numerosas agrupaciones danzarias del mundo.

El Ballet Nacional de Cuba tiene en su repertorio varias obras de Petit, entre ellas Estudios y Preludios (1974), Las intermitencias del corazón y Sonata (1976), llevadas a la escena cubana por la bailarina Loipa Araújo, quien por varios años integrara el elenco de Los Ballets de Marsella de Roland Petit; en los Festivales Internacionales de Ballet de La Habana, artistas invitados han cosechado grandes éxitos con obras suyas como el solo de La Arlesiana, Cheek to cheek, los pas de deux de El jorobado de Nuestra Señora de París y El lobo, Meditación de Thais, Je cherche apre´s Titina y Petits chausoons.

Considerado el más importante coreógrafo francés de la posguerra, la obra de Roland Petit ha sido llevada al repertorio de numerosas agrupaciones danzarias del mundo. 

De esa prolífera labor creativa, hay una obra que ha trascendido al paso del tiempo y es El joven hombre y la muerte, con música de Bach, libreto de Jean Cocteau y diseños de Wakhevitch, estrenada en el Teatro de los Campos Elíseos de París, el 25 de junio de 1946, con Jean Babilée y Nathalie Phillipart.

En este año que se conmemora el centenario de su natalicio, resulta honroso tenerla nuevamente en los escenarios cubanos, ya que la Asociación Alicia Alonso Pro-ballet en Cuba, hizo posible su estreno en nuestro país, en el Teatro Auditorium de La Habana, el 19 de marzo de 1952, como invitados del entonces Ballet Alicia Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba, con Babilée y Phillipart como protagonistas.

Eleonora Cassano y Julio Bocca bailaron en La Habana El joven y la muerte, de Roland Petit, en 1990. Imagen: Cortesía del autor

Esa actuación quedó en la memoria del público como uno de los hitos de la danza en Cuba, protagonizada por artistas extranjeros y 34 años más tarde, exactamente el 9 de noviembre de 1990, en el Teatro Mella durante el 12 Festival Internacional de Ballet de La Habana volvió a ganar el aplauso del público, en una interpretación de dos nuevas figuras de renombre mundial, Julio Bocca y Eleonora Cassano, estrellas del Julio Bocca Ballet Argentino.

La posibilidad de reencontrarla entre las ofertas del 28 Festival Internacional de Ballet de La Habana, entre el 28 de octubre y el 16 de noviembre, se ha convertido en una de las más atrayentes ofertas escénicas del evento. Esperemos que así sea.

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