El Festival Internacional de Jazz es el pretexto para conversar ahora con el pianista y compositor cubano Roberto Fonseca. En realidad, cualquiera de sus recientes éxitos podría serlo, o incluso el disco en el que trabaja con su nuevo proyecto La Gran Diversión. Es ciertamente revelador encontrar en él, al cabo de cinco años de fungir como director artístico del Jazz Plaza, ese deseo inmenso de mantener el evento como un referente en el mundo.

No estaba muy contento con los festivales que se organizaban antes, y quise ser parte de la solución antes de criticar desde afuera sin resolver el problema. Por eso me sumé al Festival desde la organización y la coordinación, y añadí mi dedicación, pues como músico también participo.

“Nos convoca el amor por la música, por el jazz en particular, y por la rica vida cultural de Cuba”.

Es importante que se sepa que ninguno de los que nos presentamos en el Jazz Plaza cobra un centavo por ello, ni siquiera los que llegan de otros países. Nos convoca el amor por la música, por el jazz en particular, y por la rica vida cultural de Cuba.

Muchos creen que soy santiaguero, quizás porque he abogado por llevar con fuerza el Festival a Santiago de Cuba. Respeto mucho a Lescay y a Vaillant, quienes me apoyaron siempre en la idea. Lescay me invitó a Santiago siempre, y Vaillant inició aquello que se llamó los Amigos del Jazz, y a él justamente le propuse extender el Jazz Plaza a esa provincia. Por suerte, en el Centro de Música Popular la idea se recibió bien y nos apoyaron mucho en la provincia. Espero que el empeño de extender el evento a otras también fructifique.

Tendrás tres presentaciones en esta edición 38

El día 22 me presentaré en el Salón Rosado de la Tropical en un espectáculo que incluye a varios artistas; el 25, en el Teatro Martí, en Santiago de Cuba, y el 29, en la sala Avellaneda del Teatro Nacional, en el concierto que servirá de clausura al Festival. En cada una de las presentaciones, y en especial en la última, mostraremos el nuevo proyecto, La Gran Diversión, del que nace el disco en el que trabajamos ahora.  

Será una sorpresa, no quiero adelantar. Estamos reinventando la puesta en escena y habrá elementos interesantes. Sé que va a gustar mucho. Lo probamos en París, donde lo disfrutamos mucho, pues esos conciertos lograron un gran resultado en el público. Aspiro a que aquí suceda lo mismo.

¿El nuevo proyecto incluye a otros músicos o te acompañan los habituales?

Mi agrupación, Temperamento, ha sufrido metamorfosis. Solo Javier Zalba y yo quedamos como fundadores. Ahora somos una especie de mezcla entre Los Bandidos All Stars y otros que se suman. Seremos  Zalba, Roberto García, Dany Arce, Lázaro Oviedo, Tommy Lowry, Emir Santa Cruz, Ruly Herrera, Adel González, Yandy Martínez y Andrés Coayo.

Aún no tiene nombre el álbum derivado de este proyecto, en el que trabajamos con el ánimo de lanzarlo este mismo año. Parecía más sencillo este disco, pero no lo es. Cuando tienes la referencia de pianistas como Peruchín, Felo Vergaza, Chucho y Bebo Valdés, todos con su propio estilo, te esmeras al máximo.

“Mi gran sueño es que con tres notas la gente me identifique”.

Estoy tratando de lograr eso. Mi gran sueño es que con tres notas la gente me identifique. Eso lleva mucha preparación y mucho estudio. A mí me gusta jugar con los silencios en la música, con los espacios; trabajo el ritmo, y para lograr que las personas te reconozcan es preciso prepararse muchísimo. Agradezco haber estudiado música clásica y piano, y gracias a ello estoy complacido con el disco.

La Gran Diversión es una inquietud que me rondaba hace tiempo. Logré algo con ABUC, pero no es exactamente lo que yo quería. Les dije a los managers que necesitaba hacer este proyecto para demostrar la grandeza de la música cubana en general. Todos estuvieron de acuerdo y el resultado fue precioso. Me apoyé en gente que tiene mucha más experiencia que yo, y los más jóvenes aportaron sus ideas también. Me alegra mucho, además, que en otros países la acogida haya sido tan calurosa. Es una buena señal.

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