Richard Kravchak: “Los estudiantes de nuestra universidad tienen mucho que aprender de los cubanos”
En días recientes visitó La Habana el Dr. Richard Kravchak, decano de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de Southern Nevada, en Las Vegas. El carismático “Dr. K”, llamado así cariñosamente por sus estudiantes debido a su inusual apellido, estuvo acompañado en esta primera visita a Cuba por Caroll Fimmen, directora de Programas Internacionales de dicha universidad.
Durante varios días recorrieron instituciones, escuelas de música, sostuvieron intercambios con directivos del Centro Nacional de Escuelas de Arte (Cneart), Ministerio de Educación (Mined), músicos y más. Conversaron sobre los diferentes planes de educación especial de nuestro sistema de Enseñanza Artística gracias a un emotivo recibimiento por parte de la MsC. Elizabeth Castro, directora del Cneart, y apreciaron a nuestros estudiantes de música de la Escuela Nacional de Música, del Conservatorio Amadeo Roldán y de la Escuela Elemental de Música Alejandro García Caturla.
Más allá de su cargo académico en la Universidad de Southern Nevada, el interés por conocer sobre los programas de estudio en las escuelas de música cubanas tiene un importante antecedente: el Dr. Richard Kravchak es oboísta y concertista, y posee una exitosa carrera musical en los Estados Unidos, con títulos obtenidos en la Eastman School of Music, en Juilliard y en la Universidad Estatal de Florida. También fue el director y fundador de la Escuela de Música y Teatro de la Universidad Marshall y director de la Escuela de Música de la Universidad de Southern Mississippi. Sin duda, atesora una magnífica carrera como profesor, además de numerosas colaboraciones musicales como oboísta con Ensembles y Orquestas Sinfónicas de diversas partes del mundo.
Maestro, ¿cómo surge su interés de viajar a Cuba?
“En realidad hace mucho tiempo que estoy muy consternado por las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que como sabemos no son buenas. Nuestros dos países tienen buenas instituciones culturales, gente maravillosa y creo que la política, al no ser de acercamiento, no debería cerrar esas puertas. Creo que lo mejor que puedo hacer desde mi posición de músico y educador es estrechar las relaciones y tratar de lograr un intercambio entre personas y ponernos en contacto. Pienso también que traer a este hermoso y bello país que es Cuba la experiencia de los estudiantes de arte de la Universidad de Southern Nevada, es un buen punto para empezar”.
¿Qué planes concretos tiene al respecto?
“Específicamente espero poder traer a Cuba al Mariachi Plata, ganador dos veces del Campeonato Nacional de Artes en mi país, y que está integrado por alumnos de diferentes carreras en nuestra universidad y que son hijos de latinos, principalmente de México. Esta idea, que tal vez podamos concretarla en la primavera de 2024, sería el inicio de este intercambio, para a partir de ahí construir y solidificar otras experiencias similares, como grabar discos para estudiantes y músicos cubanos e incluir otros intercambios con otras facultades de nuestra universidad”.
¿Cómo puede valorar esta visita a Cuba? ¿Se ha sido receptivo con sus propuestas?
“Creo que mi visita a La Habana ha sido muy provechosa en ese sentido, pues he sido recibido por diversas instituciones cubanas, así como por músicos y personas. Mi estancia y mi experiencia no han podido ser mejor. Fui recibido con mucho cariño y hospitalidad en cada lugar que visité y no miento en afirmarlo porque pude verlo en la cara de las personas que conocí, sus expresiones de felicidad, en sus preguntas para conocer sobre nuestro trabajo en la universidad y sobre mi trabajo como profesor y músico. Puedo decirte que todos estos encuentros sobrepasaron mis expectativas. Yo no soy un político ni estoy interesado en la política, pero lo único que sé es que los Estados Unidos, y específicamente los estudiantes de nuestra universidad, tienen mucho que aprender de los cubanos y la mejor manera de hacerlo es viajando a Cuba. Tal vez los cubanos puedan aprender también de nuestros estudiantes y ojalá que podamos ampliar esta colaboración con la presencia de algunos de ustedes en Estados Unidos”.
¿Qué piensa de Cuba? ¿Qué impresión se lleva?
“Cuba es un bello y notable país, pero ha sido muy triste para mí ver, en primera mano, los efectos del bloqueo, algo que considero injusto, incluso estúpido, y que afecta diariamente al pueblo cubano en todas sus dimensiones de una forma muy negativa. Espero que miremos hacia el futuro y que nuestros líderes políticos puedan hallar una manera de eliminarlo”.
¿Qué planes tiene con respecto a esta visita a La Habana?
“Quisiera regresar pronto a Cuba en 2024 con el proyecto del Mariachi Plata y no solamente como representante de mi universidad, sino hacerlo como músico y poder concertar un festival de oboe en el que podamos estar los profesores y estudiantes juntos, y donde podamos compartir conocimientos, técnicas y los métodos que utilizamos en mi país que no son tan expandidos aquí. Creo que estos intercambios artísticos es lo mejor que puedo hacer”.
¿Qué más pudiera hacerse entre Cuba y Estados Unidos?
“Pienso que podemos hacer muchas cosas desde aquí, y la mejor manera de colaborar con los estudiantes, artistas y profesores cubanos es ver cómo podemos ayudarlos con suministros y accesorios musicales para que puedan continuar superándose en cada faceta. Personalmente voy a trabajar muy duro en ese empeño”.
Espero también que los norteamericanos encontremos vías desde las cuales podamos aprender sobre la maravillosa tradición cubana y sus expresiones artísticas. Estoy muy impresionado con la calidad de todos los músicos que pude escuchar y con todos los artistas en sentido general. Pude sentirlo cuando asistí a una increíble presentación del Ballet Nacional de Cuba, por ejemplo, y aprecié su depurada técnica y sus maravillosos bailarines. En ese camino estoy seguro que tenemos mucho que aprender”.
El tiempo en La Habana no alcanza. El Dr. Kravchak y Caroll Fimmen continuaron sus encuentros en los que, además, pudieron conocer y compartir junto al maestro Frank Fernández, disfrutar del Coro Nacional y conocer a su directora, la maestra Digna Guerra; reunirse con Arnaldo Rodríguez y el proyecto Comunitario La Lucecita; asistir al ensayo general de la Orquesta Sinfónica Nacional, donde conversaron con los maestros que conforman la cuerda de oboe, y disfrutar del concierto de la Camerata Romeu junto a Ernesto Oliva, en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís. De igual modo disfrutaron del concierto homenaje que la Sinfónica Nacional le ofreció al Ballet Nacional de Cuba por su 75 aniversario. Un fuerte y conmovedor abrazo frente a la estatua de cera de Francisco Covarrubias nos despididió, asegurándonos de seguir trabajando por nuestros dos países.