Retrospectiva de actor: Jorge Perugorría en el cine cubano
6/1/2021
El valor de una obra puede propiciar la consagración de un artista. Si en su carrera Jorge Perugorría hubiese interpretado únicamente el personaje de Diego en el filme Fresa y chocolate (Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, 1993), ello le bastaría para ser considerado un importante actor dentro de la cinematografía nacional. Sin embargo, su labor ha sido mucho más amplia y fecunda. Consagrado como uno de los grandes actores del cine cubano, Perugorría ha participado en varias obras connotadas, y su versatilidad le ha merecido también reconocimiento internacional.
Inolvidable resulta su interpretación en Fresa y chocolate. En esta cinta asume el rol de un gay conocedor de la cultura cubana en toda su extensión, y ferviente lector de Lezama Lima. Por los valores propios del filme y su participación en importantes certámenes extranjeros, una copia restaurada será proyectada este miércoles 6 de enero durante la inauguración de un ciclo dedicado al actor que se extenderá hasta el próximo día 17 en el cine La Rampa.
Uno de los méritos de la adaptación cinematográfica del relato “El lobo, el bosque y el hombre nuevo”, de Senel Paz, es la incursión del personaje homosexual en el cine cubano. La labor de Perugorría en la filmografía insular es amplia y diversa, además de Fresa y Chocolate, participó en Guantanamera (Titón, 1995), Lista de espera (1999), El cuerno de la abundancia (2008) y 7 días en La Habana (2011), estas últimas del cineasta Juan Carlos Tabío.
Bajo la dirección de Humberto Solás trabajó en las películas Miel para Oshún (2000) y Barrio Cuba (2005). Con Arturo Sotto participó en Amor vertical (1996), cinta que cerrará este ciclo; La noche de los inocentes (2007) y Boccaccerías habaneras (2013).
En su larga y prolífica trayectoria, Perugorría también ha formado parte de los filmes Derecho de asilo (Octavio Cortázar, 1994), Roble de olor (Rigoberto López, 2001), Frutas en el café (Humberto Padrón, 2005), Boleto al paraíso (Gerardo Chijona, 2009), y La pared de las palabras (Fernando Pérez, 2013).
Además de su quehacer junto a los principales directores de la Isla y cineastas foráneos, Perugorría se ha desempeñado como director en varios filmes: Afinidades (2010), Amor crónico (2012), Se vende (2012) y Fátima o el parque de la Fraternidad (2015). Desde hace algunos años preside el Comité Organizador del Festival Internacional de Cine de Gibara, donde ha desplegado todo su empeño para continuar el sueño de Humberto Solás al fundar este encuentro con el cine.