Después de dos años en pausa, a consecuencia del impacto cultural que significó la pandemia de COVID-19, el Festival de Cine Francés en Cuba regresa como una opción muy atractiva para quienes nos sentimos motivados por la cinematografía proveniente de esa nación. Este regreso significa un reencuentro con la más reciente muestra del cine francés contemporáneo y un retorno a la obra de directores clásicos.
En un primer encuentro con la prensa —celebrado en el lobby del cine Chaplin—, el embajador de la nación europea en Cuba, Patrice Paoli, significó el interés por que el público cubano mantenga su fidelidad con el cine francés, y el placer que constituye aportar a La Habana una muestra del quehacer cinematográfico dentro de un evento que ya es tradición para los cinéfilos.
“La 23 edición del Festival de Cine Francés se consolida como otro de los impulsos que realiza Francia en Cuba en el ámbito cultural, el cual adquiere una nueva dimensión con la reciente aprobación de un Fondo cultural para el fomento y apoyo a los nuevos cines y a la industria audiovisual cubana”, señaló Paoli.
Desde el 15 y hasta el 30 de junio, las salas de cine 23 y 12, La Rampa, Yara, Acapulco, Chaplin, Riviera, la sala 1 del Multicine Infanta y la sala Alfredo Guevara del Colegio Universitario San Gerónimo acogerán este amplio programa que invitamos a revisar con detenimiento.
Homenajes a figuras del cine francés
En esta edición del evento, se dedica un especial homenaje a la figura de Jacques Perrin, actor que falleció en abril; su muerte expresa el dolor de la misma manera que aquel niño experimentó la nostalgia de su vida de pueblo. Perrin representó a Salvatore, el protagonista en su faceta adulta de Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988), y este papel le permitió alcanzar el reconocimiento internacional, aunque su obra también lo llevó hasta la producción, e incluso la dirección de documentales.
El Festival significa un reencuentro con el cine francés contemporáneo y un retorno a la obra de directores clásicos.
El director de la Cinemateca de Cuba, Luciano Castillo, dedica unas breves, pero emotivas líneas, al actor y recuerda su presencia en ediciones anteriores del Festival de Cine Francés en Cuba, un espacio que se ha convertido en un encuentro donde no solo se exhiben películas de estreno, sino que también se propicia el intercambio cultural y el homenaje a figuras del cine francés.
“Rindamos tributo a este hombre audaz y emprendedor, que nos visitara en ocasión de esta cita anual con el cine francés para presentar sus largometrajes documentales como realizador en algunas ediciones. También disfrutamos de su presencia en otras en las cuales contribuyó como actor o productor”.
El otro homenaje concebido dentro del evento es al cineasta Costa-Gavras, del cual podremos apreciar obras como Los raíles del crimen (1965), Sobra un hombre (1967), Z (1969), La confesión (1970) y El capital (2012), a través de los cuales se demuestra el carácter crítico de su filmografía, considerada por su peculiar manera de enfrentar y cuestionar desde el cine los discursos políticos.
Sueños para volar
La propuesta escogida para dar inicio a las tandas fílmicas resultó agradable, un filme que dejó en los espectadores del Yara el gusto por volver a las salas de cine y al reencuentro con el cine francés. Hazme volar (Christophe Barratier, 2021) logra, desde su aparente sencillez, poner en imágenes hechos, actitudes, maneras de enfrentar la vida y convocar a un momento de introspección en cada uno de nosotros.
Más allá de contar una historia que refleja las circunstancias en que vive un niño víctima de una grave enfermedad cardiaca, la trama se auxilia de situaciones en tono de comedia, y pone a los personajes a disfrutar de aquellas experiencias que han quedado relegadas por el tiempo, la vida, la enfermedad, el silencio…