Ramiro Guerra Sánchez visto por Manuel Moreno Fraginals
18/9/2020
El 31 de enero de este 2020 se cumplieron ciento cuarenta años del nacimiento del eminente pedagogo, historiador y economista cubano Ramiro Guerra Sánchez. El 9 de septiembre conmemoraremos el centenario del natalicio de Manuel Moreno Fraginals, otro hombre imprescindible para la comprensión de nuestra identidad. Pudiera decirse que Azúcar y población en las Antillas, de Guerra, publicado en 1927; Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, de Fernando Ortiz (1940) y El Ingenio, de Fraginals (1964), son suficientes para asistir al sedimento de lo que somos hoy como nación.
En el caso de Guerra mi condición de batabanoense me compromete a mantenerlo vivo en la memoria y, en el caso de Fraginals, admito que lo conocí sin proponérmelo a través de mi eximio coterráneo cuando tuve la oportunidad de leer Mudos testigos. Crónicas del cafetal Jesús Nazareno, su libro de 1947, prologado por el historiador, ensayista y profesor cuyo centenario celebramos no con la dimensión que merece por la magnitud de su obra.
Sobre Mudos testigos… expresa Fraginals: es “algo mucho más trascendente que el recuerdo familiar: un aspecto completo de la historia agraria cubana”. Y añade: “una de las pocas obras maestras de la historiografía cubana”. En cuanto a Azúcar y población… su juicio resulta más contundente aún, lo considera “el más importante ensayo de su tipo publicado en Cuba” y argumenta:
El ensayo es el grito angustiado de un hombre que ha visto la entraña del sistema de plantación y, con una prodigiosa visión de conjunto, muestra todas las facetas de visión del problema: latifundio, subordinación al extranjero, degradación política, mínimo nivel de vida de la población campesina, importación estacional de mano de obra no calificada, monocultivo, explotación extensiva de la tierra, economía deforme […] Los puntos esenciales analizados son diez, y están resumidos en el primer largo párrafo del capítulo XIV. El latifundio azucarero aparece como centro o leitmotiv de la obra y, a veces, en la vehemencia de la prosa se achacan al latifundismo hechos que son simples complementos de la economía de plantación. Pero independientemente de la forma en que se establecen los nexos causales, los diez puntos del libro resumen, como no se había hecho antes, ni se hizo después en Cuba, los aspectos básicos del neocolonialismo por entonces imperante. Se comprende así el tremendo impacto de la obra en los jóvenes de 1930.
Foto: Tomada de Internet
Y si me valgo, con cierta picardía, de los natalicios de ambos autores como pretexto para escribir estas palabras, es porque son para muchos los dos más importantes historiadores cubanos del pasado siglo, so pena de que carguen con el lastre de sus respectivas posiciones ideológicas. Se trata de dos autores fundamentales, con aciertos que sin dudas pulverizan cualquier posible mancha, siempre sujeta a apreciaciones personales o a pretensiones sin otro pretexto que la simulación o la intención de catapultar a otros de menor relumbre.
Tanto a Ramiro Guerra Sánchez como a Manuel Moreno Fraginals les corresponde el mérito de ser discípulos de Diógenes de Sinope, de andar con una lámpara curándose de olvidos para mostrarnos el camino que nos lleve de regreso a la semilla.