Abogada, guitarrista y diplomática. Modelo, tenaz y sensible. Daiana Ferreira Da Costa puede sorprender con una hoja de vida tan diversa, que la ha colocado geográficamente en su Paraguay natal, en Estados Unidos, en España y enhorabuena, en Cuba.
“Estoy contenta por estar en La Habana, viajar a Cuba por primera vez. Conocía un poco de la música cubana, en especial del maestro Leo Brouwer, de quien es necesario estudiar su obra cuando eres guitarrista clásico porque es de los más importantes compositores del mundo. Sin embargo, estar aquí es distinto porque se vive la calidez de las personas.
“Este ha sido un intercambio cultural profundo, y me alegro por ello. Compartí música de compositores paraguayos como Demetrio Ortiz y Agustín Barrios, y algunos de polka y guarania, en la presentación realizada en el Instituto de la Música. Es muy significativo para mí porque desde la dirección cultural de la cancillería trabajamos intensamente para que la guarania sea Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”.
Es parte de la lucha por salvar la identidad nacional en medio de tanta globalización cultural…
Vengo vestida y ataviada con artesanías de mi país porque también es importante mostrar la identidad paraguaya en estas facetas. Nosotros tenemos una fuerte identidad. Nuestro idioma oficial, además del castellano, lo tenemos arraigado en la cultura cotidiana. Se ve en las costumbres, en el vestuario, en la comida, en las canciones… Tenemos una marcada identidad nacionalista, pero por eso mismo nos cuesta mucho salir al exterior. Por ello, desde mi sector, ayudamos a muchos artistas emergentes a conectarse con otros países, para que tengan una visibilidad internacional.
“Los días 14 y 15 de mayo es nuestra Fiesta Patria, y coincide con mi estancia aquí, y tomaré el escenario para continuar defendiendo nuestras tradiciones y costumbres”.
“(…) Viajar a Cuba era uno de mis grandes intereses”.
Ferreira Da Costa compartió con estudiantes de la escuela República del Paraguay, a quienes les transmitió la idea de luchar por sus sueños siempre. “Yo me hice este camino sola, de manera muy sacrificada, con mucho aprendizaje, y lo pongo al servicio de los más jóvenes para que transiten el camino de la cultura, que requiere disciplina pero que compensa, genuinamente, porque con la música se abren muchas puertas y puedes transmitir mensajes más poderosos.
“Empecé con la música clásica desde los 10 años en un conservatorio. Ocho años después ya era profesora superior de música y allí decidí seguir la carrera de Derecho. Mi sueño era dedicarme a promocionar la cultura de mi país a través de la música y al mismo tiempo defender los intereses nacionales de mi tierra desde el ámbito diplomático.
“Puede parecer que no, pero ambas carreras, la de guitarrista y la de diplomática, se complementan bastante bien. Trabajo en la oficina desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde. Mi rutina comienza a las 5:30 de la mañana. Trabajo una hora y media de técnica, y en la noche trabajo el repertorio. Es parte de la dinámica que uno mismo se imponga para avanzar y triunfar”.
Ahora Ferreira Da Costa retoma los conciertos internacionales, suspendidos debido a la pandemia. Cuba es el primero de los países que visita como parte de esta gira y aspira a viajar a Panamá, República Dominicana y Canadá. “Por suerte pude viajar a Cuba, que era uno de mis grandes intereses”.
Inmersa en grabar composiciones de Agustín Barrios, que las había dejado pendientes, y en profundizar el trabajo con las diferentes plataformas digitales, la músico paraguaya se inventa proyectos, pero ante todo, más que un triunfo personal, lo valora como uno de su nación.
Respeto le profesa Ferreira Da Costa a este país que la acoge, a la profesión que eligió y, en especial, a la música. No hay mejor compañero de viaje.