Poesía para todos, poesía por todos…
3/6/2019
En el marco de la Bienal Internacional de Poesía que sesionó hasta este fin de semana en La Habana, articulada con el Festival de las Artes del ISA y con la AHS, tuvo lugar un encuentro de escritores y jóvenes artistas. El Salón de Mayo del Pabellón Cuba fue una vez más el lugar ideal para el debate sincero, genuino; el lugar ideal para disfrutar del arte.
La cita reunió a poetas cubanos y extranjeros para conversar sobre las experiencias vividas durante la bienal y compartir proyectos y creaciones personales. El recorrido por escuelas y comunidades fue lo más disfrutado por los participantes: “me encanta como hemos leído tantas veces, en tantos lugares, la experiencia de la escuela -a mí me tocó la secundaria Carlos J. Finlay- fue maravillosa, fui tan feliz con los niños…”, comentó Roxana Elvridge-Thomas, poeta mexicana.
Bustamante (La buerta de los poetas). Foto: Cortesía de la autora
Entre los participantes había una representación notable del colectivo La buerta de los poetas. Se trata de un grupo de poetas de Medellín que se reúnen los lunes en lo que intenta ser un espacio para la creación y la reflexión sobre su realidad. Cuentan con una publicación que titulan Lunario, porque sus encuentros se realizan los lunes y recoge las impresiones y poesías que resultan de ellos.
El espacio se renueva, habla por sí mismo, ha dicho, dice, dirá sus palabras para no perecer, para entregar una noche más al temblor de un oído, una espera al transeúnte que allí se aquieta, se embriaga en el corazón del silencio. LA BUERTA DE LOS POETAS transcurre en su primer ímpetu: la poesía entre algunos, la poesía para el otro. Por séptima ocasión ofrecemos esta bitácora, este testimonio de las voces que allí se dispersan en otra memoria, la impronta de cada lunes en el café Ambrosia[1].
Si tuviese que definir a los poetas de este día en una palabra esta sería humanismo; si tuviese que definir su poesía, diría, poesía por la paz, por la no violencia, por la equidad de género, por el amor. Por solo mencionar a unos pocos, allí estaban Cynthia DewiOka, una poeta de Indonesia que vive en los Estados Unidos y que trabaja temas de emigración; Maribel Benítez, una maestra mexicana que dirige el encuentro Juntos por la Paz; Giselle Lucía Navarro, una joven diseñadora cubana con un poema ideal para definir la condición de mujer. Supongo que todos los presentes en este encuentro creen, como yo, que la poesía sana.
“Ayer eterno”, de Margarita María Moreno[2]
Me fundí en el tiempo, desanduve el camino de un ayer eterno.
Vereda escondida entre los naranjos.
Sangre en la quebrada; mulas somnolientas con
macabra carga sangrando el camino.
El cesto con arepas
en un garabato colgado en el guamo, balanceando el miedo.
Mi viejo y vecinos
cual gamos heridos;
ojos aguzados, tensos los latidos
saltando las piedras del río crecido.
Y nosotros, los niños de entonces
con barrigas llenas de hambre y lombrices, a la media noche,
entre los sidrales
temblando de frío.
La mamá Rosario
en tenues gemidos
rogando: ¡por Dios niños, Shiiito, agazapaditos, se vino la chusma, llegan los bandidos! (…)