Suelen ser las primaveras reinas de las flores
una fiesta para las abejas que gustosas
liban néctares
endulzando los paladares con sus mieles.
Sin embargo en ocasiones
hace el hombre de las primaveras
bancos de sal y ácido
con hedores de carne chamuscada.
Hoy por ejemplo lanzaron bombas en Gaza
y muchos padres perdieron a sus hijos
y muchos hijos quedaron huérfanos.
Con seguridad allí no existirán flores
ni abejas
sus habitantes no disfrutarán esta estación del año
—quién sabe hasta cuándo—
porque la metralla convirtió el paisaje
en indefinida noche.