Pilar Boyero: Me sobra cubanía sin haber nacido en Cuba
La cantante española Pilar Boyero es una mujer extraordinaria. Y eso lo digo luego de nuestras conversaciones previas a su espectáculo en el Teatro Martí —Copla y Flamenco en tiempo de jazz— nuestra “entrevista” en el camerino, nuestras posteriores conversaciones por WhatsApp y, por supuesto, luego de su presentación de casi tres horas ante un público emocionado y agradecido.
Como parte de la jornada Mujeres Sin Límites, organizada por la Embajada de España en Cuba, regresó Pilar a la isla y es la decimocuarta ocasión, “porque me sobra cubanía sin haber nacido en Cuba”. Su primer viaje fue de invitada a la Feria Cubadisco 2022, donde resultó ganadora en la categoría de Mejor Disco Internacional con su álbum Notas de viajes, tributo a Carlos Cano. Seguirá con su gira por esta región del mundo y desde ahora espera su próxima visita a la isla, en la que se ha ganado el cariño del público no solo en la capital, sino también en Matanzas, Holguín, Santa Clara, Cienfuegos, Guantánamo, en Santiago de Cuba.
“La copla se puede fusionar con otros géneros, al igual que el flamenco es como primo del jazz. Y cuando trabajas con músicos de otras vertientes, surgen ritmos muy interesantes…”
“Siempre es un placer estar en Cuba. Soy una enamorada de este país y cuando uno prueba los aplausos del público cubano una vez, desea disfrutar de ellos mucho más. En Cuba existe un respeto inmenso por la música que hago, tengo muy buenos amigos aquí y me considero parte del pueblo cubano.
“La copla se puede fusionar con otros géneros, al igual que el flamenco es como primo del jazz. Y cuando trabajas con músicos de otras vertientes, surgen ritmos muy interesantes y se enriquece lo que hago, y se mezclan canciones como ‘Ojos verdes’, del siglo pasado, y que son historia viva de la música en español.
“Me ha encantado salir de mi zona de confort al hacer canciones con Buena Fe, con Haila, con el Septeto Santiaguero, con la Aragón, con Omara, porque puedo flirtear con otros géneros. En breve saldrán canciones que son colaboraciones mías con músicos queridos de Cuba”.
“Acompañada por dos de sus músicos habituales en la guitarra y la batería, y cubanos en el piano, el bajo, la trompeta y el saxofón, fue dichosa”.
La presentación en el Teatro Martí demostró a los asistentes que su concepto artístico va más allá de cantar o interpretar canciones, muchas de ellas conocidas por el éxito alcanzado por Rocío Jurado o Isabel Pantoja, entre otras grandes de la escena española.
Pilar se develó como la gran artista que es. Acompañada por dos de sus músicos habituales en la guitarra y la batería, y cubanos en el piano, el bajo, la trompeta y el saxofón, fue dichosa. Organizó el espectáculo tal como una película y la vimos de pie, danzando, coqueteando con estolas, sentada, fumando tabaco, deshojando rosas y contagiando con su espíritu libre.
Cambió su vestuario cuatro veces, de pies a cabeza, incluyendo aretes y zapatos, y eso no es una banalidad, todo lo contrario. Es parte de una propuesta de calidad, en la que al público se le ofrece una velada singular, que no le da tiempo ni a aburrirse ni a pensar que está viendo un concierto igual que otro. Imposible.
Sorprendió a todos al salir a caminar por entre las filas de asientos, interpretando “Penita pena”, coreado por todos los asistentes, generosos en sus aplausos. Como lo fue con todo el repertorio, conformado por los títulos “Como las alas al viento”, “Amor Marinero”, “Tani”, “Dos Cruces”, “Como tú mujer”, “Ese Hombre”, “Como han pasado los años”, “Penita Tan”, “El clavel”, “Habaneras De Cádiz”, “Maniquí”, “Se acabó”, “Se nos rompió el amor”, “Hoy quiero confesar”, “Señora”, “Como yo te amo”, “La gata bajo la lluvia”, “Rafael Pérez Botija” y “Lo siento mi amor”, así como unas sevillanas populares.
Apasionada, visceral, feliz… Pilar se regocijó con cada elogio, con cada abrazo, con cada muestra de admiración y afecto que recibió al final del espectáculo. Ella fue dadivosa con sus gestos de agradecimiento y amabilidad.
Una artista es grande también fuera del escenario. Sus miradas, sus palabras, sus gestos son también una muestra de su grandeza. Y Pilar Boyero la tiene. Puertas abiertas siempre tendrá en nuestro país.