El título de referencia responde al panel concebido para participar en el Congreso LASA 2021. Los temas desarrollados, abordan las desigualdades y la exclusión social desde la escena teatral como conductas inherentes a la condición de pueblo colonizado y su poderosa influencia en el imaginario social, aun cuando en nuestro país se haya perdido esa categoría de ser humano inferior que coloca a los individuos en posición de subalternidad.
El fenómeno de la exclusión y las desigualdades es un tema apasionante para quienes hemos consagrado nuestra creación al arte teatral, y obedece a la necesidad de hacer conciencia sobre su línea de continuidad en el teatro cubano. De ahí la estructuración de un panel y la selección del tema, a partir de piezas estrenadas y en proceso de montaje que, desde diversas aristas, pudieran penetrar este fenómeno. Por eso la gran obsesión de directores y dramaturgos por colocar en el espacio público del escenario a personajes, situaciones y conflictos inherentes a un mundo de la subalternidad, presente en el teatro nacional de todos los tiempos, que en las últimas décadas ha adquirido nuevos matices en virtud del acontecer social.
Como todas las expresiones artísticas contemporáneas, el arte escénico cubano ha privilegiado conflictos vinculados con la segregación por preferencias sexuales, filiación política o religiosa, condición femenina, racismo o cualquier actitud de índole discriminatoria que se identifique con la “otredad” y afecte la vida ciudadana. El teatro cubano en la actualidad centra gran parte de su discurso en la subalternidad y la crisis global de las desigualdades, con obras de alto calibre, en diálogo abierto con el público. Los creadores han logrado trascender fronteras locales y unirse al reclamo mundial contra un flagelo que vulnera el derecho pleno a la vida
Ante las circunstancias impuestas por la pandemia y nuestras escasas posibilidades de conectividad, hemos tenido que reducir nuestra participación a intercambio entre los panelistas, envío de resúmenes escritos y grabados, publicaciones esporádicas de nuestras investigaciones y la disminución de los integrantes por razones ajenas a la voluntad de los mismos. De tal manera el panel Subalternidad y arte escénico cubano contemporáneo se ha visto limitado a tres participantes, con la imposibilidad de interactuar con nuestras ponencias en tiempo real.
“A la búsqueda del personaje perdido y la voz marginal en Argos Teatro”es el tema que propone el Ms.C. Carlos Manuel Celdrán Pérez, director teatral, dramaturgo, profesor e investigador. Lo hace a través de un recorrido por montajes célebres con su colectivo Argos Teatro, en obras que han gozado de gran acogida de público y crítica por la calidad, equilibrio y armonía entre todos los lenguajes de la escena, donde prima la creatividad, la capacidad para conectar al espectador y su contexto con las realidades escénicas y una pulcritud que refuerza el impacto en la recepción.
“El fenómeno de la exclusión y las desigualdades es un tema apasionante para quienes hemos consagrado nuestra creación al arte teatral, y obedece a la necesidad de hacer conciencia sobre su línea de continuidad en el teatro cubano (…)”.
Por su parte, la teatróloga Lic. Dania del Pino Mas, crítica teatral en ejercicio, profesora e investigadora, se acerca a la creación teatral contemporánea desde el tema “Cuerpos al margen: ideologías subalternas y realidades en primera persona”, donde hace un análisis sobre el discurso en primera persona y la presencia de historias e ideologías subalternas como parte de nuestra memoria colectiva más reciente, que ha comenzado a reconstruirse sobre los escenarios, a partir de la presencia de “lo real”. Para ello se centra en una serie de puestas en escena cubanas contemporáneas que han tenido gran aceptación de los espectadores. Un texto que constituye —sin lugar a dudas— un valioso material de consulta teatrológica.
Ambas intervenciones serán publicadas en su totalidad. En lo que a mí respecta, como investigadora, actriz, directora teatral y profesora, además de coordinadora general del panel, intervengo como ponente con una investigación derivada de una experiencia personal en proceso relacionada con el tema, cuyo título es “Desde la escena #Niunamás; existencia al margen”. En este resumen, solo me referiré a aspectos claves, teniendo en cuenta que ya ha sido publicada una reseña promocional, donde se sintetiza la experiencia y está en curso un artículo de corte investigativo sobre el proceso de trabajo e investigación de este ejercicio creativo.
El enunciado del título es harto elocuente sobre el contenido al asociar #Niunamás con uno de los slogans de la campaña mundial en contra de la violencia femenina, del feminicidio y de la lucha por los derechos de la mujer. Y desde la escena, nos coloca frente un texto que se ha ido construyendo en un proceso unísono de investigación y montaje. Es esa la médula de este trabajo, teniendo en cuenta la relación tan estrecha que existe entre la práctica artística como un ejercicio orgánico de investigación, que determina el vínculo entre el arte y la producción de conocimiento, pues en los momentos actuales son cada vez más los que intervienen en la generación de una obra artística, que parte desde la idea de quien o quienes inician la acción principal, transita por todos los que se involucran en ella generando saberes y concluye en el proceso de retroalimentación con el público que va a proporcionar nuevos conocimientos.
“A la búsqueda del personaje perdido y la voz marginal en Argos Teatro”es el tema que propone el dramaturgo y Premio Nacional de Teatro 2016 Carlos Celdrán”.
En el teatro, el artista-investigador incluye a todos los que median en el proceso creativo dentro del perfil, lo que equivaldría a ratificar que no se ciñe al intérprete, al director, al dramaturgo, al diseñador de vestuario, escenografía y luces, sino que incluye al crítico, al productor, al docente, al estudiante, al gestor, al espectador; en fin, a todos los productores de conocimiento desde sus respectivas prácticas. Ninguno debe ser excluido de la categoría de investigador, algo que pudiera resultar banal o simple y que a los teatristas nos interesa defender, con el propósito de que se reconozcan en toda su dimensión, los aportes respecto a los diversos saberes, que en el proceso investigativo/creativo son determinantes para el resultado final de una obra artística.
Lo que he pretendido hacer en mi ponencia, a partir de la disección de un montaje, va en esa dirección, que parte de la selección del texto por una actriz atendiendo a sus necesidades expresivas y que, en toda la trayectoria, por tratarse de un tema tan sensible sobre una existencia al margen, nos obliga a profundizar en el feminicidio, como uno de los grandes flagelos que azota a la mujer en todo el orbe, y en otras manifestaciones de violencia contra la mujer, tanto en nuestro país como en el resto del mundo.
Partimos de un texto conocido de Franca Rame y Darío Fo que se relaciona con el tema: Una mujer sola; una comedia, erosionada por —aproximadamente— 40 años que median desde su escritura. Como directora, mi primera pregunta ante el texto se ha centrado en ¿cómo llegar a un discurso propio, cercano, tratando de conservar el fino sentido del humor del personaje y las situaciones, y a la vez aterrizarlo en el “aquí y ahora”? Esa idea de arrancada nos revela de inmediato la necesidad de emprender una investigación sobre la violencia de género en nuestro país y en otras latitudes. Para ello acudimos al Centro Nacional de Estudios de la Mujer y al Centro Nacional de Estudios de la Sexualidad, quienes lideran las investigaciones al respecto. En ambos nos dieron acceso a testimonios anónimos de mujeres abusadas, que comenzamos a poner en diálogo con los del monólogo para ir construyendo la nueva discursividad.
Utilizamos además muchos materiales audiovisuales: cortos de ficción, documentales, películas, propagandas, encuestas, entrevistas, programas televisivos sobre el tema, experiencias de casos conocidos y confesiones voluntarias de quienes, de alguna manera, habían sufrido violencia sicológica o física (o ambas) por parte de sus parejas. Materiales que hemos incorporado en nuestro banco de información.
Descubrimos cosas insospechadas sobre la violencia contra la mujer, relacionadas con el carácter íntimo y privativo que les impide confesarlo, enfrentarse o denunciarlo, por las represalias a las que pueden someterse, derivadas de la problemática social de cada nación. Además, constatamos que tanto víctimas como victimarios, no se restringen a una clase social determinada, pues incluye tanto a personas de baja instrucción como a universitarios, a amas de casa, profesionales de ramas diversas del conocimiento, artistas, obreros de sectores diferentes, estudiantes, directivos y toda la gama que compone el tejido social en cualquier país y en el nuestro.
Ante el sufrimiento de las mayorías frente a una violencia cruel y vergonzosa, y cautivadas por la situación límite de la protagonista (encerrada en la casa, sin contacto con el exterior, en busca de estrategias de escape) nos inclinamos por contrastar su mundo real agónico y el ficcional. Teníamos todo muy bien definido dramatúrgicamente; quizás esa solidez en el trabajo previo, la pericia y la sensibilidad de la actriz no nos permitían distinguir el forcejeo de la comedia, como género predominante, con los momentos de elevado dramatismo.
“(…) tanto víctimas como victimarios, no se restringen a una clase social determinada (…)”.
La incorporación al montaje —casi concluido en su totalidad— del asesor con sus saberes, y profundos razonamientos en torno al mismo, nos devela dónde se resiente. De inmediato comenzamos a hacer otros ajustes sobre la base de lo construido, pues habíamos descubierto también en nuestras investigaciones, que un gran número de mujeres aceptan su condición por otros intereses, algo que nos indica el punto de encuentro del texto de partida con la propuesta del equipo. Aquí aparece un personaje común en el mundo y en nuestro país, que es la mujer maltratada y satisfecha, aferrada a las comodidades que le brinda su pareja, por la que es capaz de convertirse en mujer objeto, que alberga muchas contradicciones desde la “justificación” y la satisfacción de no sentirse víctima, sino como una “mujer dura”, que se sale con la suya sin perder su status de confort, aunque tenga que pagar un precio elevado. Este nuevo acercamiento al tema como divertimento, desde el sarcasmo, también deja su sabor amargo. De esa manera y por oposición, mantendríamos la ironía del texto original como mecanismo poético, en un personaje que representa a una mujer maltratada, sí, devaluada, silenciada, pero conforme con su situación.
Ello condujo a modificar el título, que primeramente habíamos elegido como #Niunamenos —otro fuerte slogan de la propia campaña— para sustituirlo por #Niunamás que, en este caso, pone en evidencia, de manera subliminal, el punto de vista que defiende la puesta en escena.
El montaje ha sido interrumpido varias veces por el aislamiento obligatorio de la pandemia y hemos podido constatar cómo en estas nuevas circunstancias se ha incrementado la violencia contra la mujer, sobre todo en el ámbito familiar. De la misma forma, se han multiplicado las campañas mundiales de denuncia y reclamo de su derecho a una vida plena.
Particularmente en nuestro país, las necesidades crecientes colocan a la mujer, cada vez más, en estado de dependencia. Nuestro equipo creativo del grupo Punto Azul se suma a esa red desde la escena con una trilogía, que se inicia con este montaje y continúa con dos piezas de otros géneros. Se propone un acercamiento a ese flagelo desde posturas distintas, como una práctica indagatoria, enriquecedora acerca del arte del actor, la dramaturgia y el estilo, donde se privilegia la correlación texto/investigación/creación escénica, que, por demás, responde a una de nuestras líneas investigativas. De esta forma #Niunamás, colocará en el espacio público del escenario una existencia al margen, desde una puesta en escena que será material en construcción hasta su cruce con los espectadores, quienes tendrán la última palabra.