Paisajes en el audiovisual contemporáneo
28/5/2018
Con más de 400 audiovisuales en su haber, Televisión Serrana, tiene el mérito de engrandecer el paisaje nacional cubano en todas sus aristas.
Más allá de presentar, a través de una ficción o de un documental, un área de superficie terrestre, la mirada de los realizadores cubanos hacia el paisaje amplía, consciente o no, de manera directa o con sutilezas expositivas, cuanto se (re)presenta como paisaje, concepto ya reconsiderado como múltiple en cualquier espacio geográfico. Hablar de paisaje dentro del audiovisual no solo cubano, sino mundial, implica rebasar los límites de cuanto se entiende como natural por la propia intervención humana.
Televisión Serrana. Foto: Inter Press Service en Cuba (IPS)
Convengamos en que, en efecto, el paisaje es además una realidad socio-territorial una vez que se combina lo natural con lo cultural. Al contactar o intervenir en un espacio, este último muestra sus ganancias originarias al ser humano. Lo inmediato —y más sensato— sería recorrer lo que, tal vez en años o de pronto, va a cambiar, ya sea por la injerencia de nuestros caprichos como especie o los reclamos crecientes de la modernidad. Antes de transformar estrictamente un paisaje mediante edificaciones y de formaciones del terreno, se mira el panorama reciente y se conjetura el probable. En primera instancia, habitar cualquier paisaje requiere mirarlo de antemano, condición que se reclamará para una generalidad mucho más abarcadora de lo que conocemos como paisaje natural y, por supuesto, cultural. Así entenderemos qué es el paisaje dentro del audiovisual.
Ahora bien, ¿conviene hablar de paisajismo representado por la cámara que graba o filma? En primer lugar, los conceptos de paisaje y paisajismo se relacionan, pero no significan lo mismo. El paisajismo es intervención humana con el fin de crear parques y jardines. Es un arte que se emparenta con el urbanismo y que hasta exige, en el fondo, urbanidad. El paisajismo contiene el concepto más primario de paisaje en tanto extensión de terreno. Pero está mediado y acaso armonizado por la variedad de paisajes que están contenidos en el geográfico: lo urbano, lo citadino, lo nacional… El paisajismo puede ser testimoniado con una cámara. Mas no es cuanto aquí me refiero, si de paisaje dentro del audiovisual se trata.
TV Serrana le ha dado espacio a la mujer realizadora ¿Por qué conviene hablar de paisajes dentro del audiovisual? ¿Es un recurso que conceptualmente se emplea en el audiovisual cubano? Constantemente, como en otros lugares del mundo, pues existe el paisaje general: digamos citadino, campestre, suburbano, como también el interior o exterior o de puertas hacia adentro o lo contrario.
TV Serrana le ha dado espacio a la mujer realizadora. Foto: Inter Press Service en Cuba (IPS)
Amén del geográfico y natural, reconozcamos otra suerte de paisajes, como el arquitectónico y el humano, el corporal y el cultural. Nos debatimos en un gran paisaje: el mundial, que contiene lo nacional donde convivimos y lo habitamos. Y cada paisaje, aunque tenga sus particularidades visibles para casi todo el mundo, varía según quién lo mire, pues todo reflejo visual en el espacio está condicionado por expectativas e intereses culturales, aprehensiones y exigencias de gusto.
¿Qué podemos definir cómo paisaje dentro del audiovisual? El paisaje es construcción artística y, por tanto, estética de un contexto. No debiera limitarse a una expresión genérica, ya ni siquiera en la pintura. El paisaje es, asimismo, atmósfera y lenguaje. El realizador tiene que recrear entonces lo consabido. El paisaje dentro del audiovisual es el entorno de cómo el artista quiere delimitar o amplificar un espacio que tribute a una historia, que dialogue con sus personajes hasta ser un personaje mismo. Todo paisaje en el audiovisual debe explotar una visualidad paisajística que incluya, pero encubra, una esperada escritura sobre paisajes.
Si se me preguntara: ¿se ha visto construida una realidad o se ha documentado mediante el paisaje en algún ejemplo específico dentro del audiovisual cubano? Pues claro: es una proyección expandida. Toda creación realizada en o sobre Cuba está influida por la presencia del paisaje. Si vamos al concepto acaso más básico, para reducir lo ya admitido, o sea lo geográfico, o lo que está concebido por casi todo el mundo como naturaleza, nuestros audiovisuales están constantemente inscritos en el paisaje: el cantante que se promociona en un videoclip y se ubica en diferentes escenarios por decreto de un equipo de realización donde están presentes más de un director: el de arte, el de fotografía y el de la realización toda; el personaje de la telenovela que se sienta bajo la sombra de un árbol en un parque o en un contexto campestre, o se detiene sobre un puente a contemplar el mar; el Martí que acrecienta su espiritualidad al interactuar con los resonancias íntimas y exteriores de la naturaleza local en una película como José Martí, el ojo del canario.
Los pobladores de la serranía del oriente cubano, han sido los protagonistas principales de la documentalística de TV Serrana.
Pero claro, los realizadores del patio propician un diálogo constante con varias modalidades paisajísticas. Se quiere concretar un producto final que también puede verse como paisaje cultural, donde advertimos desde la generalidad de la naturaleza hasta la desnudez de las emociones y acaso del propio cuerpo humano. Gracias a esa cámara voyeur, se representa y se intenta —en los casos más exigentes— crear paisajes diferentes a los que estamos acostumbrados a interactuar.
El paisaje en el audiovisual cubano está presente en todo. Sin embargo, el audiovisual siempre tenderá a privilegiar algunas zonas paisajísticas más que otras. Y, por supuesto, no me refiero solo a la naturaleza y lo que apreciamos en programas televisivos más centrados en ella, como Entorno y la serie Hábitat, por mencionar dos ejemplos muy ilustrativos.
Si hablamos de integración entre paisaje cultural y paisaje natural como escenario participativo, de experiencias y supervivencias, por qué no, tenemos que pensar en Televisión Serrana. Con más de 20 años y con la presencia por mucho tiempo del reconocido realizador Daniel Diez, Televisión Serrana ha testimoniado no solo la riqueza de sus ecosistemas y la diversidad biológica, sino la acción continua del hombre de campo, el guajiro, el distanciado de los grandes y reconocidos paisajes citadinos y en apariencia más predominantes y, sin dudas, ansiados, por legitimadores. Televisión Serrana, con más de 400 audiovisuales en su haber, ha tenido el mérito de engrandecer el paisaje nacional cubano en todas sus aristas.
Existen muchos ejemplos de audiovisuales cubanos que corroboran no solo la estética de lo diverso en temáticas y poéticas creativas, sino esa suerte de viajes donde la mirada de cada espectador contribuye a diversificar lo paisajístico. Queda, según convenga, distanciarse o sentirse inscrito, perteneciente o familiarizado con un paisaje/continente de sabidurías espontáneas e instituidas a lo largo y ancho de esta isla.
La TV Serrana es de las experiencias que deben seguir haciéndose, para involucrar más al espectador con la realización, pero creo debe trabajar en mejorar las ediciones de los documentales, como eran los del inicio del proyecto, ahora me parecen tomas, sin la concepción estética, pero si con la belleza de nuestros paisajes naturales de la serranía cubana. Gracias por enseñarnos tantos parajes bellos, difíciles de llegar y que ustedes nos los acercan desde el audiovisual.