Otoño titiritero en Costa Rica
4/10/2017
El otoño de 2017, anuncia para Teatro de Las Estaciones una nueva visita a Costa Rica. La anterior tuvo lugar en 2006, ocasión en que fuimos seleccionados para ser parte de la programación para niños y niñas del Festival de Las Artes en San José, una bella y cosmopolita capital fundada en 1737. Esta vez seremos parte de la agenda pedagógica del X Encuentro Nacional de Teatro (ENT), evento que presenta una selectiva muestra escénica de grupos nacionales e invitados internacionales. Entre ellos destacan Teatro Contraluz con Yo soy Pinocho; Teatro Alquimistas con Lizzie Borden; La Hebra Teatro con El Gordo y el Flaco; el grupo Gurisa, de Argentina; Magali Chouinard, de Canadá; y Entrecajas Producciones Teatrales, de España; junto a otras acciones artísticas y teóricas.
Juan Enrique Acuña fundador el Moderno Teatro de Muñecos en Costa Rica. Fotos: Cortesía del autor
El ENT tiene el firme propósito de fortalecer el crecimiento profesional y la calidad del arte teatral costarricense. Nos sentimos privilegiados y a la vez comprometidos como cubanos, al haber sido elegidos para impartir el taller Creación, diseño y dirección artística en el teatro de figuras. La actividad formativa se llevará a cabo del 7 al 10 de octubre, siempre en las mañanas, en el Salón de ensayos de la Compañía Nacional de Teatro, radicada en el Teatro Popular Melico Salazar —un bello edificio diseñado por el dramaturgo y arquitecto José Fabio Garnier—, fundado en 1928. La edificación del siglo pasado acoge igualmente a a la Compañía Nacional de Danza, la Orquesta Sinfónica Nacional, el Centro de Cine, Iberescena, Proartes, y el Taller Nacional de Teatro y de Danza.
Otra de las funciones de Las Estaciones en tierra tica será participar en la Segunda Reunión de la Comisión Unima [1] Américas, la cual también tendrá lugar en otro de los salones del Melico Salazar, institución cultural especializada del Estado Costarricense. El nombre del prestigioso coliseo homenajea al tenor oriundo de esa nación Manuel Salazar Zúñiga (3 de enero de 1887—6 de agosto de 1950), conocido popularmente como Melico. Un intérprete que por su voz de oro llegó a ser reconocido en el ámbito mundial. Cantó en el Metropolitan Opera House, en Nueva York, y junto al célebre tenor italiano Enrico Caruso.
Nuevos proyectos culturales serán analizados por los miembros del comité ejecutivo de la mencionada comisión, propósitos a favor del gremio titeril y los espectadores, que incluyen el ámbito académico y práctico. Al ser Costa Rica el anfitrión de Unima los colegas venidos desde diversas latitudes, los miembros del país organizador tendrán una presencia activa mediante espectáculos y espacios programados. Cada noche la puesta en escena de la programación del ENT será la invitación de los organizadores, para que los visitantes conozcan de cerca lo que se produce en materia de teatro en ese hermano país de centroamérica.
Entre las obligaciones imprescindibles que me propongo en este regreso, es inquirir por la actualidad del Moderno Teatro de Muñecos de Costa Rica (MTM), agrupación independiente creada por el maestro argentino Juan Enrique Acuña, a finales de la década del sesenta. El MTM se ha caracterizado todos estos años por promover la cultura artística del país, mediante el ejercicio de la práctica escénica basada en principios y métodos de trabajo profesionales y con una orientación estética tendiente a provocar en el espectador una valoración crítica de la realidad, acorde con las exigencias culturales de la sociedad contemporánea.
Teatro Contraluz Yo soy Pinocho
El MTM ha producido más de 15 espectáculos y ha realizado más de 30 giras internacionales, además de recibir reconocimientos por su labor y coordinar exposiciones. Ha sido también una fuente de inspiración y aprendizaje para tantísimos artistas escénicos de ese hermano pueblo, el cual posee un movimiento que no se caracteriza precisamente por ser nutrido, con lo cual me encantaría que hubiese un pensamiento de continuidad entre sus miembros activos.
Recuerdo en el viaje de 2006 haber conocido a Anselmo Navarro, uno de sus principales integrantes. En 2010, los ecos del montaje de la Odisea, basado en el poema épico de Homero, se desperdigaron por toda la zona de las Américas, con el anuncio de una versión para muñecos y técnicas mixtas, dirigida al público joven y adulto. Con el montaje pretendieron “despertar el interés de los espectadores por este clásico, así como aprovechar la riqueza de sus personajes y aventuras para provocar la reflexión sobre temas del presente”. El proyecto fue ganador del Premio Iberescena, y tuvo entre sus atractivos la presencia en vivo del grupo musical español Zoobazar, exploradores de la sonoridad tradicional mediterránea, especialmente de la griega y turca.
Repensar hoy el espíritu creativo del maestro Juan Enrique Acuña, después de más 40 años de haber fundado el Moderno Teatro de Muñecos en Costa Rica, es una tarea justa y necesaria. Si alguien supo transmitir pasión y cerebro al arte de los títeres en esa nación, fue de seguro Don Kike, director artístico, diseñador, dramaturgo y profesor. Nacido en San Ignacio, Argentina, el 15 de julio de 1915, durante 1944 — en su ciudad natal— creó el primer grupo titiritero de Misiones llamado Los títeres del Verdegay. En 1955, fundó Titiritania. Viajó a Checoslovaquia en 1961, donde aprende diversas y novedosas técnicas (marionetas, guante y teatro negro) en la Escuela de Títeres de la Academia de Arte de Praga, donde vivió dos años. En 1968, como ya he escrito, se radica en Costa Rica, donde funda el MTM. Regresó a Misiones en 1987 y falleció en 1988, en Buenos Aires.
Espectáculos como Cincocientos mil grados (1969); El músico y el león (1971); Aventura Submarina (1973); Sopa de piedras (1977); Una carta perdida (1978); El mono ciclista (1978); Amonémonos amor (1981); Como si fuera jugando (1984) o ¿Quién matará al vampiro? (1987), dicen mucho de la responsabilidad, el rigor, compromiso y sentido autocrítico que caracterizaba el trabajo del maestro. Acuña expresó: “Hacer títeres ha sido para mí, en efecto, una de las tantas formas que puede asumir la experiencia poética”. Hermosas y sabias palabras para una figura centenaria que colocó a Costa Rica en un sitio preponderante, si de teatro de figuras se habla en la región. Me pregunto que habrá sido de la sala que llevaba su nombre. En 2012, tuve noticias no muy alentadoras al respecto.
Presiento que nuestro otoño titiritero en Costa Rica va a ser tan agitado como revelador. Una visita entre el pasado y el presente que dibujará posibles futuros en una tierra llena de bellezas y misterios.