Nuestra Visión: a la manera de Alejandro Cuenca
16/1/2020
Al pianista, arreglista y productor discográfico Alejandro Cuenca le interesa indagar en ciertas aristas de la música que están vinculadas a ese complejo mundo mágico donde impera la filosofía de la libertad y la improvisación que los especialistas definen como jazz.
Teniendo en cuenta esos conceptos, Alejandro crea en 2017 su proyecto Nuestra Visión a partir de un dueto a piano y percusión que se materializa a través del CD Visiones y tendencias, con 12 temas de compositores cubanos desde el siglo XIX hasta la actualidad.
Aunque el tecladista reside en México su corazón siempre está en Cuba. Por eso no pierde la oportunidad de asistir a la fiesta de los jazzistas en la Mayor de las Antillas. Es enero, el mes que por segundo año consecutivo acoge al Festival Internacional Jazz Plaza, y Cuenca se encuentra en La Habana dispuesto a disfrutar al máximo el hecho de estar en su patria y entre su gente, pero también rodeado de músicos de todos los confines del planeta.
Con su proyecto Nuestra Visión se presentará este jueves en la sala Tito Junco, del Centro Cultural Bertolt Brecht, como parte de un espectáculo que dará inicio a las seis de la tarde.
“Vengo con los músicos de mi grupo. En la batería Dagoberto Quintana y en el bajo Yusnel Ballagas. Además, me acompaña Rigoberto González en los toques batá. Tengo como invitadas a la soprano Cristina Rodríguez y a las raperas La Reyna y la Real, Rubén Bulnes, del grupo Osaín del Monte y Legna Beatriz, una flautista con gran talento”.
En el concierto se podrán escuchar algunos de los temas de su segundo fonograma, aún en fase de producción, en el cual la mayoría de los temas lleva su firma. Ya terminó en Cuba la mezcla y en estos momentos se realiza la masterización en Madrid, España:
“En este segundo CD abrimos un poco más el abanico a otras tendencias, en el sentido de que el grueso de los temas se basa en una ceremonia de iniciación religiosa que comienza por Elegguá y recoge a ocho guerreros africanos, cada uno con una instrumentación y una historia diferente, influenciada desde la música de concierto hasta la contemporánea, tratada tímbricamente y con colores diferentes”.
Para el pianista, que ha representado a su país en festivales de Holanda, Bélgica, Hungría, Francia y México, haber tocado ayer en la Casa de la Cultura de Plaza es como una suerte de viaje a la semilla porque fue precisamente allí donde nació todo este movimiento jazzísitico en Cuba.
“Desde que empecé a recorrer Europa y América Latina, siempre noté el altísimo prestigio que tiene este festival a nivel mundial. En cualquier lugar del mundo son famosos los jazzistas cubanos y la historia del Jazz Plaza. Acudir a otros festivales me ha dado la posibilidad de darle a mi visión un vuelo más internacional para poder experimentar con otros tipos de lenguajes: más sinfónico, más contemporáneo y unir una vertiente con la otra”.
Como bien se conoce, en las escuelas del sistema nacional de enseñanza artística no existen cátedras para el estudio del jazz. Sin embargo, muchos estudiantes de la Academia se acercan a sus diferentes variantes ritmáticas, de forma autodidacta, atraídos por una música que nace de las raíces más genuinas. Al final, los instrumentistas del patio sobresalen por su calidad técnica y su virtuosismo interpretativo.
“Espero que algún día exista aquí un conservatorio para su estudio, pero Cuba es una gran escuela de jazz por la gran cercanía que existe con los jazzistas norteamericanos y la relación histórica entre ambos pueblos. En Cuba se palpa y se ama el jazz de una manera muy profunda. Vivir en esta isla es una bendición en ese sentido”.
Luego de sus presentaciones en La Habana volverá a México para actuar el próximo sábado en el evento El Jazz en Movimiento, que involucra a todos los estados mexicanos. Según nos explica Alejandro, resulta un moviento muy revolucionario que además está tratando de abarcar a otros países de América Latina.
“Nos uniremos a un maestro de la Orquesta Sinfónica de México. Integraremos un grupo de instrumentos de percusión de la cultura mexicana prehispánica. Estamos fusionando las raíces africanas con las raíces prehispánicas. Es un trabajo muy interesante”, concluye.
Promete regresar a su país en el mes de marzo con gratas noticias, entre ella la presentación ante el público cubano de su segunda producción musical. Por lo pronto agradece estar en La Habana y vivir con intensidad los días del Jazz Plaza en su edición 35.