El Museo Nacional de Bellas Artes ha conocido la petición de algunos artistas cubanos consistente en que sus obras, que son parte de la colección del Museo, no se exhiban al público y se retiren del sitio web de la institución.
El Museo adquiere regularmente obras de artistas cubanos de todas las generaciones y tendencias, con fondos del presupuesto estatal. No ha tomado en cuenta ninguna consideración extrartística para conformar una colección patrimonial de altísimo valor, destinada al enriquecimiento de la vida espiritual de la población. Lo que ha importado, definitivamente, es el respeto a la valía de las obras, el apego a los contextos históricos, y la comprensión de las libertades asociadas a la naturaleza del arte. Tal modo de actuar es parte de una política cultural inclusiva y transparente, que concede la más alta prioridad al acceso del público a las mejores realizaciones de la cultura cubana y universal.
“…el Museo no acepta una demanda que no se aviene con la vocación de servicio de nuestra institución ni con el interés del público al que se debe”.
El Museo adquirió las obras de estos creadores y les da un uso legítimo y provechoso para la ciudadanía. Al hacerlo, se establece una nueva relación entre el legado patrimonial preexistente y las prácticas artísticas de la actualidad. Ese nexo, vivificante en ambos sentidos temporales –pasado y presente- es típico de la construcción patrimonial. Ninguna coyuntura ajena al campo museal puede pretender violentar este proceder museológico. En tal sentido, el Museo no acepta una demanda que no se aviene con la vocación de servicio de nuestra institución ni con el interés del público al que se debe.